lunes, 31 de mayo de 2010

Galletas empanadilla rellenas de queso, nueces y frambuesas




Muchas veces me pongo a indagar recetas guardadas en el baúl de los recuerdos. Suele ser un documento word extensísimo... Decenas de copia-pegas de muchos de los blogs que sigo o algunas que he ido recopilando de mi familia y amigos.
Éste es el principio de alguna de mis comidillas. En general, miro que hay en el frigorífico, luego voy a google y hago una búsqueda rápida para ver si consigo inspiración y, después comienza los tejemanejenes... ¿Si cojo esta receta, pero le añado esto, le quito aquello y le echo eso? ¿Pero pegará? Yo, y humildemente yo, diría que sí...
Y, ahí te ves, manos a la obra... Coges los ingredientes, los preparas. Sacas las sartenes, bandejas y enciendes el horno; 180º, mantequilla a temperatura ambiente, nata bien fría, harina tamizada, etc, etc,. Que porque estamos en la cocina, sino cualquiera diría que hemos sacado toda la artillería para una gran batalla.
Pero se ha encendido una chispita creativa y ¿no vas a decirle "espera que ahora no puedo"? No, ella manda; es la artífice indiscutible de ese rato mágico y estelar, donde uno mismo es la inspiración, el máximo creador en potencia.

Aquí os dejo otra recetas de galletas. ¿Qué pesada me estoy poniendo con ellas no? Pero es que así participo otra vez en el concurso de PepeKitchen con la colaboración de Caprichos de cocina. Esta vez mi inspiración vino de una receta que encontré en un libro de galletas que me regaló mi madre, hacían unas empanadillas de galleta y yo le he añadido un relleno riquísimo!!
Hacedlas, pues vais a dejar un poco ensimismado a algún comensal. Pobrecitos vuestros catadores, ya me los imagino... al igual que los míos, ya no sabrán con qué ocurrencia les vais a sorprender.

Galletas empanadilla rellenas de queso, nueces y frambuesas
Ingredientes (24 galletas)
250 gr de harina
75 gr de harina con levadura
200 gr de mantequilla
100 gr de azúcar
2 yemas de huevo
1 cucharadita de esencia de vainilla

Relleno
300 gr de queso crema
50 gr de azúcar
75 gr de nueces picaditas
Mermelada de frambuesa

La preparación es la siguiente. Primero mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar durante 3 minutos. Añadimos el huevo y la vainilla y seguimos mezclando. Después incorporar las dos harina tamizadas. Cuando tengamos la masa bien mezclada, formamos dos bolas y las estiramos separadamente con el rodillo entre dos hojas de papel de hornear. Se deja reposar en el frigorífico veinte minutos.
Mientras preparamos el relleno. Para ello, sólo tenemos que mezclar los ingredientes del relleno, menos la mermelada que la colocaremos por separado, una vez que tengamos la empanadilla casi lista para cerrar.
Cuando han pasado los veinte minutos, sacamos del frigorífico nuestra pasta y la cortamos con un molde redondo de unos 6 a 8 cm de diámetro. A estos círculos les ponemos en el centro una cucharadita de relleno de queso y media de mermelada de frambuesa por encima del queso. A continuación, rocíamos los bordes del círculo con agua y se cierra la empanada. Para sellarla mejor y que no salga nuestro relleno, yo he usado el método clásico de apretar el borde de la empanadilla con un tenedor.Se hornean las galletas durante 15 con el horno precalentado a 200º y ¡¡ preparadas !!

viernes, 28 de mayo de 2010

Cookies de kikos y chocolate



Estaba yo cebando a mi novio con kikos... Todo por culpa de mis conjeturas...
Casi todos los días hago una paradita en el chino que hay al lado de mi casa; que si un día a por agua, otro por chicles, algunas veces caramelos y coca cola. Bien, pues cuando ya llevaba visitando este sitio cerca de un mes, me percaté de que el mozuelo que atendía me miraba de vez en cuando. Vamos que le pillaba yo ojeándome por los cristales de la tienda.
Claro, esas miradas furtivas se hicieron cada vez más evidentes por mi parte. Y, de repente un día, voy a pagar al mozuelo y él, después de cobrarme, me mira como si esperara que le pidiera otra cosa. Yo, un poco incómoda, con esa expresión facial tan directa y seria, le digo:
- No necesito bolsa, gracias.
Pero alarga la mano detrás del mostrador y me da una bolsa de kikos. ¿Eh? ¿y esto? ¿dónde me he perdido? Le repito:
- No que te he dicho que no necesito bolsa, gracias.
- No, esto para ti.
- Ahm... pues...¡gracias!
¡Madre mía! ¡Sospechas confirmadas! Este pobre que le he tenido que gustar yo... Normal, si vas dando las gracias y sonriendo... Así, ¿qué esperas? Bueno, no hay que ser tan negativa, por lo menos te ha regalado una bolsa de kikos.
Llego a casa y dejo la bolsa en la mesa del salón. Me encuentro a mi novio, le comentó la jugada del chino, ve los kikos y..., pis pas, ¡adiós bolsa! "Comida por no comer", ¿no? ¡Vaya rapidez chaval! Bueno, por lo menos se ve que le gustan.
Yo, como buena curiosa que soy, y porque no me queda otro chino más cerca... Volví al cabo de los días y pedí coca cola otra vez. El chino volvió a hacer el mismo procedimiento y ¡me volvió a dar otros kikos! Ummmm... Aquí hay truco me dije a mí misma, pero bueno otra bolsa y ésta me la como yo.
¡Ay ilusa de mí! Aquí quien no corre vuela y mientras yo me estaba cambiando alguien ya estaba royendo los kikos...
El tercer día que me regalaron otra bolsa, ¿cómo no?, ya salí yo mosqueadita. ¿A ver si iba a ser que a los kikos les pasa algo? Pues menos mal que yo no he probado bocado... Anda pero y ¿Carlos? ¡qué lo estoy envenenando! Bueno ¿qué digo yo?, ¡pero si se hincha él sólo! Y el caso es que no le pasa nada...
¿Qué pensáis que me comí la tercera bolsa? Efectivamente, ¡no! La dejé por casa, ahora un poco escondida en la cocina y sobrevivió, con otra y otra y otra... Vamos que no vaya a ser que se envenene nadie. Ahora, tirarlas no lo iba a hacer, ya que sólo eran figuraciones mías.
Fue el sexto día, cuando, por fin, descubrí qué ocurría. Por lo visto Coca Cola y Mr. Corn se habían puesto de acuerdo, y juntas se promocionaban. La estrategia era la siguiente: si te llevabas una botella de coca cola de 500 ml, te regalaban una bolsita de Mr. Corn.
Y nada, pues aquí me di cuenta de que soy retrasada, vaya mi cabeza traidora, manipuladora, que ni un segundo deja de ponerme en ridículo... Si me fijara un poco más, habría visto que en la puerta de las bebidas, ponía la promoción que os acabo de contar, pero como soy el despiste personalizado y la frase esa de "haber qué dan" es muy propia mía, pues ¿qué vamos a esperar de una?

El uso que le di a los kikos son estas galletas. ¡Están espectaculares! ¡Crujientes, de chocolate y con el ligero sabor a kikos, que con el salado que ya lleva hace que el sabor de la galleta coja más intensidad.
Con estas espectaculares cookies participo en el concurso de PepeKitchen con la colaboración de Caprichos de cocina.



Galletas de kikos y chocolate
Ingredientes (6 personas)
100 gr de azúcar
100 gr de harina
100 gr de chocolate con leche
40 gr de cacao en polvo sin azúcar
40 gr de mantequilla
3 cucharadas de leche (o menos para que no quede muy solida la masa)
3 cucharadas de kikos muy picados, casi como polvo (aunque yo los he dejado un poco más gordos)
1 huevo

Para rebozar las galletas:
1 cucharadita de azúcar
2 bolsas (menos lo que has quitado de antes) de kikos muy picados, como polvo

Poner papel vegetal en dos bandejas de horno. Después mezcla la harina, con el azúcar y la margarina. Funde el chocolate con leche e incorpora a lo anterior, también el chocolate en polvo y cuando esté bien unido todo agregar las tres cucharadas de kikos muy picaditos. Añade, por último, el huevo removiendo a fondo.
Cuando tengas lista la masa, déjala reposar como media hora en el frigorífico.
Ahora prepara el rebozado, coloca en un bowl pequeño el azúcar y los kikos en polvo y remueve para mezclar bien.
Para preparar las galletas coge porciones de la pasta con una cucharadita y forma bolas. Pasa las bolas por el rebozado y colócalas en las bandejas de horno, con cuidado que queden espaciadas y no se peguen entre sí (como unos 5 mm entre cada una). Introduce en el horno precalentado a 180º durante 15 minutos y ¡listas! No te preocupes que salgan blanditas del horno, porque luego se endurecen bastante y quedan muy muy crujientes.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Albóndigas de pescado con salsa de tomate y mejillones




Bien, pues yo de pequeña no era de muy buen comer. Al contrario, mis pobres padres tuvieron el sufrimiento de mi falta de apetito. La penitencia de la hora de la comida la compartíamos ambos, o ¿qué digo yo? mi familia entera. Todo eran aspavientos, juegos, "teatrillos" para que si, por algún bien certero, entraba algún sólido en mi boca no lo echara tal cual. Juro que no era mi intención... ¿Cuántas dobles comidas tuvo que comprar mi padre? ¿Cuántas veces tuve que dar cuerda al monigote de mi tío para que se pusiera en marcha mientras me mantenía distraída y que no me diera cuenta de que estaba comiendo? ¿O en cuántos trocitos tuvo que partir mi madre un pistacho para que me tragara de una vez las lentejas "pasadas" (vamos pasadas en la batidora)? "Venga, vamos Gema, come... Una cucharada más y te doy pistacho".

El pediatra, muy alegremente, esperanzó a mis padres confirmándoles que en algunos niños esta desconsideración hacia la comida era habitual y que pasados los dos o tres años, la situación cambiaría. Sin embargo, yo siempre me he caracterizado por ser muy obstinada, constante y, principalmente, cabezona (menudos piropos me estoy echando), por lo que mi repulsa hacia la comida se mantuvo muchos más años que la predicción de tal médico.

Así, las idas y venidas a la farmacia a por vitaminas, fármacos que me abrieran el hambre, hierro, fósforo, etc, se hicieron una constante en mi vida. Para asombro de todos, los jarabes de sabores sí que me los tragaba y sin desconsideración alguna. Pero, a pesar del esfuerzo, yo seguía igual de escualiducha, con mucha cabeza y muy chiquitilla.

Cuando iba a cumplir seis años, llegó mi hermana. Los santos escucharon las plegarias de mi madre, de mi abuela, de mi padre... No querían nada más que la próxima niña comiera; todavía más: que le gustara la comida. Y "Ochío" pasó a ser la niña deseada por todos, regordetilla con ganas de probar todo, de oler, de indagar los alimentos para mayores. Casi había que retirarla de la cocina para que "no se le saltara la yez". Yo no estaba muy segura de que la nueva adquisición de la familia fuera mi hermana... Rubia, con ojos azules, de piel clara y ¡con ganas de comer a todas horas! ¿pero, estamos locos? ¿De dónde ha salido este especimen de personaje? A mí me había quitado el trono una desconocida, ¡estaba claro!

En fin, con diez años y en la adolescencia aprendí lo que es el gusto a comer. De repente cogí mis formitas, algo de carnes, crecí... Así, nació también mi paladar, pues aún no era demasiado tarde... y hoy día me preguntó ¿no era yo el especimen de personaje?

Vamos, toda una declaración, para introducir esta nueva receta, pues otra forma diferente de que coman pescados los niños (y no tan niños) son estas buenísimas albóndigas. Solas y frías ya están deliciosas, pero en esta ocasión le he añadido una salsa fácil de tomate.

Albóndigas especiales de pescado con salsa de tomate y mejillones

Ingredientes (4 personas)
Albóndigas de pescado
500 gr de pescado blanco (merluza, pescada...)
50 gr de aceitunas negras deshuesadas
50 gr de piñones
1 cucharada de alcaparras
1 cuchara de aceite
1 tacita de pan rallado
1 huevo
Sal, perejil y pimienta

Para la salsa de tomate:
1 lata de tomate frito de lata (el del Mercadona está espectacular)
2 ajos bien picados
100 gr de mejillones hervidos en agua y sal (o almejas)
2 cucharadas del caldo donde hemos hervido el pescado
albahaca fresca
Orégano

El pescado blanco hervido se tritura con las alcaparras, las aceitunas y piñones. Después se agrega la cucharada de aceite, el pan rallado y el huevo y se bate otra vez todo. Se sala al gusto y se condimenta con perejil y pimienta.
A continuación se forman bolas con la masa para hacer las albóndigas y se fríen en un cazo con aceite bien caliente. Dejamos que escurran el aceite en un plato con una servilleta.
La salsa de tomate la preparamos de la siguiente manera. En una sartén con un poco de aceite sofreímos los ajos y cuando estén dorados se incorpora el mejillón y dos cucharadas del caldo donde hemos hervido el pescado. Cocinamos unos minutos y se le añade el tomate. Dejamos que se hagan cinco minutos y, por último, se añade la albahaca cortada en trocitos y el orégano.
Para servir, en un plato colocamos las albóndigas y por encima la salsa de tomate.
¡Y A comer!


lunes, 24 de mayo de 2010

Mi primer regalo!!


Bueno... ¡Qué subidón tengo en el cuerpo! Resulta que llego a casa, me pongo cómoda y voy a mirar mi blog, cuando, para mi sorpresa, veo un mensaje de Lore diciéndome ¡¡¡que he ganado un regalo!!! Pero a ver, vayamos paso a paso...

La curiosidad, madre de todos los inicios, hizo que nuestra amiga Lore se decidiera y comenzara su primer blog Cocinándotelo. De eso hace ya un año justo.... Un pequeño juego, o mejor dicho, una pequeña apuesta, que pronto se convirtió en algo muy grande, un espacio donde compartir con todos nosotros, lectores aficionados a la cocina, sus mejores artes culinarias. Y lo consiguió, porque la hemos estado siguiendo y hemos preparado muchas de sus comidas.

Por esto, cuando vi que tenía una nueva entrada celebrando su primer aniversario, no dudé en felicitarla. Me sentí identificada con este post; la forma en que le picó el gusanillo de la cocina y sus incipientes pasos en el mundo bloguero habían sido exactamente los míos; los mismos, que hace casi un mes, me lanzaron a montar mi "rinconcito".

Así que Lore, otra vez, ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!! y no sólo por el regalo, sino por compartir tantas cosas con nosotros, ¡por esa generosidad innata! Por supuesto, ¡ya os enseñaré el regalito!

Y bueno, ya que estoy dando las gracias... También daros las gracias a vosotros, los que me seguís, los que me leéis, los que me habéis encontrado. Esta incursión en mi blog está siendo muy satisfactoria y todo os lo debo a vosotros, que con vuestros comentarios, "alimentáis mi blog" y mi ilusión, por supuesto.

Ea, dicho queda, que no sólo Bardem hoy va a agradecerle a PE el estar a su lado... (joe, ¡cómo se me va!)


sábado, 22 de mayo de 2010

Bocaditos de café


Me acuerdo de mis comienzos en el mundo de las galletas. Experimental, como todo, pero desastroso y caótico... Tenía que entender que lo que va a salir de la pasta de ingredientes no será algo tierno, sino, en todo caso, esponjoso. Y aquí iba yo, manos a la obra, añadiendo más líquido a la masa, menos harina no vaya a quedar demasiado espeso. El primer intento resultó una catástrofe total, pongo la masa en montoncitos encima de la bandeja del horno y, de repente, adiós bolitas, sólo queda un mazacote bien grande y extendido en toda la superficie. ¿Qué ha pasado? No entiendo...
La segunda vez resultó algo mejor, pues la masa aguantó un poquito más para desparramarse, vamos exactamente cuando pasaron dos minutos en el horno ¡Menudo careto se me quedó cuando al hornearse vi que con demasiado regocijo había gritado aleluya!
Y claro, pues después de esto; a otra cosa mariposa... Me embauqué en otras artes culinarias, más propias de mí, como el bizcocho de chocolate, que siempre triunfa en fiestas (y ya pondré...) o mezclas varias, como pizza, pollo, pescados, etc,... Todo con tal de retrasar un poco mi nueva incursión en el mundo de las cookies.
Pero esto no tardó mucho. Ya se me había quedado a mí ese gusanillo, esa mosquita puñetera, diciéndome: ¡no me puedo creer que seas tan torpe! o cuando en ocasiones, se comportaba un poco más benevolente y decía: ¿Si has hecho esto como se te van a resistir unas galletas? Así, un día haciendo una masa de pizza, pillé el truco: ¡tiene que ser una masa de galleta bien consistente para que no se disuelva tan rápido! Vaya descubrimiento el mío, ciencia en estado puro diría yo... En fin, cada uno con lo suyo y aquí os dejo esta magnífica receta; bocaditos de café muy sutiles, porque el aroma del capuccino es así, y también por lo esponjoso del relleno. Son perfectas para tomar con el desayuno o café, o a media tarde, o para cenar...

Bocaditos de café
Ingredientes (20 galletas, dependiendo el tamaño, claro está)
150 gr de mantequilla
150 gr de azúcar moreno
2 huevos (si quiere más espesa la masa, sólo 1)
350 gr de harina
25 gr de capuccino soluble o dos sobre.

Precalienta el horno a 200º. Bate la mantequilla con el azúcar hasta que tengas una crema. Agrega el resto de ingredientes: primero la harina, segundo el capuccino y lo último los huevos.
Mezcla todo bien, amasa y extiende la pasta formando un rulo de salchichón con papel trasparente. Mételo en el frigorífico, mínimo una hora. Después yo cogí con una cucharadita montones de la masa e hice bolitas, que coloqué en la bandeja del horno. Preferí este método, pero si se desea, se pueden hacer rodajas del salchichón de pasta y tal cual hornearlas.
Finalmente, se dejan las galletas horneando durante 12 minutos y ¡listas! No estarán crujientes, si haces bolas, porque la masa no se extiende del todo y se montan galletas muy tiernas y ricas.

martes, 18 de mayo de 2010

Pechugas de pollo con aire oriental




Normalmente no tengo mucho tiempo para preparar comida a mediodía, de aquí que mi congelador esté lleno de los tuppers de mamá o de mi suegra. ¡Vaya tetris más apasionante el ir colocando toda la comida en un congelador mediano! Al final entra todo, pero la fatiga que paso... Ahora, no puedo quejarme, tengo comida para mínimo un mes y encima, lo mejor de cada casa, todo caserito y seleccionado para que no falte ni una proteína o vitamina de menos, que deje de alimentarnos. No hay nada como volver a probar un buen cocido (habichuelas diría alguno que yo me sé...), el pisto o las riquísimas croquetas de jamón. ¡Ya no tengo que ir a casa para poder comer en condiciones! ;)) No lo digo en serio mamá, que como la comida recién preparada y, sobre todo, como en casa..
Pero, bueno hay días que vuelvo a mi rincón-cocina y experimento un poco, que es lo que me relaja y divierte. Así es cómo salió esta receta estupenda...

Pechugas de pollo con aire oriental
Ingredientes (2 personas)
4 lomos de pechuga cortados en daditos
1 cebolla
1 manzana
2 cucharadas de pasas
1/2 vaso de vino blanco
3/4 vaso de caldo de pollo (o 1/2 cubito de avecrem, disuelto en agua)
1 cucharadita de curry
1 pizca de nuez moscada
1 pizca de canela
Sal

Se sofríe el pollo, previamente salpimentado, en una cacerola con dos cucharadas de aceite. Se aparta y sobre el mismo aceite, pochar la cebolla y una pizca de sal. En el caso de que se pegue añadir unas cucharadas de agua. Cuando esté lista la cebolla, incorporar la carne, las pasas y el medio vaso de vino blanco. Agregar el curry y la pizca de nuez moscada y mezclar bien.
Después de un minuto añadir la manzana pelada y cortada en tacos y la pizca de canela. Por último echar el caldo de pollo y dejar a fuego lento todo hasta que se consuma el caldo y las pechugas estén tiernas. Salar al gusto, si hiciera falta.
¡¡Impresionante!!

lunes, 17 de mayo de 2010

Banana bars



Es lo que tiene internet o el mundo blogero concretamente... Visitas un blog, de recetas en mi caso, empiezas a leer una que te ha llamado la atención por el nombre, los ingredientes o la foto. Luego miras otras etiquetas y, sin quererlo ni beberlo, te encuentras en otro blog. ¿Cómo ha podido pasar tan rápido el tiempo? Yo dije un rato y ya son ... Y ¿qué? ¡¡Me lo he pasado "divinamente"!! Tantas cosas que aprender, experimentar, tantas delicias para la vista, que si no fuera porque veo los blogs a través de mi ordenador, podría decir que hasta huelo lo que veo!! Mmmm!!! Ojalá pudiera hacerse realidad en un futuro, ¿te imaginas? Un trocito de mi cocina más cerca de tí, para que te acerques a mi mundo y me digas qué te parece el sabor, si le añadirías algo, o para proponerme más recetas. Eso sería... ¡¡la leche!!
De momento me conformo con que una vez más os guste otra receta estupenda. Se trata de unos Banana bars, que como el buen vino, está mucho mejor si se dejar reposar mínimo un día. ¡Está de vicio! A ver qué os parece.

Banana bars

Ingredientes (6-8 personas)

Bizcocho
1/2 taza de mantequilla ( 115 gramos)
1 taza de azúcar blanco (225 gramos)
1/2 taza de leche
1 cucharadita de extacto de vainilla
1 y 1/2 taza de harina todo uso (165 gramos)
1/2 cucharadita de bicarbonato
1/4 de cucharadita de sal
1 plátano muy maduro en puré
1 cucharadita de zumo de limón
1/2 taza de nueces picadas (40 gramos)
1/2 cucharadita de canela

Crema
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharada de extracto de vainilla
150 gramos de queso crema (untable)
1/2 plátano en puré
1 taza de azúcar blanco (yo fui probando hasta que me gustó el sabor de la mezcla para que no tuviera tanto azúcar)
1/4 cucharadita de zumo de limón

Precalienta el horno a 180º y engrasa un molde, mejor si es tipo brownie para que el bizcocho no suba mucho y salgan mejor los cuadrados de éste a la hora de emplatar.
En un bowl bate la mantequilla y el azúcar hasta que quede como crema. Añade la leche y 1 cucharadita de vainilla. Después combina todos los ingredientes secos (la harina, el bicarbonato de sodio y la sal) y revuelve con la mezcla de azúcar.
Por otro lado, mezcla el plátano, el zumo de limón y las nueces. Mezcla con lo anterior y hornea de 25 a 30 minutos o hasta que el bizcocho esté hecho. Deja enfriar en el molde sobre una rejilla.
Para hacer la crema o glaseado: poner en agua dos hojas de gelatina. Después bate la mantequilla derretida, la vainilla, el azúcar glass, el plátano banana y el limón con la batidora, hasta que quede suave. Se calienta un poco de leche en el microondas a máxima potencia y disolvemos en ella, la gelatina. Por último, añadir a la crema y se deja enfriar como media hora en el frigorífico.
Montar la tarta es muy fácil, sólo hay que echar la crema sobre el bizcocho y pasadas unas horas se trocea en cuadrados o rectángulos, como en mí caso.

jueves, 13 de mayo de 2010

Mi primer pan (pan de mie o pan de molde)





Hoy he hecho mi primer pan, algo que me parecía totalmente imposible. Pero, ¡lo he conseguido y está para mojar...PAN! Un sabor delicioso, una textura crujiente por fuera, pero tierno por dentro. Lo mejor es el olor que desprende cuando se está haciendo en el horno; de repente, en vez de en tu casa, te encuentras en la panadería esperando que te atiendan.
Para mí esta receta es especial; he descubierto un mundo aparte lleno de recetas, sabores y formas, ¡lo que me queda aún por experimentar! Mis utensilios de cocina y método de preparación resulta algo rudimentario, pero para mi satisfacción, el resultado de este pan, es perfecto.
Gracias Eva por esta magnífica receta y por tus consejos. Seguiré visitando Ma petite boulangerie ahora que ya he roto la barrera de los panes;)).

Por curiosidad os pongo un pequeño ensayo sobre el pan.

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ANTOLOGIA DEL PAN
(Salvador Novo)

El Pan, según la Biblia, resulta ser tan antiguo como el hombre mismo. Adán, vegetariano, al ser echado de su huerta, no sólo fue condenado a ganarlo con el sudor de su frente, sino que iba en lo sucesivo a alimentarse de carnes –caza y pesca- para tragar, las cuales necesitaban acompañarse de pan, tal como nosotros. Las frutas y las legumbres pasan sin él. Mas para aquellas constantes excursiones de nuestros abuelos prehistóricos, como para las nuestras, era bueno llevar sándwiches. Toda pena es buena con pan. Y el que tiene hambre, piensa en él. Lo comen las personas que son como él de buenas. Calma el llanto. ¿A quién le dan pan que llore? Y las personas sinceras le llaman por su nombre, y al vino vino.

El pan es sagrado. Manhá “¿qué es esto?” “El pan que se cuaje en torno de nosotros, mejor que en los trigales:” Antes, Lot (Génesis, III) hizo una fiesta “e hizo pan”. Y Abraham, cuando recibió a los ángeles, ordenó a la diligente Sara (Génesis XVIII) que preparara panecillos.

El pan no armoniza con ciertos guisos ni con determinados líquidos. Por eso a las personas inarmónicas se les llama “pan con atole” y es preferible comer tortillas con los frijoles y piloncillo con el atole. Tal hacían los indios y todavía o aceptan el pan. Es sagrado, he dicho, y es católico. Conformándolo con diversas maneras se celebran fechas notables: las roscas de reyes, el pan de muerto, y desde luego las torrijas y la capirotada y los chongos.

El pan es inseparable de la leche. Si incompatible con el atole, es indispensable con el chocolate o con el café con leche. Niños y viejos lo bendicen porque se reblandece mojándolo en “sopas”. No es menor su interés literario. ¿En qué novela con calabozos no aparece, con el jarro de agua, un pan duro? ¿En qué novela con altruismo no se habla de los mendrugos o de las migajas y no se dice: “nos arrebatan el pan.” ¿Y el amargo pan del destierro?

En nuestros pueblos, coloniales aún, el pan se vende en las plazas, en grandes canastos. Todavía las familias, en las “colonias”, tienen un panadero predilecto, aquel que constituye en flirt decorativo que llega a las cinco de la tarde, cuando ellos vuelven del colegio, con su gran bandeja de chilindrinas, hojaldras, violines, huesos, cocoles, monjas, empanadas, roscas de canela, cuernos, chamucos…

Las teleras –bolillos y virote, según la región- que consumimos usualmente en la mesa son adecuadamente grandes; parecen encerrar, además, en su forma de puño cerrado, una sorpresa. El pan rebanado, americano –el pan que usted comerá- ya se sabe que nada encierra. (¡Oh, razas blondas que procedéis por partes, por pisos, por años, por capítulos, por tajadas, por estados!)

La telera y el bolillo son aristocráticos, totales e individualistas. Nadie que se respete comerá delante de la gente una sobra de bolillo como se come una rebanada de pan. Y decid, francamente, ¿no halláis preferibles las tortas compuestas a los sándwiches, aun los pambazos compuestos?

Mas, ya aparecen casas americanas que reparten pan en automóvil: tostado y de pasas -¡poca imaginación nórdica!-, para todos los usos. Aquellos grandes surtidos de bizcochos para la merienda van desapareciendo. En los cumpleaños ya se parte el birth-day-cakes. El té substituye al chocolate y se toma con pan tostado o con pan de pasas. Los bolillos, grandes trigos, ceden su puesto a las monótonas rebanadas. México se desmejicaniza. “Con su pan se lo coma.”
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Pan de molde
320 gramos de harina de fuerza
8 gramos de sal
10 gr de mantequilla
18 gr de levadura fresca
40 gr de leche
220 gr de agua

En un bowl comenzar añadiendo el agua templada, donde se disuelve la levadura hasta que no queden grumos. Incorporamos la leche, también un poco caliente para evitar que la levadura pierda fuerza, la sal y la harina de poco en poquito y mezclamos con una cuchara de madera hasta que la mezcla se incorpore bien. Por último, se añade la mantequilla.
Después comenzamos con el amasado en una superficie limpia y enharinada durante 10 minutos más o menos, siempre intentando recoger toda la mezcla, como si se lavara la ropa en las antiguas pilas.
Una vez que tenemos la masa, se hace un cilindro con ella y se coloca en un molde enharinado; en mi caso uno de bizcocho rectangular de 22 cm. Aquí se deja reposar durante 1 hora y media, más o menos, para que doble de volumen. Si se puede colocar la mezcla en un lugar cálido, la masa subirá antes y mucho más (para conseguir este efecto yo calenté el horno 40º menos de un minuto y coloqué el molde dentro).
Cuando ha transcurrido esa hora y media. Precalentamos el horno a 210º y horneamos nuestro pan durante 40 minutos. Si en la cocción vemos que la parte de arriba del pan se ennegrece mucho, se puede colocar papal albal para taparlo. Ya preparado, dejamos enfriar sobre una rejilla.
¡Y ya está! ¡Un pan fácil y buenísimo!


Pescado al albariño



El año pasado estuve en Santiago. Una escapadita de fin de semana, de la que recuerdo, sobre todo, la comida. ¡Qué manjares aquellos! No es que no disfrutara de la ciudad, al contrario, si no que como era Noviembre, pues parecía que el invierno se había adelantado y la lluvia se confabuló contra nosotros. Este escenario, muy típico gallego, nos proporcionó la mejor excusa para comenzar la visita gastronómica a todos los bares que se encontraran en nuestro tour turístico. Así, manos a la obra, empezamos después de comer con el café y por la noche seguíamos con vinos, unas navajas por aquí, otra de mejillones, luego unas vieiras, empanada, etc, etc, etc. Por supuesto, no podía faltar el postre, una tarta de santiago espectacular, porque si era necesario hacer hueco, ¿quién se iba a poner en contra? Estuvimos en un montón de bares, pero mi cabecita, un tanto desmemoriada, no me deja recordar nada más que un nombre: O Gato Negro, donde entramos el domingo para tapear y nos pusieron unos mejillones en escabeche... Aún los recuerdo y se me caen lagrimones de placer.
En fin tendré que volver a esa estupenda Galicia, pero esta vez para hacer un buen viajecito.
Y ya la receta, sencilla y ¡buenísima! La base la saqué de una receta de vieiras, pero pensé que poco iba a comprar yo estas conchas, por lo que la adapté a mis creaciones y no ha quedado nada mal.

Pescado al albariño
Ingredientes (4 personas)
4 lomos de pescado fresco (fletán, rape, dorada, lubina,...)
2 cebollas cortada en daditos
2 dientes de ajo picados
4 lonchas de jamón serrano o tres cucharadas de jamón troceado
1/2 vaso de albariño
Perejil fresco como 2 cucharadas
Pimentón
Sal y aceite

Precalentar el horno a 180º. Preparar la bandeja del horno con un poquito de aceite y colocar encima el pescado, salar y echar un poquito de pimentón dulce y perejil encima de éste. Añadir aceite y hornear durante 15-20 minutos, hasta que veamos que el pescado está hecho.
Mientras preparamos la guarnición. Pochamos la cebolla con un poco de sal durante cinco minutos, añadimos los ajos y seguimos cociendo hasta que tengamos la cebolla lista. Después, incorporamos el jamón y removemos todo hasta que veamos que el jamón se ha tostado. Echamos el perejil y se mueve dos minutos más. Por último, se vuelca el albariño y dejamos cocer hasta que se evapore el vino y quede una mezcla de cebolla caramelizada.
Una vez tenemos el pescado y la guarnición de cebolla, se sirve la cebolla y encima el pescado y ¡a comer!


martes, 11 de mayo de 2010

Remojón de salmón ahumado


Soy andaluza, más en concreto, de Jaén. Llevo en mi sangre el oro líquido desde que mi madre me llevaba dentro y el olor de mi tierra, sus gentes y costumbres me llama cuando estoy lejos. Me gusta mi acento, mis comentarios, salidas... Siempre quiero sol y claridad, el tapeo, y si es en las terracitas, ya no puedo pedir más. No soporto mucho el frío y ¡mira tú qué donde me fui a estudiar, no helaba! Sí, porque de mi pequeña ciudad, viajé hasta Pamplona, para comenzar una etapa nueva, más que nada para salir del cascarón. Allí estudié periodismo y en busca de trabajo, me vine a Madrid. De eso hace ya casi 8 años y ¡cómo vuela el tiempo!
En fin, toda una pequeña parte de mi vida para introducir esta riquísima receta típica "granaina", que aunque no soy de allí, ya casi soy hija adoptada. Es el remojón, pero variado un poco, pues el bacalao lo sustituí por salmón ahumado, que me encanta, y como no tenía aceitunas, pues sin ellas. Salió... mmmm!!! La naranja da un sabor especial, con cualquier combinación queda perfecta.
¡Probadla, ahora que llega el buen tiempo (o eso esperemos)!

Remojón de salmón ahumado
Ingredientes (4 personas):
2 naranjas hermosas
1/2 cebolla
1 lata de atún
1 paquete de salmón ahumado
Aceite, sal y pimentón

Quitar la piel a las naranjas y cortarlas en rodajas. La cebolla la troceamos igual y el salmón en tiritas pequeñas, que luego enrollaremos. A continuación, se prepara la presentación de la ensalada, de base poner la naranja, seguir con la cebolla y encima colocar cucharaditas de atún junto con el salmón. Por último aliñar al gusto.

lunes, 10 de mayo de 2010

Curso de decoración de galletas



Ya os conté que muy pronto subiría un post sobre el curso de galletas que hice este sábado. Y aquí va, no podía resistirme más...
Muy ilusionada iba yo a mi primera cita con nuevas amigas blogeras (Zulima, Nieves, Angie, Paula), pero desde luego no sabía que iba a disfrutar tanto. Venga a ver galletas de diferentes formas, que si corazones, que si globos, que si muffins,... Bua, ¡pero qué sabor tan rico tenían esas galletas! Y esto era el principio, luego nuestra profesora Paula, empezó a sacarlas decoradas y todo el color inundó el salón de Angie. Al principio, miras con expectación y no te decides a probar esa galleta tan bonita, pero cuando das el primer mordisco, piensas: "Menos mal que la galleta es grande...".
Y a partir de aquí empezó la diversión. Primero preparas las galletas, luego las glasas, lo siguiente será las mangas pasteleras y, desde ese momento, a pintar las galletas, como te dé la imaginación o el pulso. Cuando coges un poquito el tranquillo a la cosa, vas haciendo tus primeros pinitos decorativos, junto, claro está, a algún que otro fracaso, pero bueno es el primer día, ¿no? En fin, que miras tus galletas para ver qué tal quedan y al mismo tiempo, las que aún te quedan por decorar y si son pocas... puff! ¿ y tendrá más Paula? Por supuesto que sí.

En fin que voy a deciros más, me lo pasé como una enana y la profesora perfecta, ¡con unas manos! Aprovecho para enseñaros mis creaciones. Os pondría las recetas una a una, pero ya he visto que Tartasacher en su blog, ya las ha colgado, así que visitarlo, porque además veréis creaciones impresionantes.

sábado, 8 de mayo de 2010

Pavlova de nueces con melocotón


La Pavlova, una tarta con nombre y personalidad totalmente acorde a su origen, se creó para la famosa bailarina rusa Ana Pavlova, ahora bien, no se sabe si fue durante su visita a Nueva Zelanda o Australia en 1920. De aquí la polémica de que ambos países reclamen su autoría.
Pavlova o "pav" es en realidad una tarta de merengue cubierta con crema y frutas frescas troceadas. Tan sencilla y fácil de preparar, que sorprende su textura crujiente y delicada, sensiblemente quebradiza, pero de sabor exquisito.
La he preparado como segunda aportación a HEMC y es que no podía ser más apto este postre para la "operación bikini", pues cuentan que Ana era delicada y delgada, lo que causó gran expectación en el mundo de las bailarinas, ya que solían ser musculosas. Así a Ana le reservaban papeles románticos, como el que la hizo famosa "la muerte del cisne".

Pavlova de nueces con melocotón

Ingredientes (4 personas)

Merengue
4 claras de huevo
100 gramos de edulcorante en polvo
1 cucharada colmada de maicena
1 cucharadita de vinagre
1 cucharadita de esencia de vainilla
30-50 gramos de nueces molidas o picaditas

Crema de melocotón
2 yogures de melocotón light
Una lata de melocotón en almíbar y unas dos cucharadas de este jugo
2 cucharadas grandes de queso de untar light

Precalentar el horno a 180º y preparamos la base del horno para colocar el merengue una vez preparado. Para esto, colocamos una hoja de papel vegetal en la bandeja y dibujamos un círculo de 20 cm más o menos, que luego rellenaremos con el merengue. Yo en este caso hice círculos más pequeños de diferentes tamaños para formar una mini tarta. A echamos mantequilla y harina y quitamos los restos que nos queden.
Después, se montan las claras a punto de nieve con una pizca de vinagre, primero a velocidad media y cuando forme espuma a velocidad alta. Cuando estén a punto de nieve, se va agregando el edulcorante y la esencia de avainillado. Añadimos, ya sin batir, la maicena, el vinagre y las nueces.
Con esta mezcla preparamos una manga pastelera de boquilla gruesa y hacemos enrollados con el merengue justo en el círculo que hicimos en el papel de horno (en mi caso varios círculos pequeños) Lo metemos en el horno y lo dejamos hasta que esté dorados, más o menos de 50 a 60 minutos.

Mientras se prepara la crema de melocotón. Para ello mezclamos todos los ingredientes de la crema (yogures, melocotones y su almíbar, junto al queso) menos dos o tres mitades para filetearlas y colocarlas en la decoración de la tarta.
Una vez tengamos el merengue listo, montamos la tarta. La presentación normal es el merengue, encima la crema de melocotón y por último los trozos de melocotón fileteados que hemos reservado. Yo como quería formar una pirámide, pues alterne más merengue y crema, utilizando círculos de merengue más pequeños para la parte alta.



viernes, 7 de mayo de 2010

Tomates al horno

Me encanta el tomate, ya sea en ensalada, frito, al horno... En especial de este último modo, pues ese sabor y el juguito que sale está para mojar pan y nunca mejor dicho. Y es que el tomate es indispensable en una cocina, sus propiedades son infinitas, pero para mí destaca su poder antioxidante, junto a su prevención de cáncer y colesterol.
Y para curiosidad de algunos, Pablo Neruda no sólo escribió Poemas de amor...



Tomates al horno

Ingredientes (4 personas)
4 tomates maduros
4 huevos
1 cebolla
Queso
Jamón
Sal, pimienta,...

Se pica la cebolla y se pocha en una sartén. Mientras se preparan los tomates, quitándoles la tapa de arriba y vaciando el interior. A continuación, mezclamos el relleno del tomate con los huevos, el queso, el jamón y la cebolla ya pochada. Salpimentamos al gusto y rellenamos con la mezcla los tomates. Después los colocamos en una bandeja de horno, que habremos precalentado a 180º y dejamos que se hagan hasta que veamos que el tomate ya está listo y el huevo ha cuajado (aprox. 20 min). ¡Qué rico!





Sorbete de melón con crujiente de jamón desmigado




Tengo que decir que esto de empezar un blog y ver la evolución en sus primeros días desde el nacimiento, es algo muy satisfactorio. ¡Qué ilusión me hizo ayer tener mi primera seguidora, Paula! Y no sólo eso, sino que además voy a participar en su curso sobre decoración de galletas este sábado. Ya sabéis, una de mis siguientes entradas será ésta.
Y como sigo con mis pinitos en este mundo, pues comienzo a participar en los concursos de Hecho en mi cocina (HEMC). Esta vez Palmira, propone un tema de actualidad, la famosa "Operación Bikini" y las recetas que contribuyen a que este verano nos pongamos el bañador gustosamente. Yo no es que peque de falta de modestia, pero si os cuento un secreto: yo creo que a mí lo que me hace falta es engordar, por lo menos unos tres o cuatro kilitos, y no es porque quiera aparentar o dármelas de "superdivina", sino que mis nervios son algo inaudito y parece que lo que como lo engullo, porque vamos... Y sí, podréis pensar que es una suerte y que aproveche hasta que me cambie el metabolismo (frase mítica entre las míticas), pero buena tod@s tenemos algún motivo para quejarnos.
En fin, que no todo en la vida sea adelgazar (o engordar), pues no sólo hay que quedarse con eso de que son recetas lights, bajas en calorías, sin grasa,... sino todo lo contrario, ¡habrá que dar cabida en nuestro menú a comidas sanas y ricas!
Y después de este confesionario, aquí os dejo una de mis contribuciones a HEMC. Una receta muy fácil de preparar, además de disponible para la mejor ocasión, pues se guarda en el congelador y listo para cuando guste. Tan sólo hace falta un melón bueno y el mejor de los jamones, en mi caso, el que tengo la suerte de tener en casa siempre, (Escalona, "walker";)), ¡una mezcla de sabores y contrastes irresistible!

Sorbete de melón con crujiente de jamón desmigado:

Ingredientes (4 personas)
1/2 melón dulce (yo use melón galia esta vez)
2 o 3 cucharadas de ron blanco
Un chorreón de aceite (como 3 cucharadas)
Una pizca de canela
Sal y pimienta al gusto
4 lonchas de jamón serrano

Primero mezclamos, "despepitamos" el melón y sacamos toda la carne. Ésta la ponemos en un bowl con el resto de ingredientes y batimos bien. Dejamos en el congelados hasta que se formen cristales como unas dos horas. Después sacamos y removemos para conseguir una consistencia más cremosa y dejamos en el congelador otra hora más.
A continuación. precalentamos el horno a 180º y preparamos dos papeles de horno vegetal o uno partido por la mitad. En él colocaremos las lonchas de jamón y cubriremos con el otro papel, de forma que el jamón quede bien empapelado.
Una vez calentado el horno colocamos el jamón dentro como unos 10 minutos para conseguir el crujiente de jamón. Lo sacamos y dejamos una loncha entera o dos para decorar, el resto las partimos en trozitos pequeños.
Por último sacamos el melón y los volvemos a remover para que no esté tan cuajado. Formamos bolas, como si se tratara de un helado y las ponemos en una copa de helado, espolvoreamos con el jamón desmigado y colocamos una loncha de jamón para decorar con un poco de menta.
¡A disfrutar de un aperitivo nutritivo, rico y sin grasa!


martes, 4 de mayo de 2010

Original Nestlé Toll House Chocolate Chip Cookies

Una vez más estas famosas y riquísimas cookies americanas. Sí, estoy al tanto de que en miles de blogs comentan acerca de ellas, ya las han preparado o enseñan cómo hacerlas. Pero, vamos a dar un toque más histórico a este post.
Todo comienza siempre con una invención, más bien con un creador, alguien con cierto toque de creatividad, cuyas manos y experiencia consiguen hacer algo sorprendente, unas galletas o "cookies". Pero no conviene subestimar ese atrevimiento, pues si consiguen permanecer a lo largo de tantas décadas, deben ser magníficas y, sobre todo, riquísimas!
Por ello, comencemos a contar un poco la historia de la inventora de las "Original Nestlé Toll House Chocolate Chips Cookies". Primero y como casi todo en la vida, existía una mujer por el año 1933 en Massachusetts (EEUU) llamada Ruth Graves Wakefield, cuyo invento fue fruto de la casualidad. Su postre tradicional de galletas tenía su origen en una receta colonial, pero un día Ruth, por falta de ingredientes, tuvo que sustituirlos por trocitos de chocolate sacados de una barra de chocolate Nestle, que después de la cocción seguían intactos. A raíz de aquí sus cookies de chocolate se hicieron famosas en el restaurante que llevaba con su marido.
Pero la fama de esta galleta, llegó cuando la señora Wakefield publicó un libro de cocina, donde dió a conocer su receta.
Así, desde ese momento se incrementó la venta de tabletas de chocolate Nestlé semidulce, por lo que Andrew Nestlé propuso a Ruth que imprimir su receta de galletas en la envoltura de la tableta su receta y a cambio recibiría gratis durante toda su vida todo el chocolate que necesitara para elaborar sus cookies.


(Si quieres conocer más pincha aquí para poder entrar en la página donde encontré esta información).

Y aquí mi receta adaptada para de 15 a 20 galletas: (recipiente usado: taza de desayuno y gramos)
1/2 taza de mantequilla;
1 huevo
1 taza y 3/4 de harina (160 gr)
1/2 taza de azúcar morena (63 gr)
1/2 taza de azúcar rubia (63 gr)
1/2 taza de nueces (50 o 60 gr)
1/5 de cucharadita de sal
1/2 cucharadita de esencia de vainilla o azúcar avainillado
1/2 cucharadita de bicarbonato

100 gramos de chocolate semidulce cortado en trocitos pequeños o chips.
Lo primero es precalentar el horno a 200º y batir la mantequilla a temperatura ambiente con los dos azúcares hasta obtener una mezcla cremosa. Después, sin dejar de batir, añadir la esencia y el huevo. A continuación ir incorporando la mezcla de todos los sólidos (harina, sal y bicarbonato). En este paso es mejor usar una espátula de silicona o cuchara de madera. Por último, añadir las nueces y el chocolate. Cuando tengamos la mezcla final coger con una cucharita un poco de masa y formar bolas que pondremos sobre una bandeja de horno cubierta de papel vegetal para el horno. Entre bola y bola dejar una separación de 5 mm para que al hornear no se peguen. No hará falta engrasar la placa de horno, pues las cookies o se pegarán por la mantequilla que llevan en la mezcla. Hornear de 9 a 11 minutos o hasta que estén doradas y dejar enfriar en una rejilla de alambre, pues no deben cocinarse más, ya que al enfriarse se endurecerán. Espero que las hagáis; son éxito seguro!



Esencia de Vainilla


Gran cantidad de los postres o dulces que suelo hacer contienen vainilla en todas sus variantes, azúcar avainillado, polvo de vainilla, vainas de vainilla o el más utilizado de todos: la esencia de vainilla.
De este último, es de lo que trata nuestro post. Busqué la esencia bastante tiempo, pero no sé qué me pasa últimamente, que no hay forma de que encuentre mis indispensables. Ahora, no me he rendido. Miré por internet para comprarla y, "fíjate tú", visité diferentes blogs en los que te mostraban métodos para hacer tu propia esencia o extracto de vainilla casero. Después de intentar ver cuál era el modo más adecuado, os pongo con el que me quedé.

Ingredientes:
250 mililitros de vodka (más o menos bueno)
4 vainas de vainilla
1 tarro, frasco, botella de cristal

Podéis utilizar tanto vodka, como ron y otro tipo de alcohol, aunque por todas las webs prefieren usar el primero y cuanto más bueno, de mejor calidad saldrá el extracto. Todo esto debido, a que según el tipo de alcohol que uséis, éste puede enmascarar un poco el aroma de la vainilla, de modo que cuanto más neutro sea vuestro alcohol más puro será la esencia.

Bien después de haber escogido el tipo de alcohol, lo más necesario será que consigáis 4 vainas de vainilla. Yo las compro en el supermercado, pues en general están bien de precio y dan buenos resultados.

¿Cómo puedes saber que una vaina se encuentra en buenas condiciones? Sácala del envoltorio y toca o apriétala, si ves que está dura, quiere decir que puede estar un poco "pasadita", ahora sí, yo no dejaría de usarla para cocinar.El próximo paso, será buscar un tarro o recipiente de cristal más bien oscuro, pero si no tenéis podéis usar uno de cristal trasparente teniendo en cuenta, que la esencia, una vez preparada, deberá quedar en un lugar oscuro, fuera de luz solar directa.
Este tarro deberá estar esterilizado, para lo cual, no tendréis más que ponerlo con agua hirviendo en un cazo durante 20 minutos y sacarlo en el momento que preparéis el extracto para que no tenga microorganismos.

Ya finalmente, sólo os queda preparar vuestra esencia. Para ello abrir vuestra vaina dando un corte longitudinalcon un cuchillo muy afilado de punta a punta y raspa el contenido de estas,las cuales irás depositando en el recipiente que previamente has preparado. Después corta la vaina en tres trozos e introdúcelas en el mismo tarro. Por último añade 250 mililitros del alcohol escogido y cierra bien. Para que se vaya haciendo tenéis que dejarla en un lugar oscuro y la primera semana remover vuestro tarro todos los días, a partir de la segunda semana y hasta la sexta sólo una vez por semana. Vuestra esencia, estará lista en 6 semanas y podréis empezar a usarla, aunque cuanto más tiempo la tengáis conservando, mejor será el sabor.
Y no sólo esto sino que se puede rellenar con más alcohol, cuando se vea que se ha usado bastante para que no se gaste.
Un consejo que os doy es que la etiquetéis adecuadamente con la fecha de vuestra creación, ya que creí leer que la fecha de caducidad desde ese momento son los dos años.



Espero que os sirva!

lunes, 3 de mayo de 2010

Los indispensables para comenzar


Para un buen inicio, siempre resulta necesaria una breve preparación de los utensilios o herramientas que van a ser indispensables en nuestra cocina. Yo utilizo los básicos, con los que se pueden realizar la mayoría de recetas de repostería. Ya me gustaría disponer de más, pero creo que la reducida cocina que tengo, es la que manda y su espacio es limitado, así que de momento os enseño mis artilugios.
En primer lugar necesitamos una báscula o peso para medir en gramos, ya que en España es el método tradicional en las recetas. Este que os pongo es bastante útil, pues no sólo mide de gramo en gramo, sino que además, os deja medir el envase y luego resta los gramos que le echéis al envase, junto a otras peripecias que aún no consigo dominar, pero en poquito tiempo lo habré conseguido.
Encima del peso aparece un vaso medidor de líquidos. Normalmente suelo preferir las recetas en las que los líquidos aparecen en gramos, pero por si acaso, tengo este vaso.
Otro tipo de medidores, sería el juego de tazas medidoras, que suelen usarse en la mayoría de recetas americanas. No son nuestras tazas de desayuno, pues creo que su equivalencia en gramos no es la misma, así que si os interesa podéis mirar sobre el tema en el blog de "El rincón de Bea". Yo no es que no os la recomiende, sino que, no las he encontrado por ninguna tienda...
Como siguiente y necesario utensilio de cocina, os pongo mi batidora, !qué fácil me ha sido montar claras, yemas y nata con las varillas! Pero, no sólo esto, sino que también se puede realizar masas con las otras varillas de amasado y, por supuesto, batir o triturar como toda la vida.
También os será muy útil, disponer de una lengua de silicona o cuchara de madera para ir añadiendo ingredientes, sobre todo para el caso de que no se os baje los ingredientes que hayáis montado con la batidora. Igualmente, la lengua os servirá para rebañar bien los moldes en los que cocinéis las mezclas, de forma que no os quedé ni una pizca que tirar, sino todo para que se termine de hacer y comer. Además, a falta de un tamizador, como es mi caso, se puede utilizar un colador para en aquellas recetas en las que os pongan que hay que tamizar harina, azúcar, etc,...
Por último, como indispensable serán los diferentes tipos de moldes, desde los clásicos de aluminio para magdalenas y muffins, hasta los desmontables para tartas o pies, principalmente en recetas que no necesitan horno o calor y los moldes de bizcocho: uno para que ya casi directamente salga nuestro bizcocho con forma decorada y el más clásico, también usado para puddings.
Son muchos más los utensilios que podréis encontrar en tiendas especializadas, pero creo que sin necesidad de más, estáis en condiciones de hacer postres sin igual, pues con un poco de imaginación y arte salen las mejores ideas!!

domingo, 2 de mayo de 2010

Bienvenid@ a mi rincón

Azúcar, canela, vainilla,...; mezcla, pocha, añade... y olor, más olor, un denso olor que inunda mi casa. ¡Soy feliz cocinando! Tanto que las horas se me hacen segundos. Los postres son mi perdición, si pudiera los haría todos, uno detrás de otro y de todos los tipos y sabores. Me inspira el poder "crear" a mi gusto o, más bien, destreza; disfruto viendo la evolución y el resultado, cuando es bueno claro está; pero, sobre todo, me llena de inmenso placer, poder compartir con quienes quiero mi gran afición, la cocina.

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