lunes, 6 de septiembre de 2010

Pipirrana de mi bisabuelo (hecha por mi abuela)

(4 meses y 159 seguidores. ¡Muchas gracias!)

Bueno y como lo prometido es deuda, aquí va una receta exquisita, uno de los grandes manjares de mi tierra y el mejor de los platos de mi casa por supuesto...

Cuenta mi abuela que su buen padre era uno de los mejores carpinteros de la tierra de las aceitunas. Lucho en la Guerra Civil, pero pronto tuvo que volver a su hogar con una bala en el pulmón. Se casó con una mujer extraordinaria, capaz de criar a siete hijos en los tiempos de la posguerra. Poco pan y muchas lentejas, el título de una película protagonizada por mi abuela y sus hermanos; demasiada hambre.
Mi bisabuelo llegaba a su casa en la cena, recuerda mi abuela, y lo primero que se preparaba su pipirrana o lo que pillara con el "majao" que tanto le gustaba. Sus hijos lo miraban deseando probar bocado y él esperaba unos minutos, tiempo suficiente para que su cena se enfriara en la ventana, ya que, como apunta, "entonces no había frigorífico".
Todo esto me lo decía desde pequeña. Me miraba con su cara de regañina, cuando, después de horas sentada conmigo para que comiera, arremetía:
-¡Aaaay qué vosotros no habéis pasado hambre! Cuando yo era joven me tuve que ir a Madrid para trabajar. A limpiar suelos, con las manos... ¡Hips! ¡Uuuuy! ¡Aaaaaaaaaaay! ¡Hips!
Y yo que la miraba y no me creía lo que estaba viendo:
- Abuelita, ¿estás llorando?
- ¡Aaaaaaaayyyyy! Si es que vosotros no habéis pasado hambre... Mi hermana y yo allí en Madrid, para dar de comer a nuestros hermanos, fregando suelos con callos en las manos, levantándonos a las 4 de la mañana... ¡Aaaaaaaaayyyy! Por eso digo, ¡qué mal acostumbrados estáis ahora! ¡Aaaaayyy!

Y no será por veces que se ha comportado así, que aún le vienen lágrimas a los ojos. Espero siempre la misma reacción, su encogimiento de cara, la rojez en las mejillas y sus desconsolados lamentos. Yo, y puede parecer que no tengo sentimientos y no es eso, me acercaba a ella y le contestaba medio riendo, medio conteniéndome:
- Pero abuelita que eso paso hace mucho tiempo...
- ¡Aaaaaaayyy! Ahora, que yo estaba muy bien mirada. ¡Cómo me querían a mi los señoritos! Vivían en Chamberí, donde tú estás ahora y me recorría todo Madrid entero andando. Nunca me perdía y yo iba por los cines, Gran Vía, el centro,... Todo recto para abajo y llegaba donde vive mi hermana, que entonces no había puentes, estaba todo desierto. Hasta Vallecas andaba, porque claro tu tía se casó con un madrileño... ¡Qué saben mucho los de la capital! Han visto muchas cosas, así que ¡tú ten cuidado! Pero a mí no me pillaron... ¡Vaaaamos! Una morena allí, con los ojos azules y tan guapa, que yo era, con mis formas, pues los tenía así... (señal con las manos de "a montones" incluida). Me acuero del hijo de mujer de la tienda donde íbamos a comprar, ¡enamoraito lo tenía! y ¡cómo me miraban por la calle! Con que arte y brío me movía yo, que si hubiera querido, me caso con uno de buena familia, pero a ver, yo sentenciada que estaba... Ya me dijo mi abuela una vez: "tú eres mujer, para un pobre".

Tan a gusto que se queda la buena señora. Yo echo una ojeada a mi abuelo sentado a su lado, que la mira y mueve la cabeza de un lado para otro, como afirmando que no tiene solución ninguna y responde chinchándola:
- Pues, ¡podrías haberte ido con otro de esos!
Mi abuela lo mira indignada y contesta:
- ¡Eso tendría que haber hecho! ¡Pues bien guapa, que estaba yo! ¿Te he enseñado yo la foto de joven!
- Sí, abuelita...
-¡Mira! ¡Mira!
Saca mi abuelo de su monedero una foto preciosa, en blanco y negro con los filos troquelados, donde se observa a una mujer de piel blanquita, ojos inmensos, claros como el cielo, pelo negro motoso, medio recogido y con las ondulaciones de la época. Mira sin miedo a la cámara desafiante, invitándola a fotografiar su mejor pose, aquel en el que enlaza su cuerpo al lado de una silla con un brazo, mientras el otro lo apoya detrás del cuello para levantar su largo cabello.


Pipirrana de mi bisabuelo

Ingredientes (4 personas)
9 tomates pelados
3 huevos duros
2 latas de atún
1/2 pimiento verde italiano
1 ajo
1/4 de vaso de aceite de oliva virgen extra
1 pellizquito de sal
2 puñaditos de miajón o miaja de pan

Vamos a hacer toda la preparación en un mismo cuenco o bowl, por lo que cogeremos el más grande que tengamos o en el que veamos que cabe la pipirrana.
Comenzamos picando el ajo muy pequeño y machacando con un mortero bien. A éste le añadimos un huevo duro troceado y seguimos machacando, también un tomate que trocearemos sobre el huevo para que suelte todo el líquido en la mezcla y una lata de atún con su jugo. Esto se machaca bien, moviendo todo el rato y dejando que espese todo un poco, que se quede como una salsa pastosa.
A continuación, incorporamos el miajón y seguimos con el mismo procedimiento y poco a poco el aceite sin dejar de remover, para integrar por completo el aceite y que no se vea suelto en gotas por ninguna parte de la mezcla.
Cuando hayamos conseguido esto, deberá quedar una salsa de color salmón, que estará mejor si apenas tiene grumos. A ésta le vamos troceando los tomates restantes, un huevo y el pimiento verde, éste último en trocitos pequeños. Removemos bien con una cuchara los ingredientes con el majao y dejamos en el frigorífico el bowl al menos dos horas, para que coja sabor el ajo y lo demás.
Finalmente, se presenta en un plato, con el huevo cocido que nos ha quedado y el atún de la otra lata de atún.
¡Ya sólo disfrutar de este plato riquíiiiiisimo! Ahhh y a mojar todo el pan del mundo, según os aconseja mi abuela.

41 comentarios:

Amanda dijo...

Un pipirrana delicioso y mas con toda la carga emocional que lleva encima.
Qué mal lo pasaron muchos de nuestros mayores!
Besitos.

José Manuel dijo...

Esto son tesoros,maravillas que no hay que perder. La historia de tú abuelo da más importancia todavía a la receta

Saludos

cristina dijo...

que bueno el plato y la historia genial jaja besos

Silvia dijo...

Ya sé de donde te viene a ti la vena culinaria. Tu abuela es una artista cocinando y veo que tu sigues sus pasos. Mi más sincera enhorabuena a tu yaya.

Besos.

capisi dijo...

No se que decir... estoy emocionada...la receta una maravilla vaya por ellos...y a mojar pan, un beos grande

Maricruz dijo...

Gemma, que buena historia y la receta genial.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Un lujo de receta! y no digamos la historia...
bss

locasita dijo...

Qué soletes tus abuelos!!!! y la receta maravillosa!!! la pondré en práctica!!!! Besos!

fimere dijo...

ah les bon plats de nos aïeuls!!!!
toujours savoureux et inlassables
bonne journée

Alcantarisa dijo...

Qué cosita me ha dado de leerte... la verdad es que nos quejamos de puro vicio, siempre lo digo... es un placer poder sentarse a hablar con los abuelos, que nos hablen del pasado (es nuestra historia!) y ver que no tenemos tanto de qué quejarnos.

La pipirrana... increíble, rica, fresquita y con una presentación muy currada.
Un beso.

Toñi Sempere dijo...

Eres única contando historias , me encanta!! .
Yo tengo mi particular historia, precisamente de la pipirrana , jeje.
Mi marido hizo la mili en Lorca , practicamente durante un año, estuvo comiendo diariamente pipirrana!! tardó tiempo en pasársele la fobia eh?? jjajaja.

A mi sinembargo me encanta!! la tuya se ve super apetitosa! un besito

Mesilda dijo...

La historia de hoy me ha gustado mucho,me has hecho recordar a mi abuela....muy parecida a la tuya.La pipirrana me encanta,es un plato de categoria.
Besets.

Silvia dijo...

QUe grandes nuestros abuelos!!Si es que eran héroes y a pesar de todo lo que vivieron ,los míos simpre han sido felices y agradecidos con la vida......me encanta la historia que envuelven y los "platos familiares";)

Un besote

Jose dijo...

Qué buena receta de esas con historia, tradición y orígenes. Me encanta. Habrá que probar ahora que todavía hace calor.

Besitos.

Los Fogones de Luisa dijo...

Una receta estupenda y una historia bonita.
feliz semana, besos

Unknown dijo...

que historia tan tierna, tu abuelita pobre, vaya vida se ha pegado de trabajar, y luego nos quejamos nosotros...no puede ser, menudo pipi mas rico!con lo que le gusta a mi padre en verano!un besote guapa

Alicia dijo...

La pipirrana es un plato que sólo pruebo cuando voy a ver a mi familia a Jaén. No me gusta comerla en Madrid porque me da nostalgia. Tiene una pinta deliciosa casi que noto el saborcillo al mirar la foto. Besos

Empar dijo...

La verdad es que no quiero imaginar ni siquiera que pudieramos pasar por lo mismo que ellos, porque nosotros acostumbrados a tanta sofisticación y tanta variedad de comidas y productos, además de lo amantes del consumismo que somos, lo ibamos a pasar realmente mal.
La pipirrana tiene una buena trayectoria y me parece genial que la compartas para que no se pierda.
Un beso.

Quiero ser súper famosa dijo...

Un plato bueno, alimenticio, fresquito... (qué no se ha ido el verano aún) y bien presentado. Y de postre, una historia entrañable. Parece que los mayores, hayan sido eso, mayores siempre, verdad? ... Y resulta que tienen mucho que contarnos. Besitos!

Nati dijo...

Me encanta como describes las cosas jajaja, la receta estupenda. Un besazo.

Belén y Bego dijo...

Me encanta cómo cuentas las cosas, siempre con ese toque de humor, jejeje.
La receta estupenda!!
Bsos

Mer dijo...

Vaya!!! Que coincidencia!!! De todas las recetas de pipirrana que he ido viendo por ahí, ésta es la que más se parece a la pipirrana que se ha comido siempre en mi casa.
Eso sí, yo ahora, para los primeros pasos uso la minipimer sin piedad... XD
Un besote!!!

Elisa dijo...

Si supieras la de platos que tuve que dejar rebañados porque mi madre me venía con la retahíla del hambre... La verdad es que debieron pasarlo muy mal en la posguerra.
Y el platito de tu bisabuelo, uuuummmmm. Yo publicaré pronto un platito parecido a este (de los de quitar el hambre con pocos ingredientes y mucho pan, pero bien bueno).
Me encanta como nos cuentas todas las historias, sigue así guapa.
Un beso.

Goyi dijo...

Qué historias...y es que en todas las casas hay una...
Bonita la pipirrana, siempre presente y qué buena te ha quedado la tuya...gustosísima!!!
Besitos wapa

María José Andreu Granados dijo...

una historia entrañable y que ya la se que es que te digan, a mi tambien me solian decir: ¡vosotras no sabeis lo que es pasar hambre en tiempo ede guerras¡, nos comiamos hasta las pelas de patatas y de los plátanos; mi abuelo que en paz descanse vivio la guerra civil y vino con una bala en la mano que le quedó inutil para siempre, así es la vida nunca se sabe que nos espera.
La pipirrana es una ensalada que me enanta aunqeu en cada sitio hacen la suya, mi abuelo tambien era el encargado de hacerla yo cuando era pequeña me la comia siempre me ha gustado y mas si la hacia el.
Te ha quedado estupenda guapa.
besitosssssssssss

Laura (Recetas Trucos y Tips) dijo...

Gran entrada, y perfecta receta

tiene una pinta deliciosa

mi más sincera enhorabuena y gracias por compartirlo :)

Espe Saavedra dijo...

pues tiene una pinta estupenda..que herencia...

Olga dijo...

Cuantos saben est@s abuel@s, bisabuel@s, habría que seguir sus consejos.
Tengo que probar la pipirrana, tal y como has indicado que ahí está el truco.
Rico, rico como dice Arguiñano.
Un saludin
Olga

Sara dijo...

Y tanto que lo pasaron mal, y tan mal!
Deberiamos valorar las cosas de otra manera, eso creo niña.
Me llevo el plato entero, a tu abueli por ser tan deliciosa...que amor.
Un beso cariño.

foodtravelandwine dijo...

Como me gustan tus historias.....pero esta me ha emocionado....tu pipirrana no solo es rica....es un tributo a la memoria....Abrazotes, Marcela

antonia dijo...

Por fin consigo dejar un comentaario, no sé que me pasa en el ordenador que ahora no simpre me deja!
Bueno, pues, eso, me encantan las cosas que cuentas y cómo las cuentas!
besos

Eva Flores dijo...

las historias de los abuelos con la guerra se parecen tanto, el hambre, la miseria... por siempre las cosas han cambiado y puedes compartir este plato con nosotros acompañado de las historias del pasado.
Me ha gustado mucho leerla.
bs!

wada dijo...

Me encanta la pipirrana de tu bisabuelo! las recetas de antaño son de lo mejor, y lo que es mejor aún es que no se pierdan.. bravo por tu abuela y bravo por ti!!
Besos!!!

Zulima dijo...

¡Niña! Por fin entro en tu blog...No veas, cada vez que intento ponerme al día en los blogs que visito, comienzo por los que hace más tiempo y, como en un día no lo consigo y, tampoco me conecto todos, cuando lo vuelvo a hacer, otra vez comienzo por los más atrasado, dos tres días y, claro, nunca llego a los blogs que se actualizan con más frecuencia...¡uf! pero aquí estoy, a ver si crees que me había olvidado de tí...

Te comento, esta piperrada me encanta, por tres razones, por que es de tu bisabuelo, porque la ha preparado tu abuela y, por supuesto, porque tiene una pinta...mmmmmmm...ahora bien, te comento que la tarta salada de higos que has publicado con anterioridad...mmmmmmmmm...esa si que me ha encantado, de hecho ya la he copiado también.

Ahora bien, ¿me explicas cómo tee arrglas para mantenerte al día con tantos seguidores?...¡uf! yo sigo sin conseguirlo y, mira que lo intento ¿eh? Todos los días le dedico un par de horas o más y nunca consigo llegar a ponerme al día, ni en los blogs que sigo, ni con mis recetas...si ya los digo yo que me tendrían que pagar por esto, no veas las horas que me lleva...


Un besote, mi solete.

Vamosalculete.

Itzi dijo...

Preciosa historia.
La pipirrana divina.
Me llevo un barquito de pan ;)

Besitos.

Maria Dolores dijo...

Pero que entrada mas bonita has escrito y que abuela mas guapa y salerosa tienes.
La receta es de esas que se guardan como oro en paño estas recetas gustan a todos.
Saludos y dáselos también a tu abuela.

Unknown dijo...

Hola wuapetona,
gracias por tu visita,yo si te conocía,como me iba a perder un gran blog,ya soy seguidora tuya,no sé si lo vistes,pero lo importanta es que compartimos nuestras recetas.
Bueno niña un emocionante post y una delicia de receta,la verdad que deberiamos dar más importancia a toda la comida,es la verdad,
bueno me quedo viendo tus recetillas wuapetona,
mil besitosssssssss¡¡

Unknown dijo...

Hola,

He conocido tu blog ahora mismo y me ha encantado...impresionante el plato y que dulzura y amor por tus abuelos. Un historión!!!

Enhorabuena por tu familia y tu blog.

Un saludo.

JL Gupanla dijo...

Te digo lo mismo que Pardini....acabo de conocer tu blog, el plato muy interesante y aunque sencillo parece muy muy rico...
Pero lo que mas me ha enganchado es la historia de tus abuelos....!!!
Un abrazo!!!

JL Gupanla dijo...

Ah !!
y la cabecera de Willy Wonka y su fabrica de chocolate....me encanta !!!

Viena dijo...

Me ha encantado tu relato de los abuelos y a medida que lo leía, veía a mis propios abuelos mirándose, hablándose. Mi abuelo decía de mi abuela que era "la lagartija", porque era muy delgada y nerviosa. Un día le pregunté, en una de esas conversaciones como la que tu describes, en las que hablaba la abuela de cómo era de joven y todo eso, le pregunté a mi abuelo, como era la abuela de joven y el me dijo: Era igual que ahora, como ahora, pero un poco más joven. Ellos tenían más de 80 años y me di cuenta que el paso del tiempo, no había creado ninguna mella en su comunión como compañeros, él la veía "igual que ahora", cuando ella tenía más de 80 años.
Me pareció de tal ternura que se me quedó para siempre impreso en la memoria y el corazón.
Al leerte he recordado todo eso y me resulta tan próximo y entrañable. Gracias por ser tan próxima.
Un abrazo.

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