Mi primer recuerdo de la playa va unido a mi hermana: tan viva y bicho, convertida en mono de feria de mis vecinos. Sí, tal cual, sin más comentarios que lo que os relato a continuación.
Todo comienza el año que mis queridos padres deciden dejar de recorrer mundo y plantar sus figuras serranas en un lugar turístico en zona costera. Ellos ya recordaban, especialmente, un sitio, el que mi bisabuelo les llevó cuando eran jovencitos y aún no adornaba en sus manos un anillo. Mi bisabuelo, un dandy de la época, le gustaba disfrutar de momentos idílicos con "amigas francesas", de modo que con sutiles artimañas enganchaba a mi padre para que le trasladara donde el quería. Todo esto teniendo en cuenta la compañía de mi madre y el cestilla, mi tío.
Por ello, acudiendo a estos viajes fugaces mi padre, muy avispado él, aterrizó en la época de crecimiento del pueblo de playa situado en la costa granadina. No posee más de 1 kilómetro de largo y por su forma de herradura se le denomina, La Herradura, o como coloquialmente decimos mis amigos y yo, La Herradura's Beach.
Justo la causa más verídica por la que con tanta rapidez mis padres tomaron esta decisión fue la llegada inminente de mi hermana al mundo. Danzar por hoteles diferentes todos los años con los trastos de dos niñas y el ajetreo que suponen no se asemeja en nada a la idea de unas vacaciones de relax.
Los inicios en La Herradura coinciden exactamente con los ocho días de edad de Rocío. Allí llegamos los jiennenses para introducirnos en el clan granadino de vecinos. Para entonces ya me encontraba bastante crecidita, con mis casi 6 años, era la reina de la fiesta y me sentía totalmente independiente, por lo que quien acaparó la fama del pópulo fue esa criatura recién nacida, del color de la leche, regordetilla y con los ojos más claros que el cielo. Con tan sólo dos años la podías ver entre los marujeos y actividades no aptas para menores, pero a ella eso la traía al pairo.
Se la pasaban de una mano a otra, la colocaban en el centro de todas las silletas de playa y ella ni mu. Demasiado lista como para dejarse intimidar, no paraba ni un segundo por lo que si alguien le fastidiaba agarraba el brazo donde mejor le pillara y mordisco al canto. A ello eso de tener donde agarrar le apasionaba, pero a mi madre la llevaba por la calle de la amargura, venga a gritar:
- ¡Rocío! ¡Eso no se hace!
E inmediatamente el sonido de un guantazo en la boca. Sin embargo, ella la observaba desafiante, mordiéndose los labios y saboreando los restos de sal de la piel ajena. Miraba al susodicho herido y ponía cara de nunca haber roto un plato, por lo que encogía el corazón del amigo y con un fuerte beso se acallaba el pecado cometido.
Disfrutaba metida en el agua y ella eso de verse con un flotador no le hacía ninguna gracia. Nada más tocar agua, se ponía a patalear inquieta y segura, aunque el culetín del flotador y ella no se llevaban bien y segundos más tardes había que sacarle la cabeza del agua. Ni se inquietaba una vez más, ella tenía bien clavadito en sus gesto eso de: el llorar se va a acabar. Así, tomó una decisión, como lo que le molestaba era ese artilugio, pues lo mejor era aprovechar su capacidad de andar y el despiste de nuestros progenitores para tomar camino recto dirección al agua. A mí de la benjamina no se me escapaba ni un detalle y su cara de mosquita muerta conmigo no iba, por ello intuía cuando iba a huir de la atención del resto. Ahora, yo la dejaba, ni me inmutaba con su decisión y ella contaba con esta actitud mía. Daba un paso, luego otro, se volvía para asegurarse que todos seguían enfrascados en la conversación y arremetiendo en su poca velocidad alcanzaba la orilla. En ese instante con la sonrisa en la boca que iba, la gloria a dos zancadas, cuando ¡cataplof!, metida de cuerpo entero sin saber nadar...
- Papá Rocío está en el agua.
Mi padre ni caso...
-¡Papá! ¡Papá!
- ¡Niña! ¿¡Qué quieres!?
- ¡Qué Rocío está en el agua!
-¿¡Qué, qué?!
Y zumbado para el agua, más veloz que una avestruz, vigilantes de la playa II en versión andaluza y con mollillas en ajetreo. Pisada de una piedra puntiaguda, quemazón de las plantas de los pies y todo para sacar a mi querida hermana del mar por los pelos, tanto figurada como textualmente hablando.
- ¡Eso no se hace! ¡Ay mi niña! ¡Rocíoooo!
Y ya teníamos a mi madre con otro sonido, ahora un azotazo en el culo.
Sin duda, el momentazo llegó a los tres años. Más puesta aún en el conocimiento de los comportamientos de mis vecinos, se introducía más aún en el mundo de ellos, especialmente en las horas de tapeo y comida en la playa. Allí, como perfectos domingueros acarreaban la cocina entera y mostraban las dotes culinarias o los productos más valorados de cada casa. Tortillas de patatas, ensaladillas, pimientos y la estupenda paella inundaban la playa, seis sombrillas ayudando que el sol no calentara demasiado todo y una buena bota de sangría bien cargada para amenizar aún más la fiesta. ¡Cómo para decir que no te gustaba algo! Te señalaban como la rara ya de por vida y por mí que hicieran los que les apeteciera que comer nada de nada.
Al cabo de un rato observabas a los que deben dar ejemplo con una lengua con dificultades para hablar y un colorcillo sonrojado de buena salud. Rocío cerca de la comida, con su buen saque y disposición se hinchaba, pero ahora, hay que matizar de qué...
- ¡Venga Rocío! Chupa aquí, pero sólo chupar ¿eh?. Así, ¿está rico eh?
- ¡No le deis de eso que me la vais a emborrachar!
Pero esto que soltaba mi madre no sonó demasiado creíble, teniendo en cuenta que minutos antes, había delatado un 'mareillo más extraño'.
La niña con los ojos perdidos, sonriendo y pidiendo: "Más, más", lo único que por entonces sabía pronunciar nítidamente, porque si algo hablaba era en su lengua extraña, donde mi madre y yo éramos las únicas que la comprendíamos.
Mis vecinos atolondrados y queriendo quitarse ese sofoco de encima. Así que uno no tuvo mejor invención que...
- Ala Rocío vamonos a bañarnos.
Le faltó tiempo para irse agarrada de la mano... Cuando dentro del agua mi madre se percata de otro añadido más a la situación descrita: la niña que se baña con las gafas, porque el oftalmólogo le indicó que éstas no se la quitara bajo ningún concepto, ni siquiera cuando se bañara, de modo que con sus gafitas diminutas se apoderaba de la risas generales y siempre conseguía que quedaran intactas en todos los chapuzones.
No obstante, esta vez mi vecino emocionado la zarandeaba demasiado y ella gritaba de satisfacción: "Más, más". En una medio voltereta la niña apareció descompuesta, con el rictus lloroso y se tocaba la cara. Mi madre y yo en la orilla con una expresión fatal...
-¡Las gafas! ¡Las gafas! ¡Peeeeeedroooo! ¡Ángel no te muevas, tú quieto! No vaya a ser que las pises y no tenemos otras. Niño, ¡las gafas!
-¿Las gafas?
Y la misma mirada de desesperación de mi padre en la cara. Se armó de valor y para el agua con unas gafas de buceo a lo Jacques Cousteau, por supuesto con sus mollillas siempre presentes. Yo siguiendo el ejemplo me lancé con otras también. Mis vecinos, todos apuntados a un bombardeo, con los ojos enrojecidos y el mareillo considerable, allí se encontraban nadando por la causa. Mi madre guiaba desde fuera, instrucciones precisas para unos subiditos de tono con movimientos más bien torpes. Todos manoteando en el mismo lado, bien juntitos, dándose patadas entre ellos y medio ahogándose por no estar acostumbrados a sumergirse más de dos segundos, vamos el tiempo de un ahogaillo. Cuando descansaba en mi labor, los miraba incrédula ante semejante espectáculo y pidiendo a Dios que de mayor no fuera así...
Aquí llegó mi momento de gloria, me adentro en el mundo marino cuando veo algo que brilla a un metro de mí: "¡Las gafas!". Buceé y buceé y las cogí bien entre mi mano. Mi madre saltaba de emoción y mi padre de alegría por el dineral que se acaba de ahorrar. Desde entonces me tuvieron buscando de todo en los fondos marinos, hasta un anillo de oro que conseguí encontrar...
Y la receta... Hoy unas hamburguesas especiales, con coca cola, a las que acompañaremos con patatas cajun. Ambos ricos, ricos y para una comida algo exquisito. Estas patatas las cogí de Helena, de Los Caprichos de Helena y nos han gustado muchísimo. Si no la conocéis visitad su blog, que es una ricura de platos excelentes y muy muy originales.
Hamburguesas de coca cola con patatas cajun
Hamburguesa de coca cola
4 hamburguesas
1 sobre de sopa de cebolla
1 lata de coca cola
aceite de oliva
sal
Precalentamos el horno a 200º. En un bowl poner el contenido del sobre de sopa de cebolla, agrega la coca cola y se remueve hasta que ligue todo. Cuando lo tengamos rocíamos una fuente para horno con aceite de oliva (un chorreoncillo) y se colocan las hamburguesas. Sobre ellas extendemos la salsa preparada con un poco de sal y horneamos durante 20-25 minutos o hasta que veamos que la salsa está espesa y la cebolla esté dorada y crujiente, por lo que según el horno podemos necesitar unos minutos más. Y ya tenemos nuestros dos platos listos, ahora servir con las patatas y ¡a comer!
Patatas Cajun
Ingredientes:
4 patatas medianas
1 chorrito de aceite
1 cucharadita pequeña de pimienta blanca molida
1 cucharadita pequeña de orégano
1 cucharadita pequeña de pimentón agridulce
1 pizca de nuez moscada
Sal maldon (en escamas)
1 bolsa de congelar
Lavamos bien las patatas y, sin quitarles la piel, se parten en gajos. Para ello, se parte la patata a lo largo por la mitad y después en rodajas de 1 cm de grosor.
Se introducen en una bolsa de congelar y se añade el aceite y las especias, menos la sal. Cerramos la bolsa bien y se mueven durante un minuto hasta que queden todos los gajos impregnados.
Volcamos las patatas en una bandeja de horno precalentado a 180 º y dejamos que se hagan durante 15 min. aprox. o hasta que estén tiernas. Se pueden gratinar 2 min. para que se doren un poco, pero no mucho para evitar que se sequen.
Sacamos a un plato y espolvoreamos con sal maldon.
Las especias y la cantidad de ellas, pueden variar en cuestión de los gustos, pero no se aconseja el exceso pues sino quedarian demasiado fuertes.
37 comentarios:
Deliciosa opción para el finde. Hmmm.
Tomo nota, guapi.
Besitos.
Madre mia que historia, eres la reina de los relatos cortos. Menuda debias ser de pequeña, me ha encantado y me has arrancado más de una risa muchacha.
El plato estupendo para el veranillo, totalmente festivo y de terraza, una hamburguera veraniega con coca cola incluida.
Besazo guapetona
son como el pollo a la cocacola..tienen que estar ricas,me gusta la idea
que original wapa me ha gustado mucho
Gitanilla!!!! que pedazo historia!!! un poco trasto tu hermana, me recuerda a mi!!!! jeejeejje
LAs patatas me las apunto, mmmm deben de ser parecidas a las de luxe del mac no???
Toma ya, receta con imaginación, otra más para la lista :)
uqe pinta gema, me gusta mucho tu plato de hoy, las patatas me encantan, tengo yo por aqui una receta de pollo sureño, con las especias cajun, pero lleva alguna diferente, en cuanto lo haga lo publico, me ha gustado tu historia, yo tambien me escaqueaba de los manguitos para nadar!ajaj
Lo que me he perdido en este tiempo que he estado de vacaciones. Me encantan tus historias y me río un montón con ellas. En cuanto a la receta estupenda como siempre.
Un besito guapa.
Gitanilla....que buena la historia!!!....no se si me gusto mas la historia o tu receta....aplausos para ambas!!!!....Que descanses....Abrazos, Marcela
Ala venga calorías, por que todo lo bueno engorda???
Pues si que le pones tú dedicación con tus historias.
Biquiños
Ya no sé por qué vengo aqui, si por tu receta o por tus historias..(vaya, ahora veo q Marcela ha dicho lo mismo...jajaja, es q tod@s coincidimos)
La receta hoy no me la llevo, q la coca cola me mata...
Un abrazo,
Hay que ver como relatadas las cosas más rutinarias, pueden causar efectos. Je jeje.
Muy buena tu historia.
Lo mismo que esas hamburguesas que tienen que estar divinas.
Un beso.
Vaya hermana trasto nena... que original esto que no traes hoy...yo no me atrevo todavía a cocinar con coca-cola... fijatetu! un besote
Xica mira que me tienes enganxa ,me encanta leer tus post y estas hamburguesas a la coca-cola seguro estan de vicio ,en casa nos gusta el pollo a la coca-cola y las patatas cajun asin que un dia de estos las hare para cenar.
Yo las hago en el micro este es el enlace por si quieres probar.
http://siguiendoanenalinda.blogspot.com/2009/04/patatas-en-bolsa-micro.html
Bicos mil y feli finde wapa.
Hamburguesas de coca cola :o he venido super atraída por el nombre, y me ha encantado, original.
Un besito.
No hay como tus historias para reir, sonreir o enternecernos....reguapaaaaa.....esta te la coipio ya mismo,triunfaran seguro y mas entre los chavales,que los tengo a pares cada día...
besotes
Què pinta Gema esta hamburguesa y muy original! y esas patatas mmm que ricas! Besotes
Esas patatas habrá que probarlas... desde que las he visto tengo un antojo. La entrada genial, como siempre.
besss
Que curioso, habrá que probar.
Salut y buen finde
Niña, pero esta hamburguesa tiene que estar de muerte. Una combinación de ingredientes que le tienen que dar un saborazo increíble. Y esas patatas... creo que he engordado solo con ver las fotos. Riquísimo.
besos.
Que superbuenas tienen que estar estas hamburguesas.....ricas, ricas
Besotes y buen finde
Ese truco de la sopa de cebolla y la cocacola es muy socorrido y realmente resultón. Me ha encantado la forma de preparar las patatas, que esa no la conocía.
Un besote.
Me gusta mucho tu blog!!!
Encantada de visitarte y saludos!!
jajaja Las anecdotas con las hermanas a distancia, son divertidas y todo. En fin, que te voy a contar!? tengo dos... Tienes razón la receta es muy original. Ya he visto varias por aqui en la que emplean coca cola. De patatas al horno con especias, yo hago de dos tipos, pero las cajún son muy famosas y no tenía la receta. Ya la he copiado. El plato se ve estupendo; está diciéndo, comeméeeeeee!! Besitos.
Me tomo nota de tu receta y voy a intentar prepararlas en la fussion cook. A ver qué sale...
Una receta muy rica y original ;)
Besos
Le tengo ganas yo a las patatas cajún, seguro que están pa morirse y con lo que me gustan a mi las especias.. y las hambuerguesas de 10!!! más original imposible, estás que te sales..
Bss!
une recette originale et délicieuse
j'en prends note
bonne journée
¡Gema te pongo aquí el enlace referente a lo que me preguntas, porque lo tengo publicado en el foro.
http://foro.mundorecetas.com/showthread.php?236269-Ot.-Triciclo-de-pa%D1ales/page3
Si tuvieras alguna duda, dímelo o bien mandame email.
Un beso guapa.
muy buena pinta la de las papas y la hamburguesa, seguro q estaban deliciosas.
Ya imagino q el día de las gafas tuviste q ser una auténtica heroína para tus padres, cuantas historias tienes, que pasada!
Acerca de la lavanda, yo compré un bote con flores en Londres, pero supongo q podrás usar cualquiera siempre y cuando no esté tratada con fertilizantes y demás porquerías.
Bs guapa
Que maravilla de plato, me apunto a cenar...un beso
Me quedo con las patatas. Me parece muy parecido a como las hago yo, pero eso de congelar no lo he probado, suena interesante, cual es su efecto?
Besos.
Jajaja una historia fantástica por cierto yo también soy jienense. Me apunto la receta para la cena de mañana, tiene que estar delicioso.
Un besito
¿ hamburguesas de coco cola? que original, me gustan asi que con tu permiso me las llevo, besos, pepa.
con coca-cola?? qué curiosas! tendré que anotar y probar!
besos
me matan esas papas! son deliciosas!
Pero que receta más rica!!! Esta me la apunto en mi lista de pendientes!!
Buenísima, si señora!!!
Hola Gitanilla. Menudo plato, pero no solo para verano, este vale para todo el año eh..jajaj.
Como haces tu las hamburguesas yo suelo hacer el pollo o el lomo a la coca cola, que tambien tengo publidado...queda riquisimo si si.
Gracias por nombrarme y hacer la valoracion que haces de mi blog...asi da gusto compartirlo con todos vosotros.
Saludetes.
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