

¡Gracias por la espera! Aquí va la segunda propuesta dulce del Círculo Whole Kitchen...
Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de julio nos invita a preparar todo un clásico de la repostería norteamericana, la clásica New York Cheesecake.
(((2ª Parte: Viaje a Ibiza)))
Unas inconscientes, eso es lo que éramos. El encuentro con la fiesta y los chicos nos movía, nada más. Habíamos quedado en una cala con nuestros muchachotes, por lo que una vez que nos devolvieron la moto, nos dispusimos a buscar la cala. Demasiado lejos, demasiado calor y demasiado trasnoche encima como para hacer tantos kilómetros. Tan desesperadas no nos considerábamos, de modo que como el destino del barco de los queridos era Formentera decidimos posponer nuestro reencuentro y viajar en ferry cuando entrara más la tarde o, mejor aún, cuando los nuevos amigos nos llamarán.
¿Qué hicimos? Primero, una mochila para dos días: toallas, bikinis y algo de noche, junto a champús, cremas de cuerpo, peines, etc, etc, etc,...¡De nuevo cargadas como mulos! Y Segundo, embarcar nuestra moto en el barco, una más con nosotras ya. Así viajamos a la isla vecina. Recuerdo que nada más llegar vislumbré un paraje sin igual, estaba anocheciendo y me pareció lo más idílico que mis ojos habían divisado en mucho tiempo.
El sitio escogido mientras esperábamos la llamada ansiada fue un chiringuito-pub situado en la playa. Como en las películas, unas cien personas comiendo y bebiendo cócteles en la orilla del mar, apelotonados para no perderse la puesta de sol. Nos unimos al grupo.
- ¡A ver foto Pat! Venga pose, otro pose. Ahora yo...
Un carrete de fotos sólo con nosotras; más para el recuerdo.
- ¿Si llamo a un amigo del novio de mi hermana que está en Formentera? -me sugiere mi amiga.
- ¡Hazlo!
Coincidencias, o no, de la vida resultó que este chico llevaba toda la tarde en el chiringuito-pub, así que sólo tuvimos que abandonar la playa para entrar dentro del bareto y ponernos a saltar con otros cuantos más. Cóctel por aquí, cerveza por allí, ahora nachos y música incondicional.
"¡Vaaaamos! ¡Y toma, y toma! Venga a la derecha y ahora a la izquierda, nooo ¡estoy perdida! Ojuuu qué mareillo más bueno... ¿Pat?". Y la veo meneando el cuerpo encima de una de las mesas de madera, más animada que una cheerleader. Yo, por supuesto, me solidaricé con la causa y allí que me subí.
Sin darnos cuenta nos habían dado las diez de la noche y el garito cerraba sí o sí. Los chicos se esfumaron y ¿nosotras? Imposible coger nuestro transporte. La música seguía en nuestras venas y las ganas de bailoteo no se esfumaban, por lo que aguantamos tiradas en la playa con gente totalmente desconocida.
Luego, directas a nuestra moto, cuando nos percatamos de que sólo quedábamos nosotras en el parking y nuestro vehículo, que seguía intacto con nuestro malentoncio dentro. Ni cortas ni perezosas nos cambiamos allí, en la oscuridad de la noche. Arrancamos la moto y mi amiga volvió a coger el mando, pero ¡madre del amor hermoso, todo el camino hasta la civilización del pueblo me tuvo rezando!
- ¡Pat a la derecha que ya estamos en el otro carril! No aceleres... ¿Tú vas bien verdad?
- Síiiip, sip, sip.
- ¡No! no me mires a mí, tú al frente.
Yo me interrogaba a mí misma y no sabía cómo mi subconsciente sentía la obligación de agarrarse a la moto. De repente, surgió la luz y Pat intentó hacerse con las calles de la isla y digo intentó, sí señor, porque pilló una dirección y ¡Piiiiiiiiiiiiiii! "¿Qué pasa? Pero, ¡ése está flipado!" ¡Piiiiiii! "Pufff, ¡otro en contra! Aquí está pasando algo". ¡Claro, no iba a pasar si habíamos cogido dirección contraria! En esos instante entendí el significado de ver tu vida correr delante de ti.

Si es que ya os lo he dicho, unas inconscientes. Terminamos en un pub bailando las dos, pareja de hecho consolidada. ¿Cuál era el paradero de los individuos que nos ofrecieron el planazo de dos días en un barco? Ni idea, desaparecidos en combate; yo hasta comencé a invocar a todos los espíritus por si algún casual aparecían... Pero no nos olvidemos de un pequeño detalle, no teníamos donde caernos muertas y poder dormir la mona. Sólo soñaba con mi hostal y nuestra cama, tan esponjosa ella, escandalosa como la que más, que dejaba en evidencia a nuestros vecinos apasionados con su sesión matutina de arrumacos.
Ahora, ¿os preguntaréis por qué no nos dio por llamar a nosotras? Sencillamente por una razón: no teníamos sus números de teléfono. ¿Cómo? Eso, así tal cual. ¡Qué somos unas espabiladas y nos colocamos encima de un ferry sin conocer nada más! Sabíamos que la ida dependía de nuestros deseos, pero lo que no intuimos fue que la vuelta también sería capricho de nuestra voluntad o, peor aún, del cansancio.
Pat durmiéndose en una butacas grandes de un pub y yo haciendo la que estaba despierta, sin pedirnos nada. Nos miramos las pintas tan desastrosas y lo mejor que pudimos hacer fue desaparecer del mapa. Cogimos dirección al puerto, donde saldría el primer ferry a las 7 am. Una vez allí, aprovechamos para inmortalizar el momento con otra foto. Después con las sillas de plástico de un bar, fabricamos unas butacas, vamos dos sillas, una enfrente de la otra, donde nos echamos para descansar hasta la hora de vuelta a Ibiza.
Ese día tomamos una decisión: "el yo me lo guiso, yo me lo como" lo mejor del mundo, así que a dejar de "unirnos" al resto. Pero volvemos al principio, ¿cuál era nuestro fin principal del viaje? Disfrutar, por lo que tardamos muy poco en dejarnos abandonar a la deriva. Exactamente 20 minutos, si mi memoria no me falla, el tiempo suficiente para arrancar nuestra moto a mediodía y llegar a una gasolinera...
- ¡Hola! ¿Qué tal? Verás es que queríamos ir a una cala que nos han dicho que está cerca y no sabíamos cómo ir y claro con la moto... pues ¡para andar por ahí con el mapa al viento!
- Sí, mira coges la carretera que lleva a Ibiza y en la tercera a la izquierda. Pero que nosotros vamos allí y sólo estamos tres amigos. En el coche cabéis, así que si queréis podéis venir y dejáis la moto aquí para la vuelta.
Eché una ojeada a mi amiga y no muy convencida gesticuló su cabeza arriba-abajo... A mí que no me hacía falta que me convenciera nadie, por lo que nos embarcamos en otra nueva aventura.
Espantadas que íbamos en el coche, tres esperpentos de personajes. Un mamotrenco como un armario de grande, un risitas y otro más esmirriado que el palo de una fregona. Los tres que no se comían ni un colín y nosotras las más divinas de la muerte. Todo el día juntitos intentando no mostrarnos descorteses ante el ofrecimiento, pero en la cara se nos notaba la descomposición. Ahora sí, estuvimos en la playa y en un mercadillo típico de allí, sin cansancio ninguno, sólo con fatiga ante los nuevos acompañantes.
El último día: la despedida de la ciudad que tantas anécdotas nos haría contar, junto a una promesa volver otra vez, no a lo cutre y dentro de unos años. Mi amiga Pat, casi lo cumple hace unas semanas, pero le falté yo... Os dejo su blog para que veáis sus andadas. Muy orgullosa que estoy de ella, por ser como es, por estar siempre cuando se la necesita, pero, sobre todo, porque tener un corazón tan grandísimo. Lovin u' superstar!

New York Cheesecake with cherry topping (o lo que es lo mismo: Tarta de queso al estilo de Nueva York con cobertura de cerezas)
1º paso la base de galleta.
Ingredientes para la base:
300gr de galletas tipo digestive
60gr de margarina
50gr de conguitos
Trituramos nuestras galletas y los conguitos hasta dejarlas con una textura fina, como la harina. En un bol, combinamos ambos ingredientes con la mantequilla derretida, mezclamos hasta formar una masa compacta.
Colocamos nuestra masa sobre un molde desmoldable de unos 26 cm y presionamos uniformemente sobre el fondo y las paredes de éste, hasta obtener una capa de unos 3 cm. Reservamos mientras en el frigorífico.
2º paso el relleno de la tarta.
Ingredientes:
6 huevos
600gr de queso crema
400gr de nata
250gr de leche condensada
2 cucharadas de maicena
1 cucharadita de esencia de vainilla
1/2 cucharadita de ralladura de limón
1/2 cucharadita de ralladura de naranja
Ponemos en el bol de nuestra batidora el queso crema, la leche condensada y la maicena. Batimos a velocidad media durante un minuto, seguidamente añadimos los huevos, uno a uno, mezclando con una cuchara de madera o lengua. Finalmente adicionamos la nata, las ralladuras y la vainilla, y mezclamos nuevamente hasta conseguir que nos queden todos los ingredientes bien integrados. Cuidado de no batir en exceso para no introducir aire en la masa.
Vertimos la mezcla sobre nuestra base de galletas y la introducimos en el horno, previamente precalentado a 180º durante 15 minutos, transcurrido este tiempo, bajamos la temperatura a 120º grados y lo dejamos durante 1’5 horas más o hasta que esté firme (el centro de la tarta parecerá un poco húmeda). Pasado este tiempo, la sacamos del horno que se enfríe un poco hasta preparar el topping.
3º paso, el topping.
Ingredientes:
240 ml. de crema agria
35 gr. de azúcar
1/2 cdta. de extracto de vainilla
En un bol ponemos la crema ágria, el azúcar y la vainilla y mezclaremos hasta obtener una masa fluida. Extendemos esta mezcla sobre nuestra tarta caliente y la introducimos nuevamente en el horno para cocerla durante 15 minutos más.
La dejamos en el horno ya apagado durante tres horas mínimos o toda la noche hasta que se enfríe por completo.
Una vez frío, lo refrigeramos durante al menos 8 horas, pues de un día para otro la tarta toma mayor firmeza y sabor.
((Para la crema agria seguí la receta del Blog Kanela y limón que siempre tiene unas recetas espectaculares. Si no lo conocéis visitadlo que os sorprenderá)).
4º paso, el cherry topping.
Ingredientes:
250 gr de cerezas
1/2 vaso de agua
1/2 vaso de azúcar
1 cucharada de maicena
Deshuesamos las cerezas y las colocamos en un cazo junto al resto de ingredientes. Se lleva a fuego medio sin dejar de remover durante 10 minutos o hasta que veamos que las cerezas se encuentran en una salsita de color rojo y espesa, donde se ha formado un poco de caramelo.
5º paso, el montaje de la tarta.
Se desmolda la tarta con cuidado, pasando primero un chuchillo por los bordes del molde para que sea más fácil. Después se coloca un poco de cherry topping encima de la tarta horneada y se sirve. También hice una versión mini de tarta individual y quedó ¡monísima!
