miércoles, 11 de agosto de 2010

Bacalao al ajoarriero



¿Os imagináis volver a ser niños? Quizá lo pensé por la simple curiosidad de sentir en mi piel la felicidad plena y la inocencia más verdadera, o tal vez necesite urgentemente descubrir en mí un atisbo de alegría incondicional.
De pequeños nuestro alrededor gira sin más miramiento que la propia existencia. Los días se convierten en infinitos, porque las horas se alargan hasta hacerse eternas, porque los minutos son interminables. Las preocupaciones, minúsculas, únicamente centradas en nosotros. ¿Egoístas? Para nada, el amor y el cariño viene de familiares para enseñarnos lo que deberemos dar en unos años próximos.
La época de aprendizaje comienza en el instante en que el raciocinio se apodera de nuestra mente. Sin embargo, el estómago encogido o los quebraderos de cabeza sólo aluden a aquellas cosas que no poseemos y con esto me refiero no a lo más íntimamente palpable, sino a lo inmaterial, a lo que consigue que nos perdamos en los derroteros de la desdicha momentánea.
Si no fuera de esta manera el crecimiento natural del niño, seguramente curtiríamos antes su madurez; crearíamos un niño adulto, con responsabilidades y la infancia insípida.

Pero la espontaneidad y la ternura de la niñez se va agotando, justo al mismo tiempo que los minutos se acortan. De pronto, un día descubres que tus padres te protegen desde la lejanía, que tus obligaciones han crecido vertiginosamente, que las responsabilidades pesan.
Es en ese instante cuando duele el cuerpo soberanamente, porque el sentimiento del querer se apodera de uno. Los primeros enamoramientos, las amistades verdaderas, pero, sobre todo, la familia. Descubres que ellos, que siempre acuden cuando los llamas, no son inquebrantables, su vulnerabilidad se hace más visible. Se sinceran contigo y, más aún, confían en tu consejo. Sin quererlo te has transformado en esa persona que esperaban, que han ido encaminando por el camino que consideraron adecuado.
Tú adoptas tu nuevo papel, pero miras atrás y te preguntas dónde quedó esa niña. No te ha dado tiempo a echarla de menos mientras su imagen se iba difuminando, te encontrabas demasiado preocupada en descubrir los cambios que el crecimiento iban modelando en tu interior y exterior. Ibas aceptando que el transcurso del vivir sigue un rumbo fijo, por lo que contradecir este sino resultaría ir contra natura.

Pero, lo que adquiere mayor importancia son las decisiones. De lo trivial de escoger el sabor de un caramelo hemos redireccionado nuestra elección hacia determinar cómo deseamos configurarnos indefinidamente en el tiempo. La primera encrucijada de caminos, la profesión de nuestra vida, nos marcará de forma inequívoca. Tarde o temprano, acertada o desafortunadamente, tu rumbo ya se ha definido y sólo "con constancia y mucho esfuerzo se sale victorioso", tal como podría afirma mi señor padre.
La siguiente selección con quien compartir tus días, algo de lo más complicado, tanto sea una pareja como con tus propios hijos. Del que sólo puedo hablar es del primer caso, en que la atracción juega un protagonismo duro, inalterable por su vehemencia. El sentirse correspondido y, sobre todo, amado, es el gozo pleno, pero la mayoría de ocasiones también duele a traición. "Quien más te quiere te hará llorar", "del odio al amor hay un paso, del amor al odio un instante" se alzan como los refranes ineludibles; ahora te adentras en otro tipo de sentimientos, aquellos donde el querer a alguien supone una mezcla de placer y desazón al mismo tiempo, un mundo nuevo, diferente al amor sin medida de tu madre o al protector de tu padre. Te enfrentas al fuego de otra persona, caliente y seductor o tan abrasador como éste mismo. Lo que sí tengo claro en ambos tipos de amor es la reacción lógica ante el primer quemazón o herida: dar un paso atrás, es decir, intentar no mezclarte más con el que te hirió, tratarlo lo menos posible, alejarte, tal y como hace Martín-padre en la película Martín Hache (altamente recomendable). Sin embargo, señores, yo prefiero este otro dicho: "Es mejor haber amado y haber perdido que jamás haber perdido". Mis pasiones que me acompañen a todos lados, pues con ellas me emociono y estremezco, me siento viva por dentro y por fuera. Seguro que me entienden...


Y es que prometo que hoy iba a escribir otra cosa, más de mi tono, pero de la cabeza sólo hilaban estas cosas que llevan engranándose bastante tiempo, así que había que dejarlas fluir... Para hoy os tengo preparada una receta bien rica y de sabor intenso, que saqué del blog Mercado calabajío, que os recomiendo que visitéis pues todo se ve riquísimo.

Bacalao al ajoarriero
Ingredientes (2 personas):
2 lomos de bacalao
2 cucharadas soperas de pimiento choricero
2 pimientos del piquillo (de buena calidad)
10 cucharadas de tomate frito casero
1 cucharadita de pimentón dulce (o picante) opcional
1 cebolla,
2 dientes de ajo
1 cayena,
sal, aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de pimentón dulce (o picante) opcional

El bacalao lo compré fresco, pero para la próxima vez desalaré uno, pues estará más compacto y para hacerlo con salsa, mientras que el bacalao sea bueno no hace falta más. Lo bueno de comprar pescado fresco es que al pescadero puedes decirle que te lo preparé en lomos, eso sí especifica bien que te guarde las raspas y pieles sobrantes que ahora las usamos.
Así, el primer paso será poner aceite de oliva, como un cuarto de vaso con las espinas y rehogamos removiendo constantemente, ¿cómo?, cogiendo la sartén por el mango y elevándola un poco para con movimientos en círculo "marear" un poco el conjunto. De esta forma se consigue que la gelatina del pescado se vaya soltando y el aceite tome sabor y consistencia.
Después de unos 5, lo colamos apretando todas las raspas para sacar el máximo jugo. Este aceite gelatinizado lo colocamos en una sartén a fuego medio y sobre él echamos la cebolla picada finamente y la guindilla. Una vez que el conjunto tome color dorado, se incorporan los pimientos del piquillo y pasados unos minutos el ajo.
Cuando veamos que el ajito está hecho, añadimos el pimiento choricero para que rehogue mínimamente y también el pimentón. En este instante se vierte el tomate en la mezcla, dejando cocer todo durante diez minutos.
Durante este tiempo, yo hice a la plancha, vuelta y vuelta, los lomos de bacalao, para cuando estén la salsa lista introducirlos en ella y dejar que se terminen de hacer. Otra forma de tomar este bacalao es desmigando los lomos, como aparecen en la fotografía. ¡Y listos!


24 comentarios:

fimere dijo...

c'est colorée et rempli de bonnes saveurs, je ne peux que succomber
un pur régal
bonne soirée

Amanda dijo...

Yo no quiero volver a ser niña otra vez... ;-( Y la pelicula la vi, muy buena.

Un bacalao delicioso.
Besitos.

Oye, no sé si vengo a por tus recetas o a por tus fantasticos escritos. ;-D

María José Andreu Granados dijo...

A mi me gusat la vida que tengo ahora y no la cambio, aunqeu la cabeza piensa y piensa y te entendemos, y si quieres hablar de tús pensamientos me parece perfecto, te escuchamos.
El ajoarriero no lo he probado pero seguro que es fantástico, la vsita está que te ha quedado espectacular.
beoss guapaaaa

foodtravelandwine dijo...

Gitanilla....como me gusta este bacalao......que delicia....Abrazos, Marcela

capisi dijo...

Que delicia, me cojo un bollito para probar, un beso.

Anita Cocinitas dijo...

Sabes que casi me haces llorar? Este post en un momento para mi de cambios, de decisiones, y justo cuando la familia más te necesita.... de verdad que casi se me escapa una lagrimita! :D

Y el amor? Yo pienso igual que tu. Soy una "enamorada del amor". Y claro que me han hecho daño. Creo que todo el que se puede hacer, pero creo que el amor siempre compensa. Si no con esa persona, con otra. Pero el amor nos despierta unas sensaciones tan diferentes a todo lo demás... tan sólo con ver una persona "recien enamorada" me pongo tonta. Jaja... si, el amor compensa. Cuanto más duele, será también porque un día fue maravilloso, ¿no?

¿Que sería de esta vida sin pasiones? Yo soy 100%. Creo que es la mejor manera de disfrutar la vida. Si vas a querer, quiere 100%, si vas a reir, llorar, trabajar o cocinar. Siempre hay que hacerlo de corazón.

Gracias por recordarlo, hay días que necesitas que alguien te recuerde todo esto.

Por cierto, del bacalao no haré comentarios, que pintaza, por favor!

Un beso guapa

Sara dijo...

Gitanilla, la más guapa, la más vehemente, la más, nena, todo eso y mucho más. Por partes, escribes muy bien, eso está claro y aunque parece que las cosas las tienes claras no siempre se las puede poner en un marco dorado... es real lo que dices si, lo es, pero no sé si por que te conozco pelin más de lo que quisiera, esto lo pienso yo, no me gusta el estado en el que están escritas todas estas frases.
Creo que sabes lo que digo, a mi me gusta la nena graciosa que se discute con su amado pejiguera...por cualquier cosilla y que con ese acento andalú borda todo lo que hace.
Eres muy niña, no rompas de golpe la "candidez" de tu edad, hazlo si, pero poquito a poco... tus papis siguen ahí, de eso estoy segura, cada día los iras necesitando menos y ellos a ti...un poquito más, nena, ley de vida.
Cuidate cariñote y prometeme una entrada de ...Ole ole y ole!

Espe Saavedra dijo...

esta me la salto,pero siempre me es grato leer tus entradas...

Silvia dijo...

Un plato de escándalo. La presentación inmejorable. Esta noche me apunto a cenar a tu casa :D

Besos.

Mayte dijo...

Me encantan todas tus entradas, y el bacalao .... buenísimo.

Un beso

Caldebarcos dijo...

Tengo que probar este bacalao porque tiene que gustarme mucho.
Me quedo con la frase "es mejor haber amado y haber perdido que jamás haber perdido".
Biquiños

Marian dijo...

a ver ...las reflexiones en voz alta a veces nos sirven para poner orden y dar rienda suelta a nuestros sentimientos ...casi siempre nos queda mas sereno nuestro espíritu...


respecto al bacalao es una de las formas de prepararlo que mas repito en casa a mi gente le gusta mucho así ..

besos niña guapa

Quo dijo...

Sabes, hay otro momento en la vida en que recuperas la niñez, sin esa inocencia que no vuelve, pero en ciertos momentos vuelves a la infancia y es cuando tienes hijos... ellos crecen, pero durante unos años compartes con ellos la ilusión por las pequeñas cosas, los juegos, las chuches.... no sabes lo bien que sienta tirarte a jugar al suelo con tu hijo y olvidarte de lo demás... no es lo mismo, pero se parece un poquito!
la receta me ha encantado, sobre todo la presentación... es chulísima.
bsss

Nati dijo...

Una receta muy rica este bacalao guapa. Un besazo.

Jose dijo...

Gema, el timón de tu vida lo tienes tú. Todo te deja marca en esta vida. Eso es innegable. Pero aunque a veces la mar de la vida zozobra y cuesta manejar la nave, elrecuerda que el timón lo manejas tú y puedes dar un golpe de timón y marcar un nuevo rumbo.

Yo no quiero volver a ser niño. Creo que esa etapa pasó y mi rumbo va ahora en otra dirección. No quiero volver a ese puerto.

Y para aprovisionar la bodega del barco, me llevo tu bacalao.

Un beso.

Anónimo dijo...

Que rico el bacalao!!
por cierto, yo no quiero volver a ser niña...
bss

Goyi dijo...

Vaya la pinta de éste bacalao al ajoarriero!!!...y vaya presentación, me encanta...
Besitos wapa.

dfs dijo...

Hola Gitanilla!

A mi esposa le encanta el bacalao y esta noche le voy a dar una sorpresa con tu receta.

Yo también tengo un blog en el que he colgado una receta muy fácil y sabrosa: http://estabanavisados.blogspot.com/2010/08/ensalada-de-pimientos-de-piquillo-con.html

¡Que te guste!

ANA dijo...

El bacalao es tan agradecido que cocinado de cualquier manera resulta exquisito, me encanta.

Besos y feliz finde!
Ana de: 5 sentidos en la cocina

Hilda dijo...

Aterrizo por aqui, encantada de la vida: bacalao y reflexiones, qué mas quiero ???

La vida pasa muy rápido, en cada etapa hay que disfrutar todo lo que se pueda, lo malo es que nos damos cuenta de todo cuando se nos queda atrás.

Besinos

Cris dijo...

Me gustó mucho la receta del bacalao con los lomos desmigados, mejor!
Besitos

Olga dijo...

Esto es ley de vida, evolucionar, madurar y tener muchas responsabilidades.
Y la frase quien bien te quiere, te hará llorar; me la decía mi padre que en paz descanse y yo le decía, pues prefiero que no me quieran. En fin, que me pongo sentimental.
El bacalao no es de mis preferidos, pero a mi amor si se lo hago me va a estar eternamente agradecido. Unas fotos preciosas.
Un saludín
Olga

LA NUBE DE ALBA dijo...

Que pintaza!!me anoto la receta!!
Besos!!

Quiero ser súper famosa dijo...

Ainsss Gitanilla, volver a la niñez me daría pereza... soy terriblemente curiosa y necesito saber que me va a pasar mañana... y en esa dirección voy; siempre hacia adelante ("Pa tras ni para coger impulso")...
Me gusta la preparación de tu receta de bacalao, muy sabrosa; además es uno de mis pescados favoritos. Besitos!!

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