tag:blogger.com,1999:blog-51344058102826549732024-03-14T02:46:20.956+01:00La Gitanilla"Todo lo que hay en este blog es comestible, incluso yo, aunque eso sería canibalismo". Willy WonkaGitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.comBlogger61125tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-48744805753998943612010-11-03T21:53:00.006+01:002010-11-03T23:38:00.308+01:00Gachas dulces y HASTA PRONTO<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPtTFxVUI/AAAAAAAAAeI/O8-T1NXRBGQ/s1600/Gachas4.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPs6Tro4I/AAAAAAAAAeA/OdBCVjCSV9w/s1600/Gachas3.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPs6Tro4I/AAAAAAAAAeA/OdBCVjCSV9w/s400/Gachas3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5535433787488052098" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPsWyzFCI/AAAAAAAAAd4/iy_LpXNgqFU/s1600/Gachas2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 396px; height: 495px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPsWyzFCI/AAAAAAAAAd4/iy_LpXNgqFU/s400/Gachas2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5535433777954886690" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPrzLvrQI/AAAAAAAAAdw/v7K7zM6Ji6E/s1600/Gachas.jpg"></a><div>Aaaayyy amigos míos, aaaayyy compañeros de cocina y de blog... Ando</div><div>desaparecia y ojalá fuera en combate. Más bien, de lío en lío, de trabajo en</div><div>trabajo y apenas me queda tiempo para subir ninguna entrada, o lo que es</div><div>peor aún, relajarme un poquito cocinando.</div><div>Por ello, he decidido tomarme un descanso, ¿hasta cuándo? Espero que no</div><div>mucho tiempo, porque me llena de vida este blog y es mi diversión, mi disfrute.</div><div>Vosotros habéis sido quienes con vuestras visitas habéis conseguido que mi</div><div>proyecto crezca, que La Gitanilla se haga realidad y se convierta, casi, en</div><div>una "hijita" mía que llevo siempre conmigo, rondándome en la cabeza, para darme</div><div>satisfacciones contínuas y, sobre todo, experiencias nuevas deliciosas.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPtTFxVUI/AAAAAAAAAeI/O8-T1NXRBGQ/s400/Gachas4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5535433794140591426" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div><div>Me habéis rebautizado como "La Gitanilla" y yo llevo con orgullo este título</div><div>personal, que tanto me describe. Muchos me seguís, ya sea para leer mi historieta o para "curiosear" en el buen sentido de la palabra, mi última receta y aquí os doy mi mayor agradecimiento. </div><div>Con vosotros amigos blogueros, aprendo, pero, sobre todo, alucino con vuestro esmero en cada entrada. Ese mimo con el que seleccionáis el menaje para presentar un plato exquisito, ese toque para captar la mejor fotografía y, principalmente, la dedicación y el tiempo en</div><div>visitar cada uno de los rincones de cocina cibernéticos y dejar un comentario de asombro, de felicitación o vuestras sugerencias y preguntas. Por todo esto, no dejaré de visitaros, de ver con qué me sorprendéis y seguir aprendiendo. </div><div><br /></div><div>Mi blog sigue en <i>stand by, </i>con 61 recetas,<i> </i>192</div><div>seguidores, y casi 300 visitas diarias, por lo que sólo puedo deciros</div><div>MUCHAS GRACIAS A TODOS, <b>SIN VOSOTROS</b> <b>NO SOBRERIRÍA LA GITANILLA <span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; ">(...).</span></b></div><div><br /></div><div>Y me despido con una receta para la fecha de Todos los Santos. Algo tardía</div><div>lo sé, pero es un desperdicio no elaborarla durante todo el año, por el</div><div>sabor tan delicioso y casero que tiene. Dadle las gracias a mi abuela, una vez</div><div>más, por dedicar toda una mañana a enseñarme este postre riquísimo.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TNHPrzLvrQI/AAAAAAAAAdw/v7K7zM6Ji6E/s400/Gachas.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5535433768395844866" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div><b>Gachas dulces</b></div><div>Ingredientes (6 personas)</div><div>5 cucharadas de harina</div><div>1 litro de leche entera tibia y 1/2 vaso más </div><div>6 cucharadas de azúcar</div><div>2 cucharadas de licor de anís</div><div>6 cucharadas de aceite (un buen chorreón de aceite)</div><div>1 cucharadita de matalauva </div><div>1 rama de canela</div><div>1 puñadito de almendras</div><div><br /></div><div>Primero calentamos en una sartén grande el aceite y tostamos el plan cortado en cuadraditos para preparar los picatostes. En este aceite doramos también las almendras y cuando tengamos los picatostes dorados, sacamos ambas cosas y dejamos reposar sobre unas servilletas para que escurran el aceite sobrante.</div><div>En esa misma sartén y con el aceite sobrante, echamos la harina y la tostamos a fuego suave. Incorporamos la matalauva y removemos todo un poquito. A continuación añadimos el palo de canela y un vaso de leche y con una cuchara de palo movemos constantemente hasta que vaya espesando la leche, como si preparáramos bechamel. En este instante se vierte el azúcar y el licor de anís para que la masa vaya cogiendo sabor.</div><div>Cuando veamos que la masa está espesando se añade otro vaso de leche sin dejar de mezclar y así hasta terminar con la leche. Al final tendremos una masa tipo bechamel, espesita y con sabor a anís, a la cual echamos unos cuantos picatostes y almendras. </div><div>Si nos gustan las gachas más azucaradas, sólo hay que añadirle este ingrediente, igualmente con el resto de sabores, como la matalauva o la canela.</div><div>Para presentar, ponemos un poco de gachas en bols individuales tipo postre y encima metemos unos cuantos picatostes más y almendras, decorando como más nos guste.</div><div><br /></div><div>Estas gachas también pueden tener otro sabor, como el limón o la naranja, para lo cual sólo tendremos que añadir la ralladura del limón entera en la leche mientras va espesando.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com94tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-23699037132646893882010-10-19T21:13:00.008+02:002010-10-19T22:41:48.373+02:00Rollitos de jamón con queso y mermelada de champiñones<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36uW4IO6I/AAAAAAAAAco/00Ufn4cfnH0/s1600/Rollodejamonconquesoymermelada4.jpg"></a><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36txsnYlI/AAAAAAAAAcY/qMvGHeLDZnY/s1600/Rollodejamonconquesoymermelada2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36tVS87EI/AAAAAAAAAcQ/9HtZsU-4xSg/s1600/Rollodejamonconquesoymermelada1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36tVS87EI/AAAAAAAAAcQ/9HtZsU-4xSg/s400/Rollodejamonconquesoymermelada1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529851574198529090" /></a><br /><div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36uW4IO6I/AAAAAAAAAco/00Ufn4cfnH0/s1600/Rollodejamonconquesoymermelada4.jpg"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36uW4IO6I/AAAAAAAAAco/00Ufn4cfnH0/s400/Rollodejamonconquesoymermelada4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529851591802764194" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></a>Bueno, pues como os iba comentado, el mejor momento que se puede vivir en las bodas de mi familia comienza justo cuando acaba la Misa, cuando todos mis familiares "desenfundan" sus bolsillos para coger una bolsa de plástico repleta de granos de arroz. Quitan rápidamente el nudo y se lanzan a la caza y captura de los novios. Los pobres, tan emocionados que salen de la Iglesia para toparse con esa manada de amigos y familiares; sí, porque ahí se encuentran, a la espera de que hagan la aparición los protagonistas para estamparles un puñado de arroz con todas sus fuerzas. Así, que ni les da tiempo de asustarse a cámara lenta, colocan el primer pie en la calle y centésimas de segundo más tarde viven la avalancha de arroz y los gritos eufóricos de sus condescendientes.<div>Minutos después, todos los invitados camino del lugar de la celebración. Mira que habrán ido a bodas y celebraciones varias, pero ellos siguen el mismo método: "¿A ver qué ponen?" Total, que se arremolinan cerca de las bandejas de comida preparados a que alguien dé el pistoletazo de salida, algo que, por supuesto, suele provocar un familiar entrado en años. Ellos ya no tienen que dar explicaciones a nadie, de modo que llevan consigo bolsas y pañuelos, con los que ir pillando comida... Porque van a lo que van a una boda, ¡a comer y a beber! y no te creas tú que no amortizan bien el dinero del cubierto, que si pueden con las gambas que cogen comen una semana y ¡qué me lo digan a mí!, pues anda que no he tenido que escuchar veces: "¡Niño la bolsa corre!" y, como quien no quiere la cosa, una cigala menos, otro tanto de jamón, el queso desaparecido en combate y:</div><div>- ¿El abuelito dónde va? Mamá, yo me quiero ir con el abuelito, ¡yo me quiero ir con el abuelito!</div><div>- ¡Niña calla!, ¡tú a comer, que es lo que tienes que hacer, que mira el plato lleno!</div><div>Mi abuela mientras, me miraba con ganas de darme un buen coscorrón, para que no pusiera en evidencia la estrategia realizada. Pero, claro, era algo más que evidente, pues gran parte de los comensales habían desaparecido...</div><div><br /></div><div>Una vez que las barrigas de los invitados se llena, comienza a escucharse de fondo un "aporreteo" de la mesa con las manos y una voz lejana, que pide: "¡Que se besen, que se besen, que se besen!" De repente, todas las mesas siguen el ejemplo y de tanto golpe, no paran de sonar platos, copas y demás. A mí este momento me encantaba, me colocaba encima de la silla y esperaba que los novios se besaran. ¡Bien! Un besito casto en la mejilla, ahora otra provocación más, porque claro los invitados no se habían quedado satisfechos y saltaban: "¡En la boca, en la boca, en la boca!" Y aaaaalaaa, otro beso. Pero no, eso tampoco era suficiente, por lo que alguien gritaba: "¡Con lengua, con lengua, con lengua!" Ante lo cual, el novio agarraba a la novia y ¡plaaaaff! ¡Morreo al canto! Tres segundos interminables de beso y de gritos de júbilo, de silbidos y vítores. </div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36txsnYlI/AAAAAAAAAcY/qMvGHeLDZnY/s400/Rollodejamonconquesoymermelada2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529851581822362194" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div><div><br /></div><div>A medida que la boda avanza, recuerdo la subida de color en la cara de mis mayores, las carcajadas generales y los comentarios subiditos de tono. La tía abuela más juerguista de lo normal no se escaquea en este tipo de eventos y llegados a estas alturas de la boda, ella decide repetir la costumbre de subirse a la mesa. Unos la miran asustados pensando: "verás que vamos a tener que ir al Hospital"; otros la animan dando palmadas, mientras que, los que nunca la han visto antes, se encuentran boquiabiertos, ante el espectáculo de ver a una mujer mayor arrodillada en la mesa con las piernas entreabiertas, enseñando su combinación y trapos más íntimos. A ella, ni el Papa le quita protagonismo, vamos que con una copa y un tenedor atrae la atención del más despitado y empieza a cantar:</div><div>- ... Cuando me miras morena, de adeeeeentro del almaaa, un grito me escaaapaaa, para decirte muy fuerte, ¡Guapa!, ¡guapa!, ¡guapa!.... ¡Pipipipipipi!... </div><div>Y ¡ea!, así queda más que inaugurado el baile, donde pasamos del mítico "paquito chocolatero", al "aaaaaigggg de la macarena", para dar vida a nuestro cuerpo con el "para hacer bien el amor hay que venir al sur" y seguir con "la bomba", el tarrán, tarrán, tarrán, tan, tan,... del "gato montés", etc, etc, etc,... Las copas a pares van pasando entre los más puestos, los abuelos en la pista de bailes, inseparables, bien pegaditos el uno frente al otro, bailando de la misma forma todo lo que les echen, pues no hay manera de que pierdan el compás ni un segundo y es que tantos años de práctica tienen su recompensa, digo yo. </div><div>Total que ante tanto salvaje descontrolado, tú asimilas que esa fiesta no va contigo y te sientas, entre las abuelas más mayores en su rinconcito, donde cada una guardaba contra su pecho los centros decorativos de las mesas. A distancia observas a tus padres emocionados con las sevillanas, a tus primos aprovechando el despiste de sus progenitores para probar por primera vez un pitillo y las corbatas... Esas corbatas que pierden su sentido inicial de parte del atuendo para convertirse en un tocado alrededor de la cabeza, a lo rambo, o eso era lo que pensaba, observando todos esos bailarines violentos... </div><div><br /></div><div><br /></div><div>Os dejo un entrante bien rico, digno de las mejores bodas, por su contraste de sabor agridulce y por la mezcla de ingredientes buenísimos como el jamón. Probad a hacer estos "rollitos de jamón con queso y mermelada de champiñones" que quedan deliciosos.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TL36uBs5laI/AAAAAAAAAcg/0xFa-9BMJQI/s400/Rollodejamonconquesoymermelada3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529851586118522274" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div><div><b>Rollitos de jamón con queso y mermelada de champiñones</b></div><div><b><br /></b></div><div>Para el brazo gitano</div><div>3 huevos </div><div>1 yogur griego</div><div>90 gr de harina </div><div>60 gr de azúcar</div><div>1/4 de cucharadita de bicarbonato</div><div><br /></div><div>Para el relleno</div><div>5 lonchas de jamón serrano</div><div>Unos 80 gr de queso majorero canario</div><div>Mermelada de champiñones (<a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/10/timbal-de-jamoncitos-de-pollo.html">para ver la receta pincha aquí</a>)</div><div><br /></div><div>Comenzamos haciendo el brazo gitano salado. Precalentamos el horno a 180º y colocamos sobre la bandeja de éste papel vegetal. Ahora, batimos bien los huevos a mano o con una batidora e incorporamos el azúcar. Mezclamos bien y cuando se haya disuelto el azúcar añadimos el yogur sin dejar de batir. Tamizamos la harina y el bicarbonato y se mezcla con la masa anterior.</div><div>La pasta que obtenemos la echamos sobre el papel vegetal, intentando que nos quede en forma de rectángulo. Se mete en el horno y se deja hacer alrededor de 12 minutos o hasta que veamos que la masa adquiere un tono amarillito claro. No debe dejarse mucho más tiempo, pues corremos el riesgo de que salga muy seco el bizcocho y no se pueda enrollar.</div><div>Cuando haya pasado este tiempo, sacamos la plancha de bizcocho y colocamos sobre un paño limpio y humedecido. Le quitamos el papel vegetal y recortamos un poco los bordes del bizcocho para obtener un rectángulo mejor. Ahora enrollamos con el paño húmedo y dejamos enfriar del todo. </div><div>Mientras, preparamos el relleno, para lo cual sólo hay que trocear el jamón y el queso. ((Para la próxima vez, prepararé una salsita de queso con leche para untar en el bizcocho, porque así el relleno quedará más compacto)).</div><div>Una vez que tengamos la plancha de bizcocho fría, la desenrollamos y sobre ella colocamos el jamón y queso troceado y encima la <a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/10/timbal-de-jamoncitos-de-pollo.html">mermelada de champiñones</a>. Se enrolla con cuidado el conjunto y se deja en el frigorífico con papel transparente hasta consumir.</div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com48tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-45997088761146500942010-10-14T22:36:00.005+02:002010-10-19T23:21:59.638+02:00Bizcocho de higos y AIG 2010<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtemv5Q0I/AAAAAAAAAcA/M-SahMzV-jE/s1600/Bicochodehigos4.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtdnCI0fI/AAAAAAAAAb4/JZjVSQ3hPyA/s1600/Bicochodehigos3.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtdnCI0fI/AAAAAAAAAb4/JZjVSQ3hPyA/s400/Bicochodehigos3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528007423082156530" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtdfqxEXI/AAAAAAAAAbw/9UX8QXjPykA/s1600/Bicochodehigos2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtdfqxEXI/AAAAAAAAAbw/9UX8QXjPykA/s400/Bicochodehigos2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528007421105082738" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtc6MEoSI/AAAAAAAAAbo/5kTn0lgJ3gY/s1600/Bizcochodehigos1.jpg"></a><div style="text-align: left;">Hace una entrada os conté que este sábado estuve en la boda de una de mis amigas. Estuvo llena de glamour, con los mayores protocolos presentes y con invitados elegantes y de buena educación. No me esperaba lo contrario, pero una pregunta de mi "don" mientras degustabamos el menú fue la que me hizo mirar a mi alrededor de otro modo: "¿Te imaginas los invitados cómo pueden ser en nuestra boda?" La cabeza me dio un giro, se revolvió toda mi placidez hasta el momento y los recuerdos infantiles durante estos tipos de eventos me vinieron a la cabeza.</div><div><br /></div><div>Una de pequeña en lo primero que se fija ante tales ocasiones es en el ajetreo matutino que irrumpe en la casa. Tu madre te anda buscando por toda la casa, gritando a unos decibelios totalmente denunciables y cuando te encuentra resulta que entre sus manos lleva un vestido, el cual reconoces bien, porque es el mismo que te lleva poniendo desde hace unos meses. Tú te quejas y sueltas: "¿Mamá otra vez?" Y ella ni caso, porque la que no puede repetir es ella, esto esta más que claro. Te va poniendo las medias y tú la contemplas extrañada, ¿ese tupé y esos ojos morados? Bueno y mejor no mirar el vestido: cero curvas y unas hombreras, que más bien parece que tu progenitora se va de misión espacial. Ella, que siente tus ojos aterrorizados observándola, vocifera: </div><div>- ¿Quéee?</div><div>Ante lo cual, sólo te quedaba responder: </div><div>- Nada mamá, que estás muuuuu guapa.</div><div>La respuesta adecuada, con la que notas que ya te pega menos tirones en el pelo y trata con más suavidad de cogerte la coleta.</div><div>En esos minutos, ves a tu padre limpiando el cuarto de baño, haciéndose el desapercibido para que ella no le grite por cómo ha sido capaz de hacer tal desastre en el aseo. En el salón, mi hermana, una enana más mala que un dolor, totalmente indignada por estar vestida de rosa y con un lazo más grande que ella en la cabeza. Bien sabemos que poco le va a durar, pues ya ha encontrado el extremo de la lazada y comienza a tirar...</div><div>Media hora más tarde, mi padre, mi hermana y yo nos encontramos en el patio de casa, esperando a la señora de la casa, que termine su acicalamiento habitual. Tu padre nervioso, venga a mirar el reloj, quejándose por lo "bajini" porque esta mujer no tiene remedio y otra vez vamos a llegar tarde a la ceremonia. </div><div>Y efectivamente, todos sus pronósticos se cumplen. Aparecemos en la Iglesia con tal petardo en el culo, que la puerta principal se cierra con un estruendo digno de mención aparte. El cura nos lanza su mirada escrutadora y tu madre santiguándose del susto, susurra:</div><div>- Niño, busca a mis padres.</div><div>Sí, por ahí vamos, entre pasillo y pasillo, saludando a toda familia presente con eso de: "Gracias, ahora nos vemos". Todos deseando tener tema de conversación, que alguien irrumpa de esas maneras para que se evapore tanta solemnidad o para terminar con ese duermevela tan característico. </div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtemv5Q0I/AAAAAAAAAcA/M-SahMzV-jE/s400/Bicochodehigos4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528007440185508674" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div><div>Como quien no quiere la cosa, a nuestro lado aparece mi abuela, que cualquiera diría que esa mujer es mi quien es, pues parece haber rejuvenecido veinte años y a mí me fascina su cara, toda maquillada con esos labios rojos apoteósicos, su cuerpo bien puesto con su chaquetita ceñida a la cintura y esas manos, por favor, con tanto anillo pedregoso y lujo, que nada más agarrarme para llevarme a su banco parece que se me van clavando uno a uno. Mi abuelo nos guarda el sitio, va tan tan elegante y perfectamente vestido, que me cuesta reconocerlo. Mi hermana le agarra la mano y en seguida le pone en pie para dar unos paseitos por la Iglesia, ella ni muerta se queda quieta en el sitio. Yo me intento escapar tan bien, pero mi madre me sujeta con fiereza de la muñeca y de un empujón me sienta ordenándome:</div><div>- Tú ahí quieta. </div><div>Ya da igual, ni por más pucheros, ni por más golpes que de al banco de delante, va a cambiar mi situación, por lo que decido confabularme y buscar a alguno de mis primos para hablar entre nosotros, aunque sea a distancia. Cual es mi sorpresa, que veo que allí no guarda nadie silencio, me doy la vuelta y veo a una de mis tías abuela cotilleando con su cuñada, mi tío por ahí anda detrás con otro de sus primos... Vamos que los únicos que no cotorrean son los de la primera fila y los novios, por supuesto.</div><div>Termina la Misa y aquí empieza realmente la boda. Todos apelotonados en la salida, la familia de mi abuela enterita, siete hermanos, más hijos, maridos, nietos... Una aglomeración de personas dándose besos, y no un solo beso ¡no!, ¡imposible!, unos cuantos, de esos que suenan en ristra, es decir, agarrada por la espalda, bien pegada tu cara a la suya y muamuamuamuamuamua... Casi se queda sin respiración la protagonista, pero ahora, a ti se te han pegado todas tus carnes a los dientes y cuando consigues soltarte, ojeas cuantos besos así vas a tener que aguantar y ¡madre mía! ¡hoooorroor! Inmediatamente, quieres deshacerte de la mano de tu abuela, pero imposible, te coge bien fuerte para mostrarte a todos y cada uno de sus hermanos y ¡ahí como se le pase alguno o te niegues a darle un buen morreo! que entonces va a estar recordándotelo lo que te resta de vida. </div><div>Sin duda, el momento que más recuerdo es el convite, porque da igual que pasen los años y que con ellos mis familiares se hagan un poco más mayores, pues sus costumbres siguen siendo las mismas que os contaré en el próximo post...</div><div><br /></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdn-q2K6fI/AAAAAAAAAbg/919TW_CcxjE/s400/Amigo+Invisible+400x200.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528001393971620338" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 160px; height: 320px; " /></span></div><div><br /></div><div>Ahora quiero hacer mención al Amigo Invisible, AIG 2010, que organiza Bea de <a href="http://www.elrincondebea.com/">El rincón de Bea</a> y del que estoy deseando participar. Ya se han apuntado más de 143 blogueros y la lista seguirá aumentando hasta el 18 de octubre, fecha límite para inscribirse en este juego. Para más información aquí os dejo el link para que visitéis la página de Bea, si es que no conocéis a esta profesora y excelente cocinera. Además este año, el logo del AIG 2010 lo ha realizado <a href="http://www.ilustradorainfantil.com/">Carol</a>, una ilustradora infantil fantástica y con una imaginación increíble.</div><div><br /></div><div><a href="http://www.elrincondebea.com/search?updated-max=2010-10-11T23%3A34%3A00%2B02%3A00&max-results=10">Amigo Invisible gastronómico 2010</a></div><div><br /></div><div>Para la persona a la que me toque regalarme le dejo algunas indicaciones. Primero de todo, me va a gustar todo lo que hagas o compres con cariño, pues en relación con el mundo de la cocina me gusta todo, así que mira qué fácil, ¿verdad? Los libros serán siempre bienvenidos, igual las cosas que prepares tu mismo o productos de tu tierra. También todo lo relacionado con la repostería, pues es lo que me encanta, como por ejemplo moldes diferentes, cortadores, etc,... O algo relacionado con la presentación de las recetas en el blog (platos, cuencos,...). Vamos todo lo que se te ocurra, porque te digo, que ya sólo con tu esfuerzo voy a estar agradecida.</div><div><br /></div><div>Y por fin, ¡¡¡¡la receta!!!! Una tarta de higos aprovechando que ya van quedando pocos. Más bien parece un bizcocho, así que la catalogo así. Tiene un sabor delicioso y está bien jugosita, para la próxima vez añadiré más higos, porque su sabor horneado me ha encantado. </div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLdtc6MEoSI/AAAAAAAAAbo/5kTn0lgJ3gY/s400/Bizcochodehigos1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528007411044229410" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div><b>Bizcocho de higos</b></div><div>Ingredientes </div><div>250 gr de harina</div><div>150 gr de azúcar</div><div>5 huevos</div><div>1 yogur griego azucarado</div><div>40 gr de mantequilla</div><div>1 cucharadita de esencia de vainilla</div><div>8 higos grandes</div><div>1/2 cucharadita de bicarbonato</div><div>1 sobre de levadura</div><div><br /></div><div>Primero precalentamos el horno a 180º y preparamos el molde, para lo cual lo engrasamos y enharinamos bien. Ahora, pelamos los higos y los cortamos en láminas finas. </div><div>Los ingredientes secos, es decir, la harina, el bicarbonato y la levadura los tamizamos y mezclamos un bowl.</div><div>A parte y en otro bowl, mezclamos los huevos con el azúcar, hasta conseguir que espesen un poco los huevos y el azúcar se disuelva. A continuación, deshacemos la mantequilla en el microondas, en intervalos de 15 segundos en potencia mínima, de forma que no quede caliente. Ahora se añade a los huevos moviendo todo el rato la mezcla mientras se echa. </div><div>Incorporamos la vainilla y el yogur y se integra bien todo.</div><div>Ahora, podemos añadir tres higos y batirlos para que se integren en la masa, yo lo hice y quedó buenísimo. Incorporamos los ingredientes secos poco a poco y siempre removiendo hasta conseguir que quede una masa homogénea. </div><div>Cuando lo tengamos echamos la mitad de dicha masa sobre el molde y encima vamos colocando la mitad de las láminas de higos, que nos haya quedado. Echamos la otra mitad de la masa sobre la fruta y decoramos con lo que nos queda de higos. </div><div>Por último, horneamos a 180º durante 45 minutos más o menos o hasta que veamos que el bizcocho está hecho. Para comprobar si no ha quedado crudo, se puede comprobar con un palillo, si al pinchar el bizcocho este sale con la masa dejamos el bizcocho más tiempo, comprobando de poco en poco tiempo, para que no quede duro.</div><div>¡Y a tomarlo con un buen vaso de leche o con lo que queráis!</div><div><br /></div><div><br /></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com51tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-49771842506548620112010-10-10T21:11:00.007+02:002010-10-11T16:48:46.021+02:00Timbal de jamoncitos de pollo confitados en AOVE con mermelada de champiñones y queso<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrmxQcdWI/AAAAAAAAAbM/dCYWSH7u33E/s1600/Timbaldejamoncitos5.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrmSlWGEI/AAAAAAAAAbE/UjMOQ7EULsA/s1600/Timbaldejamoncitos4.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 396px; height: 495px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrmSlWGEI/AAAAAAAAAbE/UjMOQ7EULsA/s400/Timbaldejamoncitos4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526527629560518722" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrmEE1XzI/AAAAAAAAAa8/hwsDalWW9_8/s1600/Timbaldejamoncitos3.jpg"></a><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrl5DbmcI/AAAAAAAAAa0/cVA-cuMyQvQ/s1600/Timbaldejamoncitos2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrlefzL9I/AAAAAAAAAas/wHQ05caAtjM/s1600/Timbaldejamoncitos1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrlefzL9I/AAAAAAAAAas/wHQ05caAtjM/s400/Timbaldejamoncitos1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526527615578615762" /></a><br /><div>Ayer tenía bodorrio. A lo grande, de los de etiqueta y protocolo incluidos. Una de mis amigas de la Universidad se casaba y el grupito de 10 amigas, del que os he hablado en alguna ocasión, se juntaba. Había que ir guapa, así que me vendé los ojos y el único gasto que hice fue en la peluquería...</div><div>He de avisar para lo que os cuento, de que no soy muy fan de este tipo de salones, que apenas visito una peluquería, si no es para cortarme el pelo cada tres meses. No porque sea una experta yo, sino porque me da pánico acercarme a una...</div><div>En fin que dos días antes de la boda mis cabecita traicionera me insinúa en plan pregunta: "Oye tú, amiga, ¿y si preguntas en la peluquería de debajo de tu casa para ver qué te pueden hacer ese día?" Juro que no quería hacerle caso, que me lo negué, pero la curiosidad es el arma traicionera de toda mujer, de modo que cuando aparecí por el portal de casa me asomé a la tienda y entré...</div><div>Me acogió una amable señora, demasiado amable para mi gusto, que parecía que yo fuera la mismísima reina:</div><div>- ¡Ay! ¡Pero qué mona ella! Por favor, pues claro, tú necesitas un estilista, de los de aquí, para que te digan lo que te pega mejor y sólo ponerte más guapa de lo que ya eres. ¡Mira, Antonio! ¿A qué es monísima? ¡Si es que con esa edad! ¡Oyyyy! ¿y qué ojazos? ¿Te pintarás también? ¡Sí, seguro! que con esas pestañas, imposible que digas que no. Pepa, ¡ven! Mira qué niña más mona para maquillarla el sábado... </div><div>Bla, bla, bla,... Bla, bla, bla...</div><div><br /></div><div>Y allí me ves a mí, como mono de feria, diciendo que no a todo, pero ¿para quién? Sepa Dios... </div><div>La mujer me enganchó, lo reconozco, ahora, era imposible resistirte ante tanto piropo seguido. Yo sólo pensaba, lo divina de la muerte que iría... Bueno mis pensamientos sólo iban y venían, que si pelo a lo Patricia Conde, ahí un pelo suelto y ¿encima mejor maquillada que Penélope Cruz? Ya está, los ojos como chirivitas... Sí a todo, que si me dicen que ese día me tengo que cortar el pelo hasta os digo yo que hubiera admitido la proposición, a pesar de que para mí sea lo más sagrado. Total que salí de la peluquería con cita para el sábado por la mañana y con una cuenta de cincuenta euros totalmente desglosada con lo que me iba a costar todo...</div><div><br /></div><div>Llega el día, sábado 9y30 am entro en el salón y me coge la primera estilista que aparece por allí. De estilista nada de nada, una peluquera y punto, una mandada más del lugar. Me lava y me pregunta qué es lo que me quiero hacer. Yo le digo la idea del pelo, no muy recargado sólo con la plancha haciendo rizos y punto. Parece que me entiende y asiente con rotundidad. Intento calmarme y leer una revista, ella es la experta ¿no? Sin embargo, mi cabeza se levanta y me miro al espejo, cuando veo pelo para un lado plancha mal colocada y chapuz de rizo que sale. Le intento explicar para que tome otra postura y parece que la cosa sale mejor. ahora cuando llega a la zona de flequillo...¡horror! "No así, noooo, ¡¡¡que no quiero salir con cuernos!!!" Pero la muchacha está muy concentrada enrollando el pelo como una persiana, con tanto esfuerzo que se le marcaba en la cara con esa "lenguecilla" saliéndose de la boca. Me sublevo y digo que así no va el tema, pero por mucho que se esmera nada de nada... Así que la olvido y pienso en llegar a casa cuanto antes para retocarme yo.</div><div><br /></div><div>Después, sesión de maquillaje, una mujer de sesenta años que no calla, de las típicas que te marca el sermón de la vida, así sin más, pero que ella no te dice nada, ¡eh! que tú vida es tu vida y puedes hacer lo que quieras... Y en realidad, todo es una artimaña para que no te des cuenta de lo que está trajinando en tu cara. Cogió un as pinzas y tres pelos quitados, luego crema, ahora pincelada arriba, pincelada abajo y ¡<i>voilà</i>! ¡payasete total! Me vuelvo a ver reflejada en el espejo y ¡josú! ¡Mae mía santísima! ¿pero y este petardo quién es? Sólo una cosa pasa por mi cabeza: "Sal corriendo ya de allí".</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrmxQcdWI/AAAAAAAAAbM/dCYWSH7u33E/s400/Timbaldejamoncitos5.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526527637794354530" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div>Lo mejor de todo: el pago. Se me acerca la chica que me piropeó el primer día y me coloca una factura de setenta eurazos. Mi careto de impacto le sonaba, pues corriendo comenzó a justificar cada suplemento adicional: que si crema aquí, que si champú regenerador de no sé qué historia, que si depilación de cejas... "¡Perdón! ¿pero si han sido tres pelos literales lo que me ha quitado? ¡Caradura!" Y sí, se lo dije, ¡porque menudo timo para ir con tales pintas!</div><div><br /></div><div>Aparezco en casa y Carlos me espera ansioso para ver si no me vengo quejando por enésima vez de lo que han hecho conmigo. Digo que no me gusta y suelta: ¡Si es que yo no sé para qué vais a la peluquería si siempre venís diciendo lo mismo!" ¡Más razón que un santo!</div><div><br /></div><div>Y aquí os dejo otra receta más con Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) con la que participo en el concurso de Sara de <a href="http://www.lasrecetasdesara.com/">"Las recetas de Sara"</a> con su patrocinador, <a href="http://www.aceitevirgen.com/tienda_osc/index.php">AceiteVirgen.com</a>, en el cual nos retan a preparar una receta con Aceite de oliva virgen extra. Esta vez colaboro con unos ricos Jamoncitos de pollo confitados. ¡Espero que os guste y disfrutéis de esta fácil y rica receta!</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrmEE1XzI/AAAAAAAAAa8/hwsDalWW9_8/s400/Timbaldejamoncitos3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526527625666060082" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div><br /></div><div><b>Timbal de jamoncitos de pollo confitados en AOVE con mermelada de champiñones y queso</b></div><div>Ingredientes (2 personas)</div><div>5 jamoncitos de pollo</div><div>2 rodajas de queso canario majorero </div><div>250 gr de champiñones</div><div>200 gr de azúcar</div><div>1/4 de vaso de agua</div><div>1 vaso de aceite de oliva virgen extra</div><div>1 vaso de vino de jerez</div><div>sal </div><div><br /></div><div><div>En una olla ponemos los jamoncitos a cocer con el aceite de oliva y el vino a fuego lento. Añadimos la sal y dejamos hora y cuarto cociendo. Cuando los tengamos, les quitamos el hueso y troceamos la carne un poco.</div><div>Mientras preparamos nuestra mermelada, para lo que lavamos los champiñones y lo picaremos muy finamente. Éstos los ponemos con un poco de aceite y sofreímos durante dos minutos a fuego suave. A continuación añadimos el azúcar y el agua y dejamos que se cueza todo durante cuarenta minutos a fuego suave o hasta que veamos que el agua ha evaporado y los champiñones se han caramelizado.</div><div>Por último, se emplata colocando la rodaja de queso de primero a la que colocamos encima unos trocitos de carne de pollo y, por último, la mermelada de champiñones. </div></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TLIrl5DbmcI/AAAAAAAAAa0/cVA-cuMyQvQ/s400/Timbaldejamoncitos2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526527622707386818" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com45tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-85738170741063978132010-10-05T21:54:00.012+02:002010-10-19T23:20:03.666+02:00Galletas de choco y Aceite de oliva virgen extra<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhWQ4VFzI/AAAAAAAAAaU/8fjtT8NyFGQ/s1600/Galletasdechocoyaove4.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhWQ4VFzI/AAAAAAAAAaU/8fjtT8NyFGQ/s400/Galletasdechocoyaove4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5524686771760469810" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhWG_6SjI/AAAAAAAAAaM/BRvovzkb_hA/s1600/GalletasdechocoyAOVE2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 396px; height: 495px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhWG_6SjI/AAAAAAAAAaM/BRvovzkb_hA/s400/GalletasdechocoyAOVE2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5524686769107913266" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhVsNfbOI/AAAAAAAAAaE/6fseMn-_4Hg/s1600/Galletasdechocoyaove3.jpg"></a><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhVTvWgZI/AAAAAAAAAZ8/raMwKGJWaWY/s1600/GalletasdechocoyAOVE1.jpg"></a>¿Os he dicho alguna vez que de mayor quiero ser como mi madre? Bueno, pues sois los primeros en saberlo, porque ni a ella se lo he confesado...<div>Como todas las madres del mundo, ha debido escuchar mil veces eso de "no me quiero parecer en nada a ti", pero las leyes de la genética y el hecho de haberme criado ella, han hecho que esta afirmación vaya haciéndose cada vez más irreal. Ahora la admiro, por su capacidad de tener colocado todo en su sitio, la ropa planchada, la comida en su punto, de acordarse de todas y cada una de las fechas de su familia, de cuando tengo que ir al médico, a pesar de encontrarme a cientos de kilómetros de distancia, o de felicitarme la primera el día de mi cumpleaños o de incluso mi santo. Es esa persona capaz de mantener vivo el perejil de un San Pancracio perdido en mi cuarto, y la amiga fiel sea cual sea la hora a la que la llames, ésa que soporta tus enfados y gritos cuando no te sale algo como habías imaginado o aquella a la que puedes confiar un secreto y llevárselo con ella sin que nadie se percate ni de lo más mínimo. Tiene la capacidad nata de no parar ni un segundo en todo el día, de tener su horario lleno de actividades y no dejar ni una para hacer al día siguiente. Siempre todo perfectamente encarrilado y sus hijas y marido también. Conoce cada uno de mis pensamientos, cada uno de mis anhelos, de mis esperanzas, por qué actúo así o por qué "asá", qué es lo que me ha llevado a reaccionar de esa forma y cuál es el motivo por el que estoy riendo o llorando desconsoladamente. Sus ojos captan el mínimo detalle y no le hace falta saber nada más, sólo con su intuición y calma dirige y comanda a todos los de la casa. Lo que diga ella va a Misa, ya que su capacidad adivinatoria no tiene precio. No digas que no te lo advierte, no digas que no te preguntó con ése "¿seguro?" o "¿lo tienes claro verdad?" y es que se adelanta a lo esperado, sabe por dónde irán los derroteros, sabe cuál será tu reacción lógica e inexplicablemente siempre consigue dar en el clavo. </div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhVsNfbOI/AAAAAAAAAaE/6fseMn-_4Hg/s400/Galletasdechocoyaove3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5524686761917115618" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span><div>Lo lleva todo milimetrado, la economía casera su don natural para alargar los céntimos, para conseguir a la perfección que las cuentas cuadren a final de mes. Su mesura es digna de aplauso, pues antes de pedir por su "boquita" están sus hijas, que no se queden sin ninguna oportunidad, que no les falte nada, por lo que alarga su jornada laboral hasta donde haga falta y cuando llega a casa aún tiene tiempo para llamarte y decirte que ha hecho "dieciséis croquetas" para congelarlas por si cuando vayas a Jaén te las quieres llevar.</div><div>Sin duda, es mi ídolo nato, mi maestra, mi consejera y mi MADRE, sí con mayúsculas bien grandes, porque sólo ella es capaz de conseguir todo lo que os he descrito y mucho más que no cabría aquí. Únicamente ella puede intentar hacer realidad cada uno de tus sueños y esto sin esperar nada más que un poco de cariño y amor por mi parte, cuando me dice "andaaaa, dame un beso" y yo hago mis esfuerzos por quitar mi coraza gatuna para acercarme a su mejilla y cumplir su único deseo.</div><div>¡¡¡FELICIDADES MAMÁ!!!</div><div><br /></div><div>Aquí te dejo tu regalito para ahora que sé que estarás leyendo mi entrada. A estas horas de la noche, sé que deseas coger alguno de tus caprichos dulces, si es que no lo has hecho ya... Por eso, te dejo unas cuantas galletitas de chocolate y el mejor de los ingredientes que tiene nuestra tierra, el aceite de oliva. Espero que te gusten y acuérdate de mí, mientras las comes. ¡Te quiero!</div><div><br /></div><div>Con esta receta participo en el concurso de Sara de <a href="http://www.lasrecetasdesara.com/">"Las recetas de Sara"</a> con su patrocinador, <a href="http://www.aceitevirgen.com/tienda_osc/index.php">AceiteVirgen.com</a>, en el cual nos retan a preparar una receta con Aceite de oliva virgen extra. Ha sido un placer Sara investigar recetillas con este producto tan cercano a mí y que nunca falta en mi cocina. Encima, te tenía que incluir en esta entrada, porque, y espero que no te importe, para mí eres, sin duda, mi mami (con tu permiso) en estos mundos blogueros, porque siempre estás ahí para darme algún que otro consejillo y te siento muy cercana siempre con tus recetas y explicaciones, vamos como si estuviera en tu cocina con tus pasos a pasos.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKuhVTvWgZI/AAAAAAAAAZ8/raMwKGJWaWY/s400/GalletasdechocoyAOVE1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5524686755348251026" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div><b>Galletas de choco y Aceite de oliva virgen extra</b></div><div>Ingredientes (20 galletas aproximádamente)</div><div><div>120 gr de harina</div><div>85 gr de azúcar</div><div>1 / 2 cucharadita de bicarbonato de sodio</div><div>1 / 2 cucharadita de canela</div><div>45 gr de aceite de oliva virgen extra </div><div>1 cucharadita de extracto de vainilla</div><div>50 gr de chocolate fondant </div><div>2 puñados de nueces</div><div>Precalentamos el horno a 180º y cubrimos la bandeja de horno con papel vegetal. </div><div>Ahora derretimos el chocolate en el microondas en intervalos de 30 segundos. Tamizar juntos la harina, azúcar, el bicarbonato de sodio y la canela. A continuación mezclar el aceite de oliva virgen extra y la vainilla y se añade a la mezcla seca. Agregar el chocolate derretido y revolver hasta que la mezcla esté homogénes.</div><div>Después con una cucharita coger una porción de masa y hacer una bolita con ella. Vamos colocando ésta sobre la bandeja de horno dejando una distancia entre cada una. Hornear las galletas de 10 a 12 minutos o hasta que no queden blandas y pasar a una rejilla para dejar enfriar por completo.</div></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com48tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-52179255956014905512010-10-02T11:55:00.004+02:002010-10-02T12:02:32.242+02:00Paella mixta de mi casa<div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#CC0000;">5 meses con vosotros y 178 seguidores. ¡¡¡¡Muchas gracias!!!!</span></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKb_OtO6RoI/AAAAAAAAAZc/cr8NJGGP7-A/s1600/PAELLA1.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKb_OZziUHI/AAAAAAAAAZU/BC_l9aO6E8k/s1600/PAELLA2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKb_OZziUHI/AAAAAAAAAZU/BC_l9aO6E8k/s400/PAELLA2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5523382615926788210" /></a><br /><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKb_Owp7Q0I/AAAAAAAAAZk/2UCDx1cvgaY/s400/PAELLA3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5523382622060495682" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span>Los domingos en Jaén se bajaba a la casa del campo para comer arroz, o lo que comúnmente se denomina paella. Una ocasión especial para el despliegue masivo de comida, pues si no fuera suficiente con un buen plato de paella, sobre la una de la tarde comenzaba el momento tapeo y delante de ti todos los miembros de la familia se organizaban para plantar en la mesa mejillones en escabeche, ensaladilla rusa, lomo, morcilla, queso, patatas fritas, etc, etc, etc,... A mí estos manjares tan suculentos me parecían la bomba, así que entre picoteo y picoteo me ponía finísima.<div>De modo que aunque lloviese, tronase o nevara allí estaba la familia entera reunida para la ocasión. Yo los veía desde la distancia, un poco solitaria porque ni mi prima y mi hermana podían seguirme el juego con cinco y seis años menos. Me colocaba en mi silla de plástico y observaba el comportamiento humano de la generosidad:</div><div>- Niño prueba esto.</div><div>- Fernando coge lomo que es ibérico.</div><div>- Pedro ¿has probado la ensaladilla?</div><div>Miles de cubiertos voladores alrededor de mi cabeza, ellos tenían su tenedor propio con el que iban pinchando en los platos, pero claro luego estaba la tradición propia de mi familia y es que no es que debas probar el tenedor de la otra persona con el alimento que te prepara, sino que es tú obligación coger su tenedor y tragar su contenido, si no, como mosca cojonera, ahí estará hasta que le hagas caso.</div><div>Bueno si hay invitado, aumentamos las complicaciones. Da igual que digas esto de: "No, Luisa, de verdad, que no me gusta", porque mi abuela te engancha y se queda a tu lado con el tenedor dirección tu cara y arremete con: "¡Pero si está muy bueno! Además, ¿tú lo has probado? ¡Toma un poco!" y a la boca directo, que se le queda una cara de tonto a esa persona... Mastica y saborea como puede, mientras de fondo: "¿Veeeeess? ¿A qué está bueno? Si es que hay que probar las cosas, que estas huevas son lo mejor del mundo!" Después de haber conseguido su objetivo, mi abuela podría quedarse satisfecha pero no, ella es de naturaleza pesada en el tema de la comida y ya ha fichado una figura con la que practicar durante lo que quede de día: "Prueba ahora esto o ¿has cogido lomo? Anda toma que te va a pasar lo mismo que con las huevas..." Yo miro a esa persona y desesperanzada vuelve a abrir la boca: "Ahiiií, ¿ves qué rico está?"</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKb_PdMDYFI/AAAAAAAAAZs/nLqRqCvRIFo/s400/PAELLA5.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5523382634014793810" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div>Pero encima, si ese invitado no come o resulta ser un poco exquisito en sus gustos, allí ves a toda la familia observando sus movimientos. Como se digne a no probar un plato,... bueno heridísimo el orgullo de la persona que lo ha preparado, por lo que es en ese instante cuando presenciamos la persecución del cazador a su presa. Lo persigue alrededor de la mesa, le clava los ojos e intenta buscar el momento más oportuno para acercarse a él y cazarle. Lo arrincona con el plato en los hocicos y toma cucharada va y cucharada viene: "¿Te gusta eh? Pues venga toma más, y ahora el último tenedor. ¡Ayyy si es que hay que probar las cosas!"</div><div>El momentazo viene con la llegada de la paella, todos con la barriga hinchada para empezar a comer el manjar diez... Observo las caras ante los platones que mi abuela se ha dignado a colocarles delante y comienza el soniquete de: "Esto es mucho Luisa, yo no voy a poder con todo". A lo que ella responde: "¡Tú come y calla!, que está muy bueno". Imposible no hacerle caso, ya os lo digo yo...</div><div><br /></div><div>Y ahora os dejo con la entrada que publiqué para mi colaboración mensual en el <a href="http://www.antoniamag.com/revista/comer/hoy-comemos--paella-mixta">Antonia Magazine</a>, que claro como no podía ser menos es la "Paella mixta de mi casa". Para quienes no conozcáis la revista os recomiendo que visitéis su página porque pasaréis un rato increíble con esta revista online.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">Que la paella es nuestro plato más conocido internacionalmente no es ningún secreto y que en cada casa la de su madre es la mejor, tampoco; ahora, seguro, seguro, seguro que aún hay muchos que no se han animado a prepararla, ya sea por falta de tiempo, de ingredientes o, incluso, por miedo al desastre total y rotundo. Por esto yo os traigo la que se hace en mi casa, bien explicada y con algún que otro consejito, para superar estos inconvenientes y que no haya ninguna excusa, porque, ya os digo yo que cualquiera puede preparar un plato tan rico y nutritivo fácilmente. </span></div><div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;"><b>Primero los consejos:</b></span></div><div><ul><li><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(102, 102, 0); ">Los ingredientes que debes utilizar son tantos como tú desees. En el caso de esta paella mixta, habrá que incluir verduras, carne y pescado. Yo os recomiendo que las verduras sean las mismas que os pongo en la receta, pero si luego queréis poner más tipo alcachofas, champiñones, etc,... podéis hacerlo y todos los que queráis. En cuanto a la carne os pongo tres tipos, pero si queréis añadir otros como ternera, perfecto y para el pescado lo mismo, pues si escogéis gambas, almejas o cualquier otro marisco, esto enriquecerá más la paella.</span></li><li><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(102, 102, 0); ">El tiempo de preparación puede realizarse en dos veces, es decir, por la noche puedes dejar todo hecho y al día siguiente sólo te queda añadir el arroz y dejar que se haga y comer la paella recién hecha. Además con este truco, los ingredientes toman más sabor.</span></li><li><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(102, 102, 0); ">Por último, mi madre dice que sale mejor sin esmerarse mucho... En fin ¿será este toque por el que a mí no me sale igual?</span></li></ul></div></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKb_OtO6RoI/AAAAAAAAAZc/cr8NJGGP7-A/s400/PAELLA1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5523382621141878402" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div><b><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">Paella mixta de mi casa</span></b></div><div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">Ingredientes (6 personas)</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1/4 y 1/2 kg de magro de cerdo y costillas troceadas de cerdo ibérico</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1/2 pollo troceado</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 6 gambones (o cigalas, langostinos, a vuestro gusto)</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1/4 kg de choco</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 4 tomates rallados</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 2 pimientos verdes</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1 pimiento rojo pequeño</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1/4 de cebolla pequeña</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 12 puñaditos de arroz (2 por persona)</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1/2 cabeza de ajos</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1 vaso y 1/2 de vino blanco</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 1 pastilla y 1/2 de avecrem</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* Azafrán en rama (un poquito)</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* 2 hojas de laurel</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* Agua</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* Perejil al gusto</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">* Sal</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">Sofreímos en una paellera para 6 personas o cazuela de barro grande la carne con un poco de aceite y el laurel, le damos una vuelta y se le añade el choco. Éste último se hace sólo un poco y a continuación se agrega la cebolla bien picada y dos ajos troceados, también los pimientos cortados en cuadraditos.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">Cuando veamos que se ha pochado unos minutos, echamos los tomates rallados. Mientras se sofríe bien el tomate, preparamos un majado con los ajos que nos quedan que machacamos con el perejil, y después junto al avecrem, y el azafrán. Una vez tengamos este majado bien integrado se vuelca el vino sobre él y se remueve para mezclar.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">El majado lo añadimos a la carne y se deja cocer a fuego medio alto durante cinco minutos, para que se evapore el alcohol del vino. Pasado este tiempo se añade el agua, que suelo calcular según la paellera, es decir, si la paellera es para 6 personas echo agua hasta llenarla entera menos medio dedo como límite para que no se salga el agua al hervir. Removemos todo y se deja cocer a fuego medio alto durante media hora.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#666600;">Transcurrida la media hora sólo nos queda por incorporar el arroz y los gambones. El arroz para calcularlo, suelo poner dos puñaditos por persona y lo dejo cocer a fuego medio durante un cuarto de hora más o menos sin remover nada más que al principio, aunque se queme un poco. Los gambones se incluyen en la paella cuando está cociendo el arroz para que de su sabor.</span></div></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKb_uMFhTaI/AAAAAAAAAZ0/OlqqcZmGnXs/s400/PAELLA4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5523383161999936930" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com38tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-70849034939486397032010-09-28T22:52:00.006+02:002010-09-29T10:57:47.791+02:00Mi lasaña boloñesa<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKJZrF25SoI/AAAAAAAAAY8/CFBHlbWt9X8/s1600/Lasa%C3%B1a2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKJZq4XYZ3I/AAAAAAAAAY0/cjJ4BP0b9Pg/s1600/Lasa%C3%B1a1.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKJZq4XYZ3I/AAAAAAAAAY0/cjJ4BP0b9Pg/s400/Lasa%C3%B1a1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5522074686329481074" border="0" /></a><br /><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKJZrnaQBWI/AAAAAAAAAZE/x2ptpailuQo/s400/Lasa%C3%B1a3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5522074698957981026" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px;" border="0" /></span><div>Y ¿por qué siempre tiendo a querer hacer mil cosas? Soy una pimientilla, como me dice alguno, mi cabeza va a mil por hora y no he acabado de hacer una cosa cuando ya he empezado la siguiente. Mi mente va a mil por hora todo el día, un auténtico descontrol, pues voy corriendo a todos sitios, que no me falte ni un segundo, todo ya para ya, que no se me escape, que si no se descuadra todo el batiburrillo que he formado a mi alrededor. "Que si hoy tengo que ir a ver el tocado y luego preparo comida, ¡ayyy que hoy era la receta del CWK! ¡Madre, pero si también tenía la del concurso! ¿Y apuntarme a la piscina cuándo?". Total, que por esta causa voy como autómata y me ocurren muchas cosas de las que os cuento a continuación, ya que no pongo demasiada atención a no ser que esté plenamente concentrada. Ahora, ya he tomado medidas y me he comprado una agenda para planificarme. Muy mona ella, muy práctica, con cincuenta mil separadores y, por si fuera poco, venga fosforitos y bolis de colores, de lo más chillones también, para no perderme... Y ahí estoy mi primera tarde como una niña estrenando libros... "Venga, primero mi nombre y mi dirección, que no quiera Dios que se me pierda... Ahora, mi cumpleaños, ¿a ver en qué día cae este año? ¿Domingo? Joe... y ¿a ver el de... y el de...?...". </div><div><br /></div><div>Bueno si la solución fuera solo la agenda, pues vale, pero soy el despiste personificado, pierdo todo y cuando digo todo, es toooodooo. De pequeña me acuerdo, que era la típica que se dejaba en el autobús lo que llevara, la que estrenaba carpetas y chaquetas una vez al mes, la que odiaba llegar a casa porque ahí estaba en la puerta tu madre con los ojos preparados y la boca medio abierta para empezar con la retahíla: "¡No puede ser, pero otra vez, aquí no hay quien gane para libros y encima el de religión, ¿pero otra vez?!", etc, etc, etc,... Porque sí, los paraguas ni los huelo, me los olvidó en la primera parada que haga, las llaves... infinidad de veces he tenido que llamar a casa a las tantas de la madrugada para que mi madre se enterase bien, bien, de la hora a la que había llegado su hija tan responsable. Y lo peor de todo, las predicciones de mi padre, la primera de ellas, la que ha sonado toda la vida: </div><div>- Anda Gema, sube a casa y me traes las gafas que están en la entrada y también la cartera y las llaves del coche.</div><div>- Joe Papá ¡sube tú!</div><div>- Venga anda sube y no te dejes nada, que ya verás que de tres cosas que te pido, se te olvida alguna . Ah y dile a tu madre que baje ya, que estoy harto de esperarla. </div><div>Yo subo engancho las gafas, la cartera y para abajo. Mi padre me ve llegar y me pregunta:</div><div>- ¿Y las llaves? </div><div>Y no os digo quien tiene que volver a subir, resulta evidente, porque tal es mi nivel de descuido que a medida que os escribía esto, he tenido que releer las línea escritas para recordar que era la cosa que me dejaba... verdad cien por cien.<br /></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKJZsLPh01I/AAAAAAAAAZM/OshNJQuSfIA/s400/Lasa%C3%B1a4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5522074708576686930" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px;" border="0" /></span></div><div>La segunda advertencia de tu padre: "Ni se te ocurra perderlo"; y cuando aún pone más énfasis: "Gema que esto hay que devolverlo, así que ten cuidado" y ahí me ves empaquetada de pies a cabeza para subir por primera vez a la Sierra y aprender a esquiar. En la mochila, un regimiento de trastos: gafas, guantes, gorro, la braga para el cuello, comida, zumo, agua, crema... Todo bien dispuesto y en diferentes compartimentos. Aterrizamos en la pista y empiezo a sacar cosas para disfrazarme por completo; después complicamos aún más la equipación con la misión alquiler de esquís y botas, hasta que, por fin, me encuentro en la cola para subir Borreguiles. Mi don por delante con unos amigos, mi prima, su novio y yo por detrás a unos segundos de coger mi primer telesilla, cuando voy a ponerme los guantes y... "¿Y mi otro guante? Pero si yo llevaba los dos hace un momento... Oh, oh, oh"</div><div>- Elisa que he perdido un guante...</div><div>- ¿Qué, qué? </div><div>Y allí venga a apartar esquís y tablas, atascada entre bastones y tiburones deseosos de alcanzar su primera bajada... Yo miro desesperada el suelo y ni rastro, la gente con ganas de matarme y seguro que pensando "ya está aquí la cateta de turno". Yo sé cuál va a ser el final: he perdido definitivamente el guante y mi padre me va a sentenciar: "Ya no pido otro favor, que siempre lo pierdes todo y ¡da gracias de que no te dejas la cabeza por ahí!" Ea para qué negarlo...</div><div><br /></div><div>Para hoy os dejo una receta riquísima, de las clásicas y con la que siempre aciertas cuando tienes visitas, porque es fácil de preparar y queda de lujo, la lasaña.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TKJZrF25SoI/AAAAAAAAAY8/CFBHlbWt9X8/s400/Lasa%C3%B1a2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5522074689951320706" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px;" border="0" /></span></div><div><b>Mi lasaña boloñesa (6 personas)</b></div><div><div>Placas de lasaña fácil (hacerla como ponga en la caja)</div><div>500 gr de carne picada (mitad de cerdo y mitad de ternera)</div><div>1 cebolla</div><div>2 dientes de ajo</div><div>125 gramos de champiñones </div><div>1/3 vaso de vino blanco o un chorreoncito grande</div><div>1 lata Tomate casero Hacendado</div><div>Queso en lonchas</div><div>Queso para gratinar</div><div>2 quesitos el caserío para la bechamel</div><div>Bechamel</div><div>Orégano, pimienta, albahaca, nuez moscada y sal</div><div><br /></div><div>Para la masa.</div><div>Picar las cebollas y pochar con sal. Luego los dos ajos y añadir. Esperar que doren e ir añadiendo los champiñones. Una vez pochado le echo la carne picada y la separo bien con la cuchara para que no se hagan montones. Ahora se añade la sal, la pimienta, el orégano y la albahaca. Después de que se haya hecho la carne, incorporamos el chorreón de vino y dejamos que reduzca 10 minutos o hasta que la carne chupe el vino. A continuación añadir la lata de tomate (reservar 3 cucharada para la bechamel) y mezclar.</div><div>Posteriormente preparamos una bechamel normal a la que luego le he incorporado 2 quesitos el caserio, sal, nuez moscada, pimienta, orégano y 3 cucharadas de Tomate casero. </div><div>Hacer las placas de lasaña fácil tal cual pone en la caja o hervir durante diez minutos más la pasta de lasaña si la compramos normal con un chorreón de aceite y una pizca de sal. Ahora, montamos la lasaña, poniendo primero en el fondo un poquito de bechamel con más tomate, luego pasta, y encima de ésta la mezcla de carne y dos lonchas de queso. Volver a repetir con pasta, carne, queso y terminar con la bechamel por encima espolvoreada de queso. Una vez tengamos el montaje, metemos en el horno la lasaña para gratinar durante cuatro minutos o hasta que veamos que el queso de arriba está dorado. ¡A disfrutar!</div></div><div><br /></div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com38tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-16561769385514694922010-09-23T19:45:00.012+02:002010-10-19T11:28:06.346+02:00Sandwich de helado de vainilla y oatmeal cookies<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9x1ctvvI/AAAAAAAAAYs/aEOUo9z-cNQ/s1600/Sandwichheladodevainilla4.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9xvqRcqI/AAAAAAAAAYk/e0ZTE60fF9g/s1600/Sandwichheladodevainilla3.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9xvqRcqI/AAAAAAAAAYk/e0ZTE60fF9g/s400/Sandwichheladodevainilla3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5520214430577685154" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9xDe77RI/AAAAAAAAAYc/f1biD4v7HQU/s1600/Sandwichdeheladodevainilla2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9wxiSxuI/AAAAAAAAAYU/A02kNZristY/s1600/Sandwichdeheladodevainilla1.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9wxiSxuI/AAAAAAAAAYU/A02kNZristY/s400/Sandwichdeheladodevainilla1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5520214413901219554" border="0" /></a><br /><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"></span><div><a href="http://www.wholekitchen.info/"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(153, 153, 0);">Whole kitchen</span></a><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(153, 153, 0);"> en su Propuesta Dulce para el mes de Septiembre nos invita a preparar un Helado Casero.</span></div><div><br /></div>Uno no puede fiarse de su padres, bueno una en mi caso, porque no se puede ir por ahí pensando que eres divina, la más guapa, la más alegre, la más..., la más... Sí, porque desde el mismo momento en que comienzas a hacerte una mujer hecha y derecha, sólo escuchas a tus padres hablar de ti, en términos como: ¡ayyy si yo tuviera veinte años ahora! o eso de "mi hija iba, buenooooo, ¡la más guapa de todas!". Y es que como dice mi don, muy educado él, a un padre no le huelen las ventosidades de sus hijos y esto diciéndolo finamente claro.<div>Total que durante la adolescencia te crees una diva con sus nuevas formas, descubriendo el armario de su madre, o el de su hermana mayor en el mejor de los casos, junto al maquillaje y esos tacones infernales. Todo te sienta descomunal, has nacido para ir a la última y lo tuyo es, sin duda, la moda. Así eres capaz de ponerte dos moratones como ojos dando rienda suelta al morado chillón años 90 que tu madre esconde con vergüenza de sí misma en el rincón más recóndito del cuarto de baño y plantarte la chupa de cuero negro más <i>in</i> junto con los tacones de salón de punta dorada que la señora lleva usando toda la vida. Te observas en el espejo enorme de la habitación parental, masticando chicle y admiras la nueva Madona que ha nacido en ti. Espléndida, divina,... ¡de muerte lenta vamos!</div><div>Apareces en el salón y tu padre te mira sin saber si salir a la cocina a por un mazo para darle a la ladrona o si gritar como en Scream, mientras habla por teléfono. Tu madre ni parpadea, bueno sí, sólo con un ojo, se ha quedado pálida del susto y temblorosa, tanto que te dan ganas de preguntarle ¿mamá tu qué te has tomado? o mejor aún ¿qué? ¿voy guapa eeein? </div><div>Sí, sí, porque todos hemos tenido un pasado oscuro o ciertamente tenebroso, donde las botas militares o los pantalones bien rotos y las chupas de cuero suponían el mejor de los atuendos. Yo lo tenía bien claro, hiciera lo que hiciera, siempre en mi casa iba a ser la más guapa de todas, la más fina y la más elegante, así que con este porte por qué no experimentar ir a la última.</div><div><br /></div><div>Menos mal que con el paso de los años te redescubres, aparece la mujer que hay en ti y vas cogiendo tu estilo. De los tonos fluorescentes pasamos a los colores más cálidos, a los rojos bermellón y los azules menos eléctricos, los taconazos sólo para domingos y fiestas de guardar y la combinación minifaldera y escotazo la abandonamos en el apartado 'nunca más' de nuestro cerebro. Ahora, ese sentimiento de egocentrismo creado desde nuestra juventud no nos abandona, así que si se nos plantea una sesión de fotos con profesionales, pues la que os habla se apunta, porque los flashes siempre me han fascinado y que capten mi mejor yo más aún, será ese photoshop tan milagroso... </div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9x1ctvvI/AAAAAAAAAYs/aEOUo9z-cNQ/s400/Sandwichheladodevainilla4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5520214432131432178" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px;" border="0" /></span></div><div>De esta manera, cuando me dijeron en la agencia que necesitaban extras para las fotos, yo me ofrecí voluntaria. Yo, tan digna con mi pantalón raído y mis pelos y allí, frente a mí, dos cacho modelos, largas como ellas solas, una cabeza y media que me sacaban y con el primer cambio de ropa, vamos guapas hasta caer para atrás. Pero bueno si esto hubiera quedado entre mujeres, ni tan mal, pero claro, no podía ser así, por lo que cinco minutos después de mi llegada a la casa veo pasar por mi lado al "hombre", el superchico, el modelazo im-presionante que iba a protagonizar las fotos. Ahora sí que me salió de los labios: "¡Ohh Dios mío!" Los ojos como chiribitas y un hipo repentino que me entró...</div><div>Ahora llegaba mi turno, mi cambio de ropa, un vestido rosa fucsia y, literalmente, como una niña con zapatos nuevos, iba la mar de feliz a disfrazarme como una cenicienta por unos instantes. Me coloco el vestido y "¿esto por dónde narices se mete? ¿Tres forros? Ayyy así no, pero así tampoco, bueno yo salgo así y ya está... Eh, pero faltan los zapatos, ¡ahhhh qué bonitos, pero pufff ¡Josuuuu que alta soy ya! Ehhh ahora entiendo a esas modelos, jejeje ¡madre mía, qué tacón! ¡Oh, oh, oh, yo con esto no sé andar!".</div><div>Y salí de la habitación con un vestido a medio poner, que el maquillador nada más verme aparecer puso el gesto en la cara de "pobrecita" y venga a recolocarme tirantitos para arriba, etiqueta hacia adentro, no paro hasta verme dispuesta en lo que pudo, porque nada más comenzar a andar se dio por vencido; era la perfecta personificación de un pato desfasado, porque lo de mareado se quedaría muy corto. Eso sí, en mi vida me vería otra vez vestida con tanto glamour y lujo, como mientras hacia de extra con mi primer cambio de ropa.</div><div>El segundo cambio lo lleve mejor, sin embargo los impedimentos surgieron nada más aparecer en el salón, cuando el fotógrafo me suelta: "Gema tú súbete al sillón y baila encima con el pelo despeinado". Lo miré incrédula, ya que con esa orden o me clavaba en el sillón o me dislocaba el tobillo en alguna caída asegurada. Pero, iba en serio, así que agarre a Jose, otro extra simpatiquísimo y le solté:</div><div>- Tú no me sueltes que me estampó con los dientes en el suelo.</div><div>El chico se descojonaba con mi situación con un abrigo de piel blanco y unos Manolo Blanik rojos a punto de agujerear un sofá que a saber el precio que tenía, si la casa era de tales características. Eso sí, a mí me habían mandado bailar y ahí estaba dándolo todo, con caída hacia atrás, con otro hacia adelante, vamos una Paris Hilton despatarrada... Por eso, aunque el fotógrafo alabó mis peripecias para hacer equilibrios, yo me planteé eso de fiarme de mis padres lo justito, que verás cuando les diga que salgo de extra en la moda de la revista lo que me van a decir: "¿Síii? ¿Cuándo? ¿Dónde? Pues a ver si las traes para enseñarlas a todos y ¡que vean lo guapa que estás!"</div><div><br /></div><div>La receta de hoy un riquísimo helado. Lo saqué de la revista Lecturas y sale tan delicioso que se acaba en un periquete, así que si es para más de cuatro personas, recomiendo doblar las cantidades. Este helado de vainilla lo acompañé de las <a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/09/oatmeal-cookies-galletas-de-avenas.html">Oatmeal Cookies (pincha aquí para ver la receta)</a> y combinan a la perfección. Además con esta presentación sorprendes a tus comensales con un postre 10.</div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><br /></span></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJu9xDe77RI/AAAAAAAAAYc/f1biD4v7HQU/s400/Sandwichdeheladodevainilla2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5520214418718977298" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px;" border="0" /></span></div><div style="text-align: left;"><b>Sandwich de helado de vainilla y oatmeal cookies </b></div><div style="text-align: left;">Ingredientes<br />400 ml de leche entera</div><div style="text-align: left;">200 ml de nata líquida para montar</div><div style="text-align: left;">5 yemas de huevo</div><div style="text-align: left;">125 gr de azúcar</div><div style="text-align: left;">1 vaina de vainilla</div><div style="text-align: left;">1 cucharadita de té de esencia de vainilla (esto se lo añadí yo)</div><div style="text-align: left;">Oatmeals cookies para formar los sandwichs de helado de vainilla</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Poner la leche a calentar con el azúcar. Abrir la vaina de vainilla por la mitad, rascar las semillas y echarlas a la leche, también la vaina abierta y llevar a ebullición. En este momento retiramos del fuego y dejamos que se temple la leche con la vaina dentro, de modo que se infusionen ambos durante media hora como mínimo.</div><div style="text-align: left;">Cuando este frío, batimos las yemas en un bowl y las vamos volcando haciendo un hilillo sin dejar de remover la leche muy rápidamente con una cuchara de madera. De esta forma, evitaremos que cuajen las yemas.</div><div style="text-align: left;">Volvemos a calentar la preparación a fuego muy lento, removiendo constantemente hasta que espese como una crema. Ahora, se retira del fuego y se incorpora la nata moviendo hasta integrar todo el conjunto. Una vez listo, lo colocamos en un recipiente y dejamos enfriar en el frigorífico mínimo tres horas. </div><div style="text-align: left;">Finalmente introducimos el helado en el congelador y a la hora lo sacamos para removerlo y quitar todos los cristales que puedan haber salido. Este procedimiento lo repetiremos durante las tres horas siguientes cada media hora y así conseguiremos que nuestro helado de vainilla tenga una consistencia cremosa. Ahora sólo queda dejar que congele del todo la mezcla. A la hora de servir de postre, hemos de sacarlo veinte minutos antes del congelador para poder tomarlo.</div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com45tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-44467980718576266842010-09-22T19:41:00.017+02:002010-09-23T19:32:27.157+02:00Oatmeal cookies (Galletas de avena)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJp0KZnQ6rI/AAAAAAAAAYM/JmTlUhJKuCc/s1600/OatmealCookies6.jpg" style="text-decoration: none;"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJp0KZnQ6rI/AAAAAAAAAYM/JmTlUhJKuCc/s400/OatmealCookies6.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519852015319050930" /></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJp0J8DNt7I/AAAAAAAAAX8/oxAm5M4lLTI/s1600/OatmealCookies4.jpg"></a><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJpz8MMLPGI/AAAAAAAAAX0/ktWWRfIoLqk/s1600/OatmealCookies3.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJpz75w3rfI/AAAAAAAAAXs/VZ95DDfES2Y/s1600/OatmealCookies2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 396px; height: 495px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJpz75w3rfI/AAAAAAAAAXs/VZ95DDfES2Y/s400/OatmealCookies2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519851766251236850" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJpzzD6-c6I/AAAAAAAAAXk/oU1HcAiyGhA/s1600/OatmealCookies1.jpg"></a>Lupe se paró y firme mantuvo la mirada deseosa de Dimitris, quien a grandes zancadas se acercó a ella en unos segundos. Sus ojos se encontraron, frente a frente, uno junto al otro. Él, el rey de la fiesta, con su porte distinguido y seductor, pero su expresión y sus ojos mostraban lo contrario: un chico cegado por la fuerza de los sentimientos, intentando expresar lo que encerraba su alma.<div><br /></div><div>Eran el centro de atención, la fiesta se movía a su alrededor, unos deseosos de conocer la procedencia de la muchacha, otros locos de celos...<div>Para Dimitris su mundo adquirió una nueva perspectiva: la de los ojos de Lupe, de cerca más bella aún, con su sola presencia inundaba toda la estancia y su vestido blanco impoluto resaltaba aún más el color café de su piel y sus ojos oscuros. </div><div>Inauguraron juntos el baile, pues Lupe ante la decisión de su compañero, se dejó llevar, acariciar por el suave movimiento del compás y halagar por el cariño conque sentía el susurro tarareo de Dimitris. Los ojos de él la atraían como un imán, no podía desviar su atención, tan sólo sentía su estómago, su piel rozando con los manos de su acompañante. Sabía a la perfección que debía acallar sus , que sería una frustración y un desengaño, pues no pertenecían al mismo mundo; sin embargo, esta pasión nueva iba en contra de su lógica, de su razón y, de momento, salía triunfante.</div><div>La música bailó y el cambio de pareja hizo que se separaran. A Dimitris le tocó bailar con Benice, quien había sabido colocarse estratégicamente para que su prometido no siguiera con la vista a Lupe. Le habló de boda, de los preparativos que había comenzado con Eugenia, del sitio señalado y de la fecha pendiente sólo de su aprobación. Dimitris no la escuchaba, asentía mecánicamente, lo que bastó para que la muchacha diera por asentado su compromiso. En tan sólo tres días toda la ciudad se haría eco del nuevo enlace.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJpz8MMLPGI/AAAAAAAAAX0/ktWWRfIoLqk/s400/OatmealCookies3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519851771197602914" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div>Dimitris y Lupe no volvieron a encontrarse en el baile, ella se encontraba demasiado solicitada por el sexo masculina y él pasaba de las manos de Benice a las de su madre y así durante las dos horas que duró la fiesta. En la despedida consiguió abandonar a su madre, tendría entretenimiento para rato dando los agradecimientos de asistencia protocolarios, así que a escondidas consiguió atravesar todo el patio y llegar a la cocina. Allí, encontró a Lupe y como un ciclón la cogió en brazos y con ella se dirigió camino de la playa.</div><div>Dieron la vuelta entera a la isla contándose su infancia, sus gustos, anhelos,... Pero a Lupe tanta solemnidad no le divertía, por lo que mientras Dimitris admiraba el amanecer, agarró un buen puñado de arena y se lo plantó en la cabeza al chico antes de echar a correr. Dimitris le clavó la mirada sonriedo picaronamente y lanzado la siguió hasta alcanzarla. La cogió de la cintura y la levanto con las dos manos hacia el cielo, la bajo despacio y cuando se encontraron cara a cara la besó en la comisura de los labios dulcemente una y otra vez hasta que el ruido del mercado de la mañana los despertó de su sueño y tuvieron que despedirse.</div><div><br /></div><div>A Eugenia la salida nocturna de su hijo no le había hecho ninguna gracia, más oliendo con quién había estado. Por ello, mandó una nota a la casa de Lupe con el sirviente que la conocía para notificarle que ya no volviera a su casa para cocinar. Al mismo tiempo, invitó a Benice y su madre a que pasaran unos días en la mansión familiar para ultimar los preparativos de la boda con su hijo. </div><div>Dimitris sólo se percató de lo peligroso de su situación dos días después de la fiesta, cuando en su cuarto observó una caja con el traje de novio. En ese instante armó en cólera y se presentó frente a su madre pidiendo explicaciones.</div><div>- Hijo bien sabes lo que supone que dentro de unos meses alcances la mayoría de edad. Tu padre es muy mayor ya y necesita que alguien le releve en su trabajo. Además esta casa requiere una nueva administración, niños que le den otro aire. Tú vas a necesitar una mujer que esté a tu altura y te quiera y, para ello, nadie mejor que Benice.</div><div>- Pero madre, yo no he elegido a Benice, yo no quiero casarme, bueno sí, pero no con ella. </div><div>- Dimitris déjate de romanticismos, te casarás con ella, pues desde pequeños se concertó así vuestro matrimonio.</div><div>- ¡No! Me casaré con quien amé y ella me ame a mí, aunque tenga que renunciar a todo lo que tengo.</div><div>La cara de horror de Eugenia dejó estupefactas a Benice y su madre, quienes en ese momento entraban en el salón donde discutían madre e hijo. Dimitris salió sin saludar y las mujeres siguieron con sus labores sin dar más importancia al percance.</div><div><br /></div><div>Tan sólo quedaba un mes para la boda y Dimitris perdió la esperanza de encontrar a Lupe, desde aquella noche juntos parecía haber desaparecido. Ella se había enterado de lo que iba a suceder por los cuchicheos de la gente del pueblo. No habría vuelta atrás, el sino estaba echado, por lo que su determinación sólo podía ser una, olvidarlo. De esta manera, aceptó la propuesta de su padre de aprender costura con su vecina Dafne, además le ayudaría en su trabajo y así conseguiría pagarle el vestido que le regaló para la fiesta de Dimitris. Moses, preocupado por la intranquilidad de su hija y con la excusa de dejar las mejores telas de otros países que le vendían sus amigos, decidió visitarla en las horas de su aprendizaje, pero no consiguió engañar a Dafne, quien sentía como poco a poco él más la piropeaba. </div><div>Con Lupe, Dafne consiguió duplicar su trabajo, había aprendido muy rápido y sus manos parecían haber nacido para vivir entre telas. Sus primeros vestidos adquirieron protagonismo rápidamente, por lo que la muchacha decidió dar nombre a sus creaciones bajo el seudónimo de María, el nombre de su madre y abuela, quienes la ayudarían donde estuvieran.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJpzzD6-c6I/AAAAAAAAAXk/oU1HcAiyGhA/s400/OatmealCookies1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519851614359155618" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div>Pronto llegó a oídos de Benice los datos de una nueva costurera, que estaba innovando con inspiraciones de otros países y las mejores telas. Su vestido debía ser confeccionado por ella y por su maestra y así poder ir a la última, crear tendencia. La madre de Benice consiguió dar con su contacto y hacerle llegar una nota proponiéndole la confección de un vestido de novia por una suma de dinero jamás imaginada por Lupe y mucho menos para Dafne. Sin embargo, el lugar de la preparación echaron para atrás a Lupe, no quería volver a pisar la casa de Dimitris y mucho menos encontrarse con él. Dafne ante la excitación de su alumna reconoció lo que le estaba sucediendo y le infundó el valor que necesitaba para hacer frente a esa situación y no perder la oportunidad que se le presentaba para terminar siendo una de las modistas más valoradas de la ciudad. Para ello, idearon un plan, Dafne sería la encargada de ir y venir de la casa de la novia, cogería todos los arreglos y medidas y Lupe sólo tendría que terminar su creación con Dafne. Así, nadie tendría que verla y, por tanto, no terminarían el contrato de trabajo antes de ser pagadas las horas de esfuerzo.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJp0KKV4iDI/AAAAAAAAAYE/NwXQwclK5UA/s400/OatmealCookies5.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519852011219617842" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div><div><br /></div><div>Este método funcionó durante dos semanas, pero un día Dafne despertó con malestar, se tomó la temperatura y era demasiado elevada. Aún así, sabía que de ella dependía todo el esfuerzo de Lupe, de modo que se vistió para salir de casa. Lupe se la encontró en la puerta, con tan mala cara que salió corriendo a su encuentro. Ante la desesperación de la mujer y su firme convencimiento de ir a medir el vestido de novia, Lupe decidió acompañarla hasta la puerta y esperarla escondida hasta que saliera. </div><div>Pasaron dos horas y no hubo movimiento, pero cuando iban a dar las doce de la mañana una silueta masculina llegaba a la puerta de la mansión. La reconoció al momento, era Dimitris, pues su estómago volcó de alegría y su corazón comenzó a palpitar de emoción. Pero no se dejó llevar, calmó su cabeza y siguió mirando la situación, cuando, de repente la puerta se abrió y apareció Dafne, pálida como el marmol, demacrada y con una bolsa enorme donde llevaba el vestido. Se quedó paralizada ante la expectación de su hijo Dimitris, él la intentó ayudar, pero con un débil gemido, Dafne exclamó:</div><div>- Hijo, hijo mío, no te preocupes por tu madre. Puedo sola. - Y no le dio tiempo a pronunciar más pues como un peso muerto cayó sobre los brazos de Dimitris.</div><div>Lupe salió corriendo de su escondite y se avalanzó hacia Dafne a quien Dimitris había colocado delicadamente en el suelo. Él miraba incrédulo la situación, ¿quién era esa mujer que le había llamado hijo? ¿Por qué le resultaba tan familiar? ¿Y Lupe? ¿Qué pintaba ella en todo esto?</div><div>Entró en la casa para pedir ayuda a los sirvientes y llevar a Dafne donde le dijera. Hasta la cocina tuvo que ir para encontrarlos comiendo un plato que durante tantos años había recibido en su cumpleaños, una <a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/09/moussaka-griega.html">moussaka</a>. Los levantó y mandó que le ayudaran.</div><div>Llevaron a la enferma a su casa y la acostaron en el sillón del salón. Lupe sugirió que algo de comida la reanimaría, por lo que se acercó a la mesa y cogió una fuente con <a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/09/moussaka-griega.html">moussaka</a>. En ese instante Dimitris se percató de que era la misma fuente que la que había en su casa, la misma que durante años su madre había mandado tirar por ser poco ostentosa, además contenía la moussaka con un olor exactamente igual al que desde siempre había olido. No se movió del lado de Dafne hasta que despertó, la vio comer, quejarse, dormir, hasta que cercana ya la noche, consiguió recuperarse. Abrió los ojos y se encontró con su hijo Dimitris, tanta fortaleza y emoción contenida durante casi dieciocho años salieron a flote en sólo unos segundos, el tiempo suficiente para que las lágrimas cubrieran su cara y por sus labios salieran estas palabras:</div><div>- Hijo, nunca quise abandonarte, pero eras tan pequeño y tu padre murió, ya éramos suficientes bocas en casa y temí no poder darte ni un bocado, por lo que te dejé con Eugenia. Sé que tal vez no me perdonarás, ni siquiera yo lo he hecho conmigo misma por no luchar en ese instante, pero nunca te abandoné, siempre fui a verte, todos los días, sabía qué te gustaba y te lo dejaba en casa ¿te acuerdas de la camisola azul? ¿de las moussakas por tu cumpleaños?</div><div>Lupe no daba crédito a lo que estaba escuchando. Su vida había girado alrededor de Dimitris desde que había llegado a la isla y todos sus pasos se habían encaminado al encuentro de ese hombre por quien su cuerpo estallaba. </div><div><br /></div><div>Esta confesión cambió por segunda vez en su vida, su destino. Se enfrentó a su madre, desveló a su padre adoptivo la verdad y se negó a casarse con Benice, quien tampoco deseó el futuro con un hijo de la baja sociedad. Eugenia no aceptó que Dimitris la abandonara por lo que le repudió y sacó de su testamento, no recibiría ni dinero ni gloria de su parte.</div><div>Dimitris recuperó a su verdadera familia, a sus hermanas y a su madre, también a otro padre Moses, quien pronto le entregó la mano de su hija Lupe, la persona a la que había querido desde que se la encontró bajo el sauce llorón y a quien deseaba con todas sus fuerzas. </div><div><br /></div><div>((FIN))</div><div>Espero que hayáis disfrutado de este novelón de cuatro entregas. Me he alargado, lo sé, pero eso me pasa por empezar a escribir... </div><div><br /></div><div>Y como colofón final a esta historia os dejo unas galletas tremendísimas de buenas, totalmente adictivas y fáciles de hacer. Son unas Oatmeal cookies o galletas de avena. Hacedlas que quedaréis como reyes ante visitas y amigos.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJp0J8DNt7I/AAAAAAAAAX8/oxAm5M4lLTI/s400/OatmealCookies4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519852007383218098" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div><div><br /></div><div><b>Oatmeal cookies (Galletas de avena)</b></div><div>140 gr de mantequilla a temperatura ambiente</div><div>190 gr de azúcar morena</div><div>90 gr de azúcar blanca</div><div>125 gr de copos de avena</div><div>230 gr de harina de trigo</div><div>2 huevos</div><div>1 cucharadita de sal</div><div>1 cucharadita de canela</div><div>1 cucharadita de bicarbonato</div><div>1 cucharadita de esencia de vainilla</div><div><br /></div><div><div>Forramos una bandeja de horno con papel vegetal. Combina en un bowl la harina, la sal, la canela y el bicarbonato.</div></div><div>Batimos la mantequilla con las varillas hasta conseguir tener una masa cremosa. Añadimos los dos tipos de azúcar y seguimos mezclando hasta disolver el azúcar, como 3 minutos. A continuación se agregan los huevos de uno a uno y la esencia de vainilla.</div><div>Cuando tengamos una mezcla homogénea añadimos los ingredientes secos en dos veces, removiendo bien para integrar bien todo en cada tanda. </div><div>Por último añadimos las pasas y la avena. Colocamos en el frigorífico para que enfríe la pasta durante media hora.</div><div>Primero precalentamos el horno a 180º y sobre el papel vegetal vamos poniendo bolitas de la pasta que habremos cogido con una cucharadita., para que todas las galletas salgan más o menos del mismo grosor. </div><div>Horneamos de 10 a 15 minutos o hasta que veamos que las galletas tienen ya un tono de café dorado. </div><div>¡A disfrutar comiéndolas!</div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-43175324112041705512010-09-19T17:52:00.003+02:002010-09-22T19:41:41.670+02:00Magdalenas de limón<div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#0000EE;"><span class="Apple-style-span" style=""><span class="Apple-style-span" style="color:#000000;"><br /></span></span></span></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJYw7dL4w5I/AAAAAAAAAXM/s6_6Uw072dU/s1600/Magdalena+de+limon2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 396px; height: 495px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJYw7dL4w5I/AAAAAAAAAXM/s6_6Uw072dU/s400/Magdalena+de+limon2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518652191394022290" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJYw6uk4W4I/AAAAAAAAAXE/0ak-x-1e2EY/s1600/Magdalenas+de+limon.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 495px; height: 396px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJYw6uk4W4I/AAAAAAAAAXE/0ak-x-1e2EY/s400/Magdalenas+de+limon.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518652178882386818" /></a><br /><div>Dimitris había levantado cielo y tierra para encontrar a esa niña que sollozaba debajo del sauce llorón. Preguntó a gente de toda clase, en los barrios más recónditos, sin embargo, parecía como si nadie la hubiera visto jamás, como si su imaginación le hubiera hecho una treta imaginándose esa historia.</div><div>Lo dio todo por perdido, no la conocía, no sabía cómo era, tan sólo su obsesión le estaba guiando al desgaste. Decidió volver a su vida, hacer caso a sus amigos y zanjar esa búsqueda desesperada. La angustia y exaltación continua estaban causando estragos en él y su madre cada vez lo veía más preocupado, más delgado. </div><div>Eugenia se percató de los cambios en su hijo y le preocupó que anduviera entre los escarceos amorosos propios de su juventud, pues sólo una causa podía provocar tal situación. Se había convertido en un hombre de diecisiete años, de buen porte y facciones bellas, por lo que cualquier mujer desearía caer entre sus brazos, más aún sabiendo cuál era su clase.</div><div>De este modo, preparó un plan para terminar con las con los fantasmas que atormentaban a su hijo. Benice, la prometida de Dimitris desde su nacimiento, aparecería en escena. No era una chica especialmente bella, sin embargo, su inteligencia y su capacidad para adelantarse a cualquier situación serían suficientes para cautivar a un hombre. </div><div>Además, también sería necesario dar nuevos aires a la casa. Debería convertirse en un lugar de recreo, de visitas y fiestas continuas, de modo que Dimitris pasara la mayor parte del tiempo como anfitrión y no le quedara más tiempo para vagabundear por las calles de la ciudad. Por otro lado, si conseguía este propósito, Eugenia se percataría de cada uno de sus movimientos y podría controlarlo. </div><div>El mismo día en que comenzaba el verano la casa se había transformado en un pequeño palacete donde por la noche tendría lugar la fiesta más esperada entre los jóvenes de la isla. Dimitris no veía necesidad de ir publicando a bombo y platillo esa celebración, pero sus padres habían insistido tanto, que decidió invitar a todos sus amigos, quienes a su vez traerían a sus más cercanos familiares de ambos sexos, por supuesto. </div><div>Todos los preparativos parecían marchar adecuadamente, cuando, bien entrada la mañana uno de sus sirvientes apareció en el salón sosteniendo a su mujer, la cocinera. </div><div>- Señora, mi mujer se encuentra mal. Está en el final de su embarazo, por lo que sus síntomas bien podrían ser los del alumbramiento.</div><div>Con ojos de desesperación a Eugenia no le quedó más alternativa que despedir a su sirvienta. Preguntó entre sus sirvientes si alguien podría sustituir temporalmente a la futura madre, cuando uno de ellos habló de una amiga, muy jovencita, pero la mejor de las cocineras que pudiera encontrar en esa isla, su cocina era diferente de países lejanos, pero podría dar un toque especial a esa noche de magia. La expresión de la señora no tranquilizó al hombre que había hablado, pero ella tuvo que aceptar que la trajeran inmediatamente a su cocina y que comenzara a preparar esos manjares que habían comentado.</div><div>Así, Lupe apareció por la casa de Dimitris cerca de las tres de la tarde y, tras la presentación y normas de Eugenia, volvió a ser feliz entre los fogones de esa nueva casa. Su imaginación la transportó a su país y su abuela, sentada en su silleta, la guiaba en cada paso: "Lupita, menos chile, que por aquí no andan acostumbrados y no sea que los mandes al carajo niñita". La casa entera se inundó del olor de las tortitas y de los burritos, de los antojitos propios de su México lindo y del <a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/09/chile-estrella-solitaria.html">Chile estrella solitaria</a>, como plato principal para la ocasión. De postre, un Pan de nata de <a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/09/pan-de-nata-de-tlaxcala.html">Pan de Nata de Tlaxcala</a>, embadurnado de chocolate y enorme de grande. </div><div>Dimitris llegó a casa a las seis de la tarde, había estado ultimando la iluminación de la fiesta y comprando los últimos encargos de su madre. Algo le paralizó cerca de la cocina, un olor inusual, intenso y provocador salía de la puerta entreabierta de esa habitación y sus pies autómatas, caminaron en esa dirección. Abrió la puerta y sintió como su cuerpo explosionaba de gusto ante lo que sus ojos contemplaban: una bandada de platos en hilera, cerca de la niña que había buscado tanto tiempo, se encontraba de espaldas, pero ese cabello le resultaba totalmente inconfundible. Se acercó a ella.</div><div>- Perdona, no sé si te acuerdas de mí.</div><div>Lupe se sobresaltó, no había notado su presencia.</div><div>- Sí, usted. Cada vez que aparece, me da un susto tremendo. Lo conocí hace dos meses delante de la fiesta a la que iba como bailarina.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJYw78GorgI/AAAAAAAAAXU/2C_Ezxk6jy0/s400/Magdalena+de+limon3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518652199693495810" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div>Dimitris sintió una alegría inmensa; sí que le recordaba. No sabía si decirle que la había estado buscando, que quería conocerla. Sin embargo, las palabras que tanto había memorizado en el tiempo en que no la encontró, se esfumaron ante su presencia. Únicamente podía mirarla, ver con qué mimo ultimaba los detalles de la fiesta, observar sus manos, sus brazos y esos labios a los que besaría en ese instante, si supiera que no le faltaría el respeto a esa niña, no tan niña a medida que espiaba sus facciones, sus curvas. Lejos de la oscuridad de la noche en la que la conoció pudo darse cuenta de su edad, de su clase social y de las diferencias que existían entre ambos, pero no le importó tan sólo un pensamiento vagaba por su mente, deseaba conocerla con todas sus fuerzas.</div><div>- Perdona, Lupe, ¿esta noche vendrás a la fiesta?</div><div>- No, señor. Mi sitio está aquí, que todo salga bien y que no falte la comida fuera. La patrona de la casa me lo mandó así y no puedo disgustarla.</div><div>- Lupe, yo soy Dimitris, el hijo de la patrona, como tú la llamas, y mi deseo es que esta noche aparezcas por la fiesta. Hablaré con mi madre y todo solucionado. </div><div>Hizo que se alejaba, pero ante la mirada atónita de la niña, retrocedió y la besó delicadamente en la mejilla. Lupe sintió el calor de los labios de Dimitris, su respiración rápida y las mejillas volvieron a tornarse del mismo rojo del de la noche en que ése extrañó interrumpió su intimidad. No debía ir a la fiesta, algo en su interior decía que no era lo adecuado, además ¿dónde encontraría a esas horas una vestimenta adecuada? Le vino a la cabeza su vecina Dafne, costurera de las mejores familias, tal vez ella dispusiera de un vestido para prestarle esa noche.</div><div><br /></div><div>Efectivamente, Dafne nada más enterarse de dónde iría Lupe, se le alteró el pulso: la casa de su hijo, a la que tantas veces había intentado ir para verle. Recordó que tenía un vestido de seda blanca largo, con un sólo tirante diagonal de cenefas doradas que sujetaba el vestido a la altura del pecho. Quien había encargado este trabajo lo rechazó por no ser demasiado ostentoso, por lo que con algún arreglo y buen acompañamiento podría servirle a Lupe. </div><div>Salió de casa de Dafne fascinada de tanto lujo, había olvidado quién era y tan sólo deseaba llegar a la fiesta, que él la viera. Corrió y corrió y cuando llegó a la puerta sintió la admiración de todos ante su presencia. Hombres y mujeres se giraban, cuchicheaban y murmuraban en voz alta, se preguntaban quién era esa chica, de dónde había salido. Sólo Eugenia maldijo la decisión tomada esta tarde, pues vio a su hijo cómo se dirigía firme y decidido al encuentro de Lupe, apartando a los visitantes y sus ojos llenos de brillo, fulgor.</div><div><br /></div><div><br /></div><div>Me temo que comer mis palabras, os dije que habría un final hoy, pero no puedo dejar la historia. Cuando me doy cuenta de lo que he escrito resulta que es demasiado y tampoco quiero dejar una Biblia como entrada. Por eso ahora no voy a prometer que la próxima entrada será el final, si no que digo que es lo que me gustaría... Sólo espero que os esté gustando y que me esperéis un poco para el final.</div><div><br /></div><div>La receta de hoy unas ricas magdalenas. Tremendas de ricas para desayunar, esponjosas y con el sabor de limón en cada bocado. Seguro que os gustan.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJYw8XssTPI/AAAAAAAAAXc/aYXIjjnfdJ4/s400/Magdalena+de+limon4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518652207100873970" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px; " /></span></div><div><br /></div><div><b>Magdalenas de limón </b></div><div>Ingredientes</div><div><div>3 huevos</div><div>250 gr de leche</div><div>70 gr de aceite de girasol</div><div>330 gr de harina</div><div>250 gr de azúcar</div><div>1 yogur de limón</div><div>La ralladura de un limón</div><div>4 sobres de gasificante (2 dobles: 2 blancos + 2 moados si son marca Hacendado)</div><div><br /></div><div>Precalentamos el horno a 180º y preparamos los moldes individuales de papel para las magdalenas. Yo éstos los he puesto sobre un molde de 9 magdalenas para que no perdieran forma los moldes individuales. </div><div>Ahora preparamos la masa de la magdalena. Para ello, colocamos los huevos en un bowl con el azúcar y mezclamos con la batidora durante unos minutos hasta que se deshaga el azúcar y tome la mezcla espumosa tome un tono amarillo pálido. A continuación añadimos el aceite, se vuelca el medio yogur y la leche y se sigue uniendo los ingredientes. Ahora incorporamos la ralladura de limón.</div><div>Tamizamos la harina y los papeles de gaseosa y se va mezclando con lo anterior y se echa rápidamente en los moldes. Horneamos durante 20 minutos o hasta que veamos que la magdalena está doradita y pinchando con un palillo salga limpio. ¡A comer!</div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com43tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-35865947177396262392010-09-15T21:25:00.012+02:002010-09-15T23:42:25.507+02:00Chile estrella solitaria<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJE7gapEEBI/AAAAAAAAAWo/MXS22nLUpuk/s1600/ChileEstrellaSolitaria2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJE7f51K1cI/AAAAAAAAAWg/LsPTaeDY5MU/s1600/ChileEstrellaSolitaria1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 396px; height: 495px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJE7f51K1cI/AAAAAAAAAWg/LsPTaeDY5MU/s400/ChileEstrellaSolitaria1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5517256437791380930" /></a><br /><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJE7hJtz5rI/AAAAAAAAAWw/Zlq5pUqMZOU/s400/ChileEstrellaSolitaria3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5517256459235354290" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 397px; " /></span>Guadalupe no pertenecía a la tierra de Dimitris, era hija del país cuya virgen lleva su nombre, Méjico. Su padre Moses había dedicado su juventud al negocio del mar. Viajó por los lugares más exóticos y lejanos para comprar telas, especias, piedras preciosas y todo aquello que en Grecia pudiera ser adquirido por los mejores postores a precios desorbitados. Una excusa para escapar en busca de aventuras, descubrir sitios espectaculares y experimentar nuevas sensaciones.<br /><div>Sin embargo, entre el trasiego de viaje y viaje llegó a Méjico donde se enamoró locamente de una mujer, mitad española, mitad mexicana, pero racial hasta el último poro de su piel. Un fugaz romance que terminó con su muerte de María tras el alumbramiento de una niña, el mismo día de la patrona del país, el 12 de diciembre, de aquí su nombre Guadalupe. </div><div><br /></div><div>Su abuela materna se hizo cargo de ella y la educó hasta hacerla una mujer de doce años. El sitio de su aprendizaje la cocina, donde atisbaba el vuelo de la falda de su abuela, que cocinaba los platos más sabrosos para sus patrones. Su olfato se acostumbró rápido al olor del chile, del cilantro,... su gusto, al sabor del tlalpeño, de los tamales y de la buena carne de res. No había día en el que no recibiera su pequeña ración, ahora sí, a escondidas, lejos de la mirada inquisitiva del resto de sirvientes.</div><div>Pronto comenzó a ayudar en el trabajo. Los achaques de su abuela debían acallarse, por lo que sustituyó el lápiz por la cuchara de madera y aprendió la tradición de su país entre fogones. En cuatro años tuvo tiempo suficiente para cocinar todas las recetas de su maestra, de experimentar por sí misma y de preparar nuevas creaciones; sin embargo, había un plato con el que disfrutaba, el <b>Chile Estrella Solitaria</b>, pues su mezcla de sabores y la sutileza del chile picante la dejaban anonadada, suplicando por un poquito más.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJE7hhM63SI/AAAAAAAAAW4/4hvIjk9MFso/s400/ChileEstrellaSolitaria4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5517256465539849506" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 397px; " /></span></div><div>Lupe apenas disfrutó de la compañía de su padre durante esos años, quien volvió a navegar, intentando, en vano, olvidar a la mujer de sus sueños, cayendo derrotado cada vez que podía en las caricias compradas, en el amor simulado. </div><div>En Navidad siempre volvía a Tlaxcala donde vivía su hija y su suegra para celebrabar el mes de diciembre entero. Moses era consciente del poco tiempo que le quedaba a la abuela, su edad y la enfermedad en los huesos iban haciendo estragos rápidamente. Ahora, lo que no intuyó fue su muerte repentina, el mismo día en que Lupe cumplía los doce años. La enterraron sin más honores que su ropa de domingo y su rosario entrelazado en las manos, con su sonrisa mellada, la misma con la que amaneció, símbolo del encuentro con su hija en cielo divino, pues como había contado a su nieta: "Un día de estos vendrá tu madre a recogerme para llevarme y sonreiré antes de marcharme, a pesar de que te dejo, sólo para que sepas que estoy con ella".</div><div>Fue entonces cuando se vio obligada a recoger sus pertenencias y viajar con Moses. Recorrió toda la costa de México, vivió nuevos amaneceres, se asombró ante el oro, todo mágico. Sin embargo, su padre observaba su desarrollo, como se iba convirtiendo en una mujer y su cuerpo adoptaba las formas propias de su edad. En unos meses se había convertido en una preciosa mujercita, lo que conllevó a más de un comentario de los marineros compañeros de Moses. A él únicamente le intranquilizaba la piratería, esa pandilla de insensatos maldecidos como la peor raza existente en el mundo del mar, aquellos que disfrutaban con las muchachas más jóvenes y se apoderaban de su mayor tesoro. Por ello, tomó la mayor decisión de su vida; abandonó su ilusión, sus viajes, para adentrarse en un último viaje, el de regreso a su tierra natal la isla de Milos, donde poder acomodarse y buscar un marido para su hija.</div><div><br /></div><div>Lupe desembarcó en Grecia en la primavera de su trece cumpleaños. El mar transparente y el ajetreo de los pescadores en la orilla del mar le transmitió serenidad, a pesar de chapurrear sólo un poco la lengua paterna. El mercado a pocos metros, donde se observaba mujeres comprando verduras de lo más coloridas.</div><div><br /></div><div>La casa de la abuela paterna de Lupe se encontraba totalmente derruida, el peso de veinte años sin ser habitada. Moses sintió el dolor agudo de su corazón, junto con sus añoranzas y recuerdos infantiles, el olor de su madre, la sonrisa de su padre. Se comprometió en esos instantes en recuperar su hogar y transmitirle a su hija tantos recuerdos. </div><div>En apenas unos meses terminó la reparación de su casa, recuperó sus antiguos amigos y comenzó a pescar para ganarse la vida. Su cuerpo, curtido por tantos años al sol y su mirada perdida, atrajo los suspiros de más de una mujer. Una de ellas le habló del futuro de Lupe.</div><div>Necesitaba presentarse en sociedad, ser vista y admirada por los hombres del pueblo, pero no por cualquiera, sino por los más poderosos. Su belleza y su mezcla racial pronto sería admirada y deseada. Tan sólo había que buscar una forma con la que conseguir todo esto y la mujer recomendó a Moses el baile.</div><div>Lupe se extrañó cuando un día su padre le dejó dinero para que visitara a su nueva amiga. Ella le enseñaría el arte del baile, según habían ultimado los dos adultos y en cinco meses ya estaba preparada para su debut. Vestida con un pantalón ancho, corpiño y velo naranja, aprendió a maquillarse para esa noche. Un hilo de kohl negro dibujaba su ojos rasgados y los labios cereza se hacían apetecibles. Se miró en la fuente del pueblo, cuando iba camino de la fiesta a la que había sido invitada. No se reconoció y sintió la vergüenza recorriendo su cuerpo, ¿tendría valor para seguir el baile en público? ¿o se equivocaría en el primer paso?</div><div>Se acercó a la entrada del jardín donde el anfitrión de la fiesta le esperaba; sin embargo, no se atrevió a llamar, retrocedió y retrocedió, buscando refugió, cuando chocó con las ramas de un sauce llorón...</div><div><br /></div><div><br /></div><div>Y lo siento el final... El final en la siguiente entrada. Es que una se pone a escribir y a escribir y se mete dentro de la historia, que cada vez toma más vida. Espero que me perdonéis.</div><div><br /></div><div>Con esta historia os presento una nueva receta para el concurso de recetas mexicanas que organiza <a href="http://www.lazyblog.net/">Lazy Blog</a> con la <a href="http://www.kitchenclub.es/">Escuela de Cocina Kitchen Club</a> y casi no llego... Se llama Chile estrella solitaria y es un plato muy original, pues mezcla el chocolate con la cerveza dejando un sabor muy rico y diferente, donde el chile se nota en cada bocado. </div><div>La receta la saqué de <a href="http://cocinadelmundo.com/receta-Chile-estrella-solitaria">Cocina del mundo</a>, aunque revisando libros de recetas mexicanas también se puede ver en "Cocina mexicana, más de 100 irresistibles recetas".</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TJE7gapEEBI/AAAAAAAAAWo/MXS22nLUpuk/s400/ChileEstrellaSolitaria2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5517256446598975506" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px; " /></span></div><div><span style="font-weight:bold;">Chile estrella solitaria</span></div><div>Ingredientes (4 personas)</div><div>1 cucharadita de semillas de comino</div><div>650 gr cuarto trasero de buey en dados de 2,5 cm</div><div>harina salpimentada, para rebozar</div><div>3 cucharadas de grasa de carne de buey derretida, grasa de beicon o aceite vegetal</div><div>2 cebollas picadas</div><div>4 dientes de ajo picados </div><div>1 cucharada de orégano seco</div><div>2 cucharaditas de pimentón dulce</div><div>4 chiles rojos secos tipo ancho o pasilla, o al gusto, triturados</div><div>1 botella grande de cerveza lager</div><div>120 gr de chocolate negro</div><div><br /></div><div>Tostamos ligeramente las semillas de comino a fuego medio, agitando la sartén, unos 3 o 4 minutos. Deja que se enfríen y después májelas en el mortero. </div><div>Ahora, salpimenta la carne y rebozala en un poco de harina harina . Fríe la carne en una cazuela grande con aceite. Retírala y reserva para después.</div><div>En la misma cazuela y con más aceite si hiciera falta, ponemos a pochat la cebolla y el ajo en la cazuela durante 5 minutos a fuego suave, hasta que estén tiernos. Agrega el comino, el orégano, el pimentón y el chile y remueve 2 minutos, con cuidado de que no se queme el pimentón. Vuelve a poner la carne en la cazuela, vierte casi toda la cerveza y añade el chocolate troceadito. Llévalo a ebullición removiendo, baja la temperatura, tapa la cazuela y déjalo a fuego suave 2 o 3 horas o hasta que la carne esté bien tierna, añadiendo más cerveza si fuera necesario.</div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-79176726885403600722010-09-14T22:00:00.008+02:002010-09-15T20:19:38.299+02:00Moussaka griega<div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><span class="Apple-style-span" style=""><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 0);"><br /></span></span></span></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI_Z975ZXNI/AAAAAAAAAVY/zTuaoJM8SrA/s1600/Moussaka2.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI_Z975ZXNI/AAAAAAAAAVY/zTuaoJM8SrA/s400/Moussaka2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516867726625823954" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI_Z9SQGPhI/AAAAAAAAAVQ/3LPRW2AQvmc/s1600/Moussaka.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI_Z9SQGPhI/AAAAAAAAAVQ/3LPRW2AQvmc/s400/Moussaka.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516867715446750738" border="0" /></a><br /><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(153, 153, 0);"><a href="http://www.wholekitchen.info/">Whole kitchen</a> en su Propuesta Salada para el mes de Septiembre nos invita a preparar todo un clásico de la cocina tradicional griega, una Musaca.</span></div><div><br /></div>Me imagino una historia redactada en otro idioma, ininteligible en nuestro país, pero reconocida en todas las lenguas...<div><br /></div><div>Hace unos cuantos siglos en un pequeño pueblo costero de una remota isla griega, vivía nuestro protagonista, Dimitris, moreno, de pelo motoso y altura importante. Sus ojos lo primero que llamaba la atención, verdes grisáceos, imponentes de grandes, descaradamente atrevidos. Cuentan que durante su infancia la familia Samaras cayó en desgracia, su padre envilecido por la bebida falleció en una disputa callejera, mientras la madre, Dafne, cuidaba de sus tres hijos. Esto sucedió una noche de invierno, cuando Dimitris contaba con apenas unos días. </div><div>Su vida quedó marcada con el trágico suceso. No llegaba el dinero para mantener tantas bocas, por lo que, con todo el dolor de su alma, su madre lo entregó a una familia acomodada. Eugenia recibió el mayor regalo en vida, un hijo con el que acallar las súplicas continuas de su marido. Un heredero se convertiría en la sorpresa perfecta para su compañero una vez que volviera de su largo viaje a la capital griega. Tan sólo permitió que la verdadera madre de nuestro protagonista tuviera contacto con él una vez al año, el día de su cumpleaños. </div><div>Una fecha señalada en el calendario de Dafne, cuando gastaba gran parte de los ahorros en comprar los ingredientes para preparar el plato heredado de su familia, la moussaka. El cordero y las verduras protagonizaban un festín familiar, cuya causa sólo la recordaba su hija mayor de seis años y ella misma. El trozo más grande de la moussaka para su hijo regalado, por lo que envolvía su comida con el mayor esmero y bien temprano lo dejaba a los sirvientes de Eugenia.</div><div><br /></div><div>Dimitris creció con la mejor educación posible, sus mentores los más codiciados de la isla y sus amigos, los hijos de las familias más acaudaladas. Nunca sospechó su origen y disfrutó de la buena vida.</div><div>Al cumplir los quince años su semblante y su cuerpo corpulento se habían desarrollado a la perfección. Sentía las miradas de las féminas, la envidia de quienes habían sido sus amigos y el respeto de sus mayores. Sin embargo, su inocencia aún quedaba por despertar. </div><div>Su vida había sido pincelada por los pasos de Eugenia. Desde niño concertó su matrimonio con la hija de una de sus primas lejanas, Benice, y su educación se alejó del terreno del ejército. Sólo permitió que cultivara su mayor afición el deporte y, en concreto, el atletismo. Para él, dichos planes no supusieron ningún esfuerzo, anteponía su figura materna, pues el cariño infinito que recibía debía devolverse de alguna manera.</div><div>Sin embargo, con esta edad, la sangre fluía por sus venas en plena ebullición, deseando salir de su cuerpo en busca de experiencias nuevas. Así, se encontró escapando a hurtadillas de su cuarto en plena madrugada a escondidas, sólo para hacer acto de presencia en las fiestas prohibidas, que preparaban sus amigos. En ellas todo era bienvenido; vino, comida, mujeres poco tapadas, junto con otro tipo de sustancias igualmente adictivas.</div><div>Pronto su vida entró en la rutina, sus días se alargaban sin sentido, deseando que llegara la noche para volver a lo que parecía llenarle. Sin necesidad, de buscar un trabajo digno o de formar su alma, de llenar su espíritu, sentía que su destino estaba echado, que había nacido para lo que estaba viviendo y que terminaría siguiendo los pasos de su padre adoptivo en política. Tan sólo era cuestión de suerte, del destino que a cada uno lo pone en su familia. </div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI_Z-FnP4QI/AAAAAAAAAVg/fT9lSR65h_c/s400/Moussaka3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516867729234059522" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 495px; height: 396px;" border="0" /></span></div><div><br /></div><div>Sin embargo, la fuerza del sino deseó mostrarle la verdadera cara de su realidad, su origen...</div><div>Una de las noches descritas, ante la puerta del jardín donde se organizaría la fiesta del exceso, Dimitris tropezó con un velo de seda naranja, raído por la esquina superior donde se engancha a la diadema de su propietaria. Miró a su alrededor por si pudiera encontrarse con ella, pero no divisó nada, tan sólo un ruido le llamó la atención, los lamentos de una voz, una niña, susurrados en la oscuridad, debajo de un sauce llorón, que desdibujaba su figura.</div><div>Dimitris se acercó, su curiosidad y deseo era superior al valor de huir de esa situación. Sabía que, según las reglas de la amistad impuestas, estaba totalmente prohibido tocar o hablar con ninguna de las bailarinas. No eran mujeres cualquiera, sólo un arma de seducción tan poderosa como para hacerles imaginar el mundo del placer. Pero, apartó las ramas del sauce, intentando únicamente devolverle el velo a la niña, sin pronunciar palabra... </div><div>Ella se asustó, se encontraba demasiado ensimismada consigo misma. Alzó la vista y sus ojos llorosos se clavaron en el intruso, maldiciendolo por romper ese momento de intimidad. Él mantuvo la mirada, aunque esos inmensos ojos negros rasgados le provocaron una vergüenza repentina y notó como sus mejillas transmitían este nuevo estado. Apenas, tendría trece años e iba vestida como sus compañeras profesionales. Una falda y corpiño marcaban sus curvas recién desarrolladas. Sus facciones, su cara, su pelo, era diferente. Nada que ver con las chicas que conocía, su tez color caramelo acompañaba un cabello largo hasta la cintura, liso y brillante. </div><div>- Perdona, encontré tu velo y pensé... - titubeó Dimitris.</div><div>- Gracias, pero no lo voy a usar esta noche, ¡ni nunca! </div><div>- ¿Cómo?</div><div>- Me vuelvo a casa. No he bailado en mi vida y pensar que tengo que salir al escenario me da pánico. No me gusta esta forma de ganar dinero, prefiero decirle a mi papá que no puedo. </div><div>Colocó su velo y comenzó a correr en dirección opuesta a la casa. Dimitris la siguió hasta alcanzarla, agarró su brazo y suplicó:</div><div>- Por favor, dime tu nombre. Sólo tu nombre.</div><div>- Lupe.</div><div>Y se alejó, dejando en la soledad a un nuevo hombre...</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(153, 153, 0);">2º parte en la siguiente entrada</span></div><div><br /></div><div><br /><div>Ahora os dejo con la receta protagonista de la entrada de hoy, la moussaka griega, con la que participo en el <a href="http://www.wholekitchen.info/">Círculo Whole Kitchen</a> en septiembre. Una receta deliciosa por el contraste de sabor y estupenda para cuando tenéis invitados. Dicen que es la antecesora de la lasaña y que parte de sus orígenes se encuentran en Oriente, principalmente por el uso del cordero. Yo os dejo mi versión adaptada, con carne picada de ternera y de pollo, ya que el cordero no me gusta demasiado...</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI_Z-uVHpEI/AAAAAAAAAVo/bYtNV4d_-mg/s400/moussaka4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516867740163875906" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 495px;" border="0" /></span></div><div><b>Moussaka griega </b></div><div>Ingredientes (para 5 personas)</div><div>2 berenjenas grandes cortadas a lo largo en rodajas</div><div>500 gr de carne picada, mitad de ternera y mitad de cerdo</div><div>1 cebolla y media</div><div>2 ajos grandes</div><div>400 gr de tomate casero</div><div>1/4 de vaso de vino tinto</div><div>Una pizca de sal, pimienta y canela (o al gusto)</div><div><br /></div><div>Para la bechamel</div><div>3 cucharadas de aceite</div><div>2 cucharadas de harina</div><div>2 vasos de leche bien caliente</div><div>Queso parmesano rallado</div><div>1/2 cucharada de nuez moscada</div><div>Sal y pimienta</div><div><br /></div><div>Pasamos las rodajas de berenjena a un bowl y echamos sal. Dejamos reposar todo durante unos 30 minutos para que las berenjenas suelten el agua y pierdan su amargor. Transcurrido estos minutos las lavamos con agua fría y las secamos con papel absorbente. </div><div>Precalentamos el horno a 200º. En una fuente echamos un poquito de aceite y colocamos las rodajas. Se dejan dentro durante otros treinta minutos o hasta que veamos que la berenjena se ha dorado. </div><div><div>A continuación en una sartén grande pochamos la cebolla picada en cuartos y añadimos los ajos picados en trozos pequeños, cocinamos unos minutos. Después se añade la carne, la canela, la sal y la pimienta y se deja que se haga tranquilamente durante diez minutos aproximadamente, sin dejar de desmenuzar en todo este tiempo la carne para que se hagan migajas. </div><div>Seguidamente añadimos el tomate y lo dejamos cocinar unos 5 minutos. Se añade el vino y se deja reducir durante 15 más o menos. </div><div> </div><div>En este instante, preparamos la bechamel. Ponemos en un cazo a fuego medio el aceite y cuando esté caliente añadimos la harina sin dejar de remover con una cuchara de madera, durante un minuto aproximadamente o hasta que la harina adquiera un tono amarillo pálido, es decir, que se dore sin llegar a quemarse.</div><div>Incorporamos la mitad de un vaso de la leche bien caliente, movemos enérgicamente y seguimos echando leche poquito a poco sin dejar de remover. Por último se añade la sal, la pimienta, la nuez moscada y el queso parmesano, y seguimos moviendo hasta que la salsa tenga un aspecto homogéneo y sedoso. Si quedan grumos, se puede batir con la batidora. </div><div><br /></div><div>El montaje del plato es bien sencillo. En la misma fuente donde hemos horneado las berenjenas, colocamos una capa de éstas, seguidamente otra de carne y repetimos con otra de berenjenas y de carne. La última será de bechamel al que le hemos rallado un poco de queso parmesano en la superficie.</div><div>Lo introducimos en el horno precalentado a 180º y lo dejamos hornear durante unos 30 minutos. Si el queso no os ha quedado lo suficientemente dorado, lo ponemos unos cuatro minutos al grill, hasta que adquiera el tono dordado deseado. ¡Y listo!</div></div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com32tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-24235949469005744222010-09-12T23:04:00.006+02:002010-09-13T09:08:58.003+02:00Cookies de melocotón<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI1BULRRaJI/AAAAAAAAAU4/S7h_l5yw394/s1600/Galletasdemelocoton4.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI1BULRRaJI/AAAAAAAAAU4/S7h_l5yw394/s400/Galletasdemelocoton4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516136933477148818" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI1BTVGNo-I/AAAAAAAAAUw/RF0__wvxGUI/s1600/Galletasdemelocoton3.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI1BTVGNo-I/AAAAAAAAAUw/RF0__wvxGUI/s400/Galletasdemelocoton3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516136918935249890" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI1BSacxxQI/AAAAAAAAAUo/FURh9Xsi9Mk/s1600/Galletasdemelocoton2.jpg"><br /></a></div><div>¿Vuelta a la rutina? A mí me gusta… Sí, sí que no me he vuelto loca, pero es que en Madrid, es en septiembre cuando más eventos se organizan. Que si la noche en blanco, que si comienza el teatro de…, que si Fashion Night Out (FNO)… Y ¡Uyy! Justo el viernes 9 de septiembre tuvo lugar este último. Moda por un tubo, todo muy “fashionable”, tiendas abiertas hasta las doce de la noche no sólo vendiendo, sino engalanadas con champán, vino, cervezas, comida, etc,…</div><div><br /></div><div>Sabía que me gustaría, no ya sólo por las tiendas que se unieron al evento, sino también porque reconozco que soy de una filosofía, que me encanta seguir una frase muy típica española. Soy del “a ver qué dan”, del curioseo oportunista, de las cosas regaladas y de los descuentos. Ahora, también pregunto ¿y quién no?</div><div><br /></div><div>Desde una semana antes iba dejando caer por casa…</div><div>- Anda, ¡mira! Si la semana que viene es la noche de la moda…</div><div>Carlos ni me mira, está viendo las motos… </div><div>- ¡Carlos!</div><div>- Mmmmm, sí, sí,…</div><div>- Y ¿abren todas las tiendas por la noche? Pero esto ¿qué es?</div><div>- Mmmmm</div><div>- Alaaaa, aquí dicen que hay desfiles, y ¡cucha! ¡También música! ¿Me estás escuchando?</div><div>Se gira el “don”, yo indago sus ojos rápidamente y lo veo todo nublado, ¿me mira a mí?… En su cabeza sólo hay un ruido, el de las motos. No piensa, sólo una neurona hace eco gritando “¡Sí, sí, sí!”</div><div>- Sí, sí, sí…</div><div>Pero reacciona con mi sonrisa de “ni de coña” e intenta encontrar un feedback de lo que hace unos segundos escuchaba de fondo.</div><div>- Que sí hombre, tiendas que abren por la noche…</div><div>¡Bien! Una palabra que no le hace nada de gracia, tiendas, unido con más horas abiertas, ¡rechazo total!, por lo que como a sus oídos se le iba a pasar…</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI1BRnuY6oI/AAAAAAAAAUg/9wcvxYwW7fw/s400/Galletasdemelocoton1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516136889575860866" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><div>El jueves por la tarde le lancé la última directa, directísima. Muy diplomáticamente, le pregunté si se acordaba del evento y ni caso. Hace como que no me escucha o su memoria selectiva no le deja más que seguir con su diálogo que ha montado una macro con excel…Pero lo convencí y es que lo que no consiga una mujer… Sabía que él sólo veía impedimentos: tiendas, más tiendas y gente a raudales, así que le tenía que dar un giro: comida y bebida gratis… por lo que le escribo por mail:</div><div>- Carlos que también hay conciertos y encima ¡comida!, champán, ¡vino!...</div><div>- Anda Gema, ¿qué te crees tú? Que somos unos muertos de hambre para que nos den todo eso… </div><div>- Mira la página web y me dices si no es verdad…</div><div>Y ¡ya! No hizo falta más para convencerlo. Cómo platos debía tener los ojos cuando comprobó que lo que decía era cierto… Una luz se encendió en su cerebro cuando me contestó que entonces sí, ¿porque a quién le amarga un dulce? </div><div>Ahora en su cabeza sólo una cosa clara, la vestimenta para dar el cante en un evento tan de moda… Se iba a poner su camisa azul del monstruo de las galletas. ¡Ahí, ahí! ¡Qué se note donde va el personaggio! Me pregunta a mí que me parece y yo toda mona con un vestido de florecitas, lo último de esta temporada…</div><div><br /></div><div>Primera parada Mercado de Fuencarral. Música buena y a todo volumen. Carlos por delante andando a lo John Travolta en Grease, marca el ritmo y....mordida de labios. “¡Madre mía, qué novio tengo!” Le miro y esto le gusta, mira tiendas y la gente peinada y maquillada sin pagar ni un duro, eso sí, por la peluquería del mercado. De repente, visualiza un stand, yo también y ambos nos percatamos que sirven copitas de mojito. Mi don clava sus ojos en mí y suelta:</div><div>- Ve tú, que tienes más cara.</div><div>¡Toooma! ¡Eso sí que es cara!<br /></div><div>Total que allí voy, pero nada... Así que ante mi fracaso, volvimos a la calle y dirección hacia la primera tienda que vimos que había gente en la calle con una copa. Dentro champán y la dueña diciéndome que sólo quedaban dos copas y se las llevaba quien tuviera más cara, es decir, yo, porque mientras que un individuo se decidía, yo me lancé toda fina a por las dos, porque quien no corre vuela...</div><div>Ahí estaba el don, ojeando botas con su copa de champán, en frente de unos espejos abismales, por lo que los vistazos también se dirigían a su figura...</div><div>Tercera tienda, cerveza large y más glamour. Carlos más en su salsa aún; en dicho espacio habían contratado un DJ y la musiquita era más que buena. Mezcla de jazz y sesión popera. Tal era la diversión que me dijo: </div><div>- Tú sigue mirando que yo me quedo aquí.</div><div>¡Ea! Sí que estaba a gustito, vamos en pleno pub que se encontraba cotilleando al DJ y haciendo como que se interesaba por la ropa.</div><div><br /></div><div>Salimos de allí y entre todo lo que llevaba encima noto, que está demasiado contento, porque he de advertir que antes de ir al FNO ya habíamos tomado dos cañas en otro sitio. Total que con tanta alegría en ambos cuerpos, entramos en la cuarta tienda; aquí copa de vino y ya con la mayor de las caraduras diciéndole al camarero que no se cortara echando. </div><div>Imaginad que fiestecilla montábamos los dos. Observaba a Carlos y sus ojos azulgrana (por sus ojos azules y el color de alrededor) delataban su estado y yo que no paraba de mirar ropa para que me trajeran otra copa más... </div><div>- Esto me gusta... ¿A ti Carlos? ¿Carlos? </div><div>- Sí, sí, sí... </div><div>Su única neurona en funcionamiento, no nos olvidemos de ella. </div><div><br /></div><div>¿Y cómo terminamos? Cenando un kebap para bajar un poco la alegría y hablando por los cuatro costados con el afgano dueño del local...</div><div><br /></div><div>Ahora os dejo unas galletitas estupendas, ricas y esponjosas. Si las queréis más crujientes, unos minutos más al horno controlando que no se quemen y listas.</div><div>La receta las saqué de Aída, que tiene un blog estupendo, con unas recetas muy buenas y originales. Os dejo su link para que la visitéis en <a href="http://handsindough.blogspot.com/">With the hands in the dough</a>. </div><div>Aída a su vez cogió esta receta del libro de Cookies de Marta Steward.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TI1BSacxxQI/AAAAAAAAAUo/FURh9Xsi9Mk/s400/Galletasdemelocoton2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516136903192200450" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><div><b>Cookies de melocotón</b></div><div>Ingredientes (para unas 3 docenas de galletas):</div><div>280g de harina</div><div>Media cucharada de café de sal (unos 5 g)</div><div>Media cucharada de café de levadura en polvo (unos 4 g)</div><div>110g de mantequilla pomada (a temperatura ambiente)</div><div>200g de azúcar</div><div>1 huevo grande a temperatura ambiente</div><div>Media cucharada de café de esencia de vainilla</div><div>2 melocotones grandes o 3 pequeños, pelados, deshuesados y cortados a dados pequeños, un poco más grandes que los de parchís (en mi caso resultaron un poco menos de 300g de dados de melocotón)</div><div>100g de mermelada de melocotón</div><div><br /></div><div>Para espolvorear: </div><div>2 cucharadas soperas de azúcar y media cucharada de café de canela en polvo mezclado.</div><div><br /></div><div>Primero tamizamos la harina, la sal y la levadura. Luego batimos con unas varillas la mantequilla con el azúcar hasta tener una pomada y disolver el azúcar, es decir, unos cuatro minutos. </div><div>Añadimos el huevo y la vainilla y seguimos mezclando. Se incorpora la harina, sal y la levadura y cuando tengamos toda una masa, echamos el melocotón y la mermelada. Aquí sólo habrá que mezclar un poco hasta combinar bien. </div><div>En este momento echamos sobre un papel de horno cucharadas soperas de masa, intentando que queden una bolita y separadas unas de otras como mínimo por cinco centímetros, ya que al hornearse se expanden y pueden juntarse unas con otras. </div><div>Cuando las hayamos preparado, se espolvorea encima el azúcar y la canela.</div><div>Hornear en el horno precalentado a 190ºC alrededor de 11-13 minutos, girando la bandeja a mitad de la cocción, hasta que las galletas queden doradas y un poco firmes.</div><div><br /></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com41tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-7574673666399969912010-09-10T15:22:00.014+02:002010-09-14T16:31:06.622+02:00Pan de nata de Tlaxcala<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpNWp1AMaI/AAAAAAAAAUY/pQJKfDFoWcA/s1600/Pandenatamexicano4.jpg"></a><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpMrPYQeUI/AAAAAAAAAUQ/lg1qzzXlUqc/s1600/P9091220.JPG"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpMqaGekNI/AAAAAAAAAUI/xEzLt51Vvv8/s1600/P9091206.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpMqaGekNI/AAAAAAAAAUI/xEzLt51Vvv8/s400/P9091206.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515304985113301202" /></a><br /><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpNWp1AMaI/AAAAAAAAAUY/pQJKfDFoWcA/s400/Pandenatamexicano4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515305745249218978" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 301px; height: 400px; " /></span><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "></span><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpMpn1HDsI/AAAAAAAAAUA/sRazL8QO7KA/s1600/P9091190.JPG"><br /></a></div><div>Recuerdo como hace ya unos cuantos años dije en voz alta: "no vuelvo más a un restaurante mexicano" y menos mal que no me hice caso...</div><div>Creo que tendría 12 años y estaba la familia Vargas en Nerja. Solemos ir bastante por allí en verano, de cena y a por un crepe o un helado en el Balcón de Europa y tan contentos de vuelta. </div><div>Pero el día del que os hablo no terminamos muy contentos, no, no. </div><div><br /></div><div>Resulta que andaban mis padres algo originales, aunque más mi padre que eso de comer le gusta más al hombre. Su decisión de cenar en un sitio diferente resultaba algo inevitable y mi hermana, con seis años por entonces, y yo le apoyábamos: Rocío porque siempre que sea comer apoya la moción y yo porque en esa edad empecé a apreciar la comida. Mi madre, tradicional como ella sola en esto de la alimentación, no decía ni esta boca es mía, hasta que mi padre se quedó parado en una entrada... Quieto delante de una puerta toda llena de parnafernalias, colorines y cenefas bien vistosas busca la aprobación de mi madre, pero ella nada. Nos mira a nosotras para confirmar que seguimos su figura paterna y las dos al unísono afirmamos con la cabeza... Mamá tiene la batalla perdida, lo asume, pero antes advierte que no vamos a comer bien. ¡Ala! mal de ojo echado, porque todo lo que diga y yo no sé cómo se las apaña, siempre se hace realidad.</div><div>Total que entramos y un camarero con un sombrero típico mexicano nos coloca en nuestra mesa y nos deja la carta. Vamos una hoja en español que bien podría haber sido otro idioma, porque hasta más difícil de pillar que el italiano era. Chilaquiles por un lado, tacos por otro, frijoles, enchiladas... "¿Eh? ¿Dónde nos hemos metido?"</div><div>Mi desconcierto fue seguido por las caras de mi familia: mi padre mantenía la compostura y parecía un experto en la nueva clase de alimentación a la que se enfrentaba; mi madre miraba con cara de desolación la carta al ver que ponían platos picantes; y mi hermana, con más hambre que un mirlo, agarraba con fuerza a mi madre para que le dijera qué había de comer.</div><div><br /></div><div>- ¿Saben ya que va a ser?</div><div>Sorpresa de toda la familia y giro de cabezas en dirección hacia la voz que atormenta nuestro momento de concentración.</div><div>- Pues no. Es la primera vez que venimos un mexicano, así que si nos puede ayudar - comenta mi padre.</div><div>- Sí, por supuesto... </div><div>Aunque por dentro tendría que estar diciendo, otros catetillos, porque su expresión de desgana no engaña a nadie. Comienza como un papagayo a releernos la carta y nosotros más que atentos, que parecíamos estar viendo al mismísimo Cristo del silencio... La descomposición de caras fue tal que el camarero debió pillarlo y cambió radicalmente de táctica, ahora sí que comenzó a recomendar algún que otro plato. </div><div>A mi padre nada le convencía, el hombre se debió pensar que ahí ponían carnaza seguro, cuando captó que no había brasa y que estaba en un mexicano y no en un argentino... Mi hermana alucinaba en colores, todo le debía sonar bien, porque mientras el camarero cantaba platos, ella sonreía, se movía nerviosamente por la silla y se mordía los labios. Yo, era otro caso, me las di de lista y ya tenía mi indecisión propia, dos platos a elegir uno. Ahora, el gran dilema, mi madre, la mujer, que, por entonces, se pensaba que la comida italiana era exótica y ni siquiera le gustaba, pues tú imagínate dónde la habíamos metido...</div><div>- Perdone y ¿qué es lo que no pica? - salta mi madre. Anda que se iba a quedar a gusto ella si no soltaba esto...</div><div>- Pues, la verdad es que todo pica, pero muy poquito.</div><div>Y... Aquí pondría yo ahora mismo la musiquita de Hitchcok y a mi madre en la ducha gritando...</div><div>- Ahora si quiere le podemos traer un fuente de varios pisos donde tiene tortitas de maíz y varios ingredientes para que usted se eche lo que quiera.</div><div>- Vale, venga, vale...</div><div>Asiente al mismo tiempo, pero no se la ve muy convencida. Sin embargo, el resto parecemos haber tomado la decisión correcta. Mi padre no le queda más remedio que disimular que se encuentra a gusto y dejarse llevar por la nueva experiencia, aunque por dentro sé perfectamente que estaba pensando por entonces: ¿Y quién me manda a mí meterme aquí y ponerme a experimentar ya a estas alturas? ((¿No papá?)) </div><div>Traen los entrantes unos nachos con diferentes salsas. Mi hermana engancha uno y a probar, cuando mi madre la agarra y le dice que espere. Ella prueba uno y pufff no tiene picante, menos mal. Cojo un nacho yo y comienzo uno por uno a probar y mi padre lo mismo. Mi hermana ahí comienza cuando vemos que le toca el que tiene picante y con muecas en la cara se aparta rápido el nacho de la boca y a la servilleta...</div><div>- Mamá, ¡agua, agua! - grita haciéndose aire en la boca.</div><div>El resto ya sabemos donde no probar, aunque mi padre como es un macho español, pues allí que fue sólo para decir que no picaba tanto...</div><div>Después los segundos. Cada uno mirando su plato, pensando: ¿y esto cómo se come? Y, mi madre, se volvió a llevar todo el protagonismo. Le dejaron un artilugio como un arbolito delante de ella, lleno de judías, frijoles, pollo,... Ahí que va a prepararse su primer taco y salta: </div><div>- No está mal. A ver y esto qué es.</div><div>Ya estaba entretenida. Mi padre, ni tan mal, se encontraba metiendo mano a la carne que le habían dejado. Rocío, ya había probado el plato, pero parece que algo picaba pues dos vasos de agua llevaba bebidos. Creo que parece que fui yo la única en equivocarme y eso dije cuando probé mi plato y solté:</div><div>- Mamá, ¡agua, agua!</div><div>Y de un sorbo me había soplado un vaso entero de agua. </div><div>- Pedro pide otra botella de agua.</div><div>Transcurrieron cinco minutos desde el primer bocado y yo adopté un comportamiento, primero un tenedor de taco y segundo un sorbo de agua. Mi hermana echaba chispas, roja como un tomate, sudando como un pollo y con los dedos como parabrisas para quitarse el empañamiento de las gafitas. Sólo decía una palabra: agua, pero con el hambre que tenía anda que iba a dejar el plato lleno.</div><div>Terminamos de comer y seis botellas de agua que habíamos tomado... Los platos medio llenos, pero el de mi madre, bien mirado, estaba vacío en comparación con la cantidad de comida que le habían puesto. Recogieron la mesa y colocaron unos tequilas. Mi progenitora más rápida que nadie, enganchó los vasos y los devolvió al camarero, pero éste no podía cogerlos, porque se estaba inspirando para cantar una una ranchera...</div><div>Una vez reposando la comida con el tequila, nos dio por observar a nuestros vecinos de la mesa de al lado. Un matrimonio de franceses de pura cepa con una niña de unos ochos años y con unas gafas aún más grandes que las de mi hermana, que eso ya era decir... A la niña le trajeron algo parecido a una lasaña y Rocío la mira expectante, con ansía por que se metiera un bocado en la boca, como si ella misma hubiera hecho la trastada de ponerle demasiado picante a la lasaña. Y lo hizo, cuando, de repente, le subieron los colores, su cara se tornó de blanco a un rojo claro, sus mejillas a un rojo más bien espeso y las gafas se le nublaron por el calor que transmitía su piel. Entonces comenzó a suplicar: "Agua, agua" y, sabiendo todo lo que vendría después, la familia Vargas se comenzó a reír a carcajada limpia.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpMpn1HDsI/AAAAAAAAAUA/sRazL8QO7KA/s400/P9091190.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515304971618684610" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 300px; height: 400px; " /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#999900;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#999900;">Y todo esto para mostraos la receta con la que participo en el concurso de recetas mexicanas que organiza <a href="http://www.lazyblog.net/2010/07/concurso-lazy-blog-kitchen-club.html">Lazy blog </a>con la<a href="http://www.lazyblog.net/2010/07/concurso-lazy-blog-kitchen-club.html"> </a><a href="http://www.kitchenclub.es/">escuela Kitchen Club</a>. Hice un Pan de nata tremendo de rico con una textura insuperable y bonito como él solo. La receta la saqué de la web de <a href="http://www.guiadetacos.com/recetas_mexicanas/dulces_postres/36/pan-de-nata-tlaxcala-receta.html">Guía de tacos</a>, especializada en parte en recetas de México. Os dejo un poco de historia de este pan sacada de su web.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#999900;">El <b>pan de nata de Tlaxcala</b> es delicioso y difundido en fiestas patronales como Pan de Feria a través de diferentes eventos nacionales e internacionales como la “Feria del Caballo” en Texcoco, durante los primeros días de marzo; o la ”Feria de Algodón de San Luis Potosí”. Es considerado como un platillo artesanal y distintivo del Estado de Tlaxcala y su elaboración es una herencia familiar.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#999900;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#999900;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#999900;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 0); "><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIpMrPYQeUI/AAAAAAAAAUQ/lg1qzzXlUqc/s400/P9091220.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5515304999414954306" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 300px; height: 400px; " /></span></span></span></div><div><b>Pan de nata de Tlaxcala</b></div><div><div>Ingredientes (6 personas)</div><div>175 gr de harina</div><div>1 cucharada de mantequilla</div><div>125 gr de azúcar</div><div>200 gr de nata para montar o la más espesa que encontremos</div><div>40 gr de nueces picadas (yo usé avellanas tostadas)</div><div>2 cucharaditas de levadura</div><div>2 huevos</div><div>1 cucharadita de Vainilla</div><div>1 pizquito de sal</div><div>200 gr de chocolate de cobertura</div><div><br /></div><div>Primero, preparamos el recipiente que irá al horno con la masa que será el pan. Para ello, echamos mantequilla en éste hasta formar una fina película y después espolvoreamos con harina por toda la superficie. Precalentamos el horno a 180º.</div><div>Después tamizamos la harina y la levadura bien. Mezcla la nata con una batidora durante dos minutos. Ahora agrega los huevos, azúcar y la vainilla. Sigue mezclando y agrega la harina, la levadura y la sal. Una vez tengamos todo bien unido, incorporamos las avellanas y se vuelca la masa en el recipiente. Lo llevamos al horno y dejamos dentro cuarenta minutos o hasta que veamos que el bizcocho se ha hecho y está dorado por la superficie.</div><div><div>Ahora desmoldamos y adornamos con el chocolate que habremos deshecho al baño maría. Yo coloque unas galletas de helado que pinté con el chocolate para decorar.</div><div>¡A disfrutar!</div></div></div></div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com32tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-54210907307778127422010-09-06T11:29:00.006+02:002010-09-08T20:45:34.947+02:00Pipirrana de mi bisabuelo (hecha por mi abuela)<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIS3Ft-H5XI/AAAAAAAAAS0/CXxSVKJ6Uco/s1600/pipirrana1.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIS3Ft-H5XI/AAAAAAAAAS0/CXxSVKJ6Uco/s400/pipirrana1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5513733152675718514" border="0" /></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIS3GRxfJ-I/AAAAAAAAATE/H-lBTdAkymw/s1600/pipirrana3.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIS3GRxfJ-I/AAAAAAAAATE/H-lBTdAkymw/s400/pipirrana3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5513733162286393314" border="0" /></a><span style="color: rgb(153, 153, 0);">(4 meses y 159 seguidores. ¡Muchas gracias!)</span><br /></div><br />Bueno y como lo prometido es deuda, aquí va una receta exquisita, uno de los grandes manjares de mi tierra y el mejor de los platos de mi casa por supuesto...<div><br /></div><div>Cuenta mi abuela que su buen padre era uno de los mejores carpinteros de la tierra de las aceitunas. Lucho en la Guerra Civil, pero pronto tuvo que volver a su hogar con una bala en el pulmón. Se casó con una mujer extraordinaria, capaz de criar a siete hijos en los tiempos de la posguerra. Poco pan y muchas lentejas, el título de una película protagonizada por mi abuela y sus hermanos; demasiada hambre. </div>Mi bisabuelo llegaba a su casa en la cena, recuerda mi abuela, y lo primero que se preparaba su pipirrana o lo que pillara con el "majao" que tanto le gustaba. Sus hijos lo miraban deseando probar bocado y él esperaba unos minutos, tiempo suficiente para que su cena se enfriara en la ventana, ya que, como apunta, "entonces no había frigorífico".<br />Todo esto me lo decía desde pequeña. Me miraba con su cara de regañina, cuando, después de horas sentada conmigo para que comiera, arremetía:<br />-¡Aaaay qué vosotros no habéis pasado hambre! Cuando yo era joven me tuve que ir a Madrid para trabajar. A limpiar suelos, con las manos... ¡Hips! ¡Uuuuy! ¡Aaaaaaaaaaay! ¡Hips!<br />Y yo que la miraba y no me creía lo que estaba viendo:<br />- Abuelita, ¿estás llorando?<br />- ¡Aaaaaaaayyyyy! Si es que vosotros no habéis pasado hambre... Mi hermana y yo allí en Madrid, para dar de comer a nuestros hermanos, fregando suelos con callos en las manos, levantándonos a las 4 de la mañana... ¡Aaaaaaaaayyyy! Por eso digo, ¡qué mal acostumbrados estáis ahora! ¡Aaaaayyy!<br /><br />Y no será por veces que se ha comportado así, que aún le vienen lágrimas a los ojos. Espero siempre la misma reacción, su encogimiento de cara, la rojez en las mejillas y sus desconsolados lamentos. Yo, y puede parecer que no tengo sentimientos y no es eso, me acercaba a ella y le contestaba medio riendo, medio conteniéndome:<br />- Pero abuelita que eso paso hace mucho tiempo...<br />- ¡Aaaaaaayyy! Ahora, que yo estaba muy bien mirada. ¡Cómo me querían a mi los señoritos! Vivían en Chamberí, donde tú estás ahora y me recorría todo Madrid entero andando. Nunca me perdía y yo iba por los cines, Gran Vía, el centro,... Todo recto para abajo y llegaba donde vive mi hermana, que entonces no había puentes, estaba todo desierto. Hasta Vallecas andaba, porque claro tu tía se casó con un madrileño... ¡Qué saben mucho los de la capital! Han visto muchas cosas, así que ¡tú ten cuidado! Pero a mí no me pillaron... ¡Vaaaamos! Una morena allí, con los ojos azules y tan guapa, que yo era, con mis formas, pues los tenía así... (señal con las manos de "a montones" incluida). Me acuero del hijo de mujer de la tienda donde íbamos a comprar, ¡enamoraito lo tenía! y ¡cómo me miraban por la calle! Con que arte y brío me movía yo, que si hubiera querido, me caso con uno de buena familia, pero a ver, yo sentenciada que estaba... Ya me dijo mi abuela una vez: "tú eres mujer, para un pobre".<br /><br />Tan a gusto que se queda la buena señora. Yo echo una ojeada a mi abuelo sentado a su lado, que la mira y mueve la cabeza de un lado para otro, como afirmando que no tiene solución ninguna y responde chinchándola:<br />- Pues, ¡podrías haberte ido con otro de esos!<br />Mi abuela lo mira indignada y contesta:<br />- ¡Eso tendría que haber hecho! ¡Pues bien guapa, que estaba yo! ¿Te he enseñado yo la foto de joven!<br />- Sí, abuelita...<br />-¡Mira! ¡Mira!<br />Saca mi abuelo de su monedero una foto preciosa, en blanco y negro con los filos troquelados, donde se observa a una mujer de piel blanquita, ojos inmensos, claros como el cielo, pelo negro motoso, medio recogido y con las ondulaciones de la época. Mira sin miedo a la cámara desafiante, invitándola a fotografiar su mejor pose, aquel en el que enlaza su cuerpo al lado de una silla con un brazo, mientras el otro lo apoya detrás del cuello para levantar su largo cabello.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIS3F_ymnrI/AAAAAAAAAS8/JqxQ5DQg8Dw/s1600/pipirrana2.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 320px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TIS3F_ymnrI/AAAAAAAAAS8/JqxQ5DQg8Dw/s400/pipirrana2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5513733157459238578" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Pipirrana de mi bisabuelo</span><br /><br />Ingredientes (4 personas)<br />9 tomates pelados<br />3 huevos duros<br />2 latas de atún<br />1/2 pimiento verde italiano<br />1 ajo<br />1/4 de vaso de aceite de oliva virgen extra<br />1 pellizquito de sal<br />2 puñaditos de miajón o miaja de pan<br /><br />Vamos a hacer toda la preparación en un mismo cuenco o bowl, por lo que cogeremos el más grande que tengamos o en el que veamos que cabe la pipirrana.<br />Comenzamos picando el ajo muy pequeño y machacando con un mortero bien. A éste le añadimos un huevo duro troceado y seguimos machacando, también un tomate que trocearemos sobre el huevo para que suelte todo el líquido en la mezcla y una lata de atún con su jugo. Esto se machaca bien, moviendo todo el rato y dejando que espese todo un poco, que se quede como una salsa pastosa.<br />A continuación, incorporamos el miajón y seguimos con el mismo procedimiento y poco a poco el aceite sin dejar de remover, para integrar por completo el aceite y que no se vea suelto en gotas por ninguna parte de la mezcla.<br />Cuando hayamos conseguido esto, deberá quedar una salsa de color salmón, que estará mejor si apenas tiene grumos. A ésta le vamos troceando los tomates restantes, un huevo y el pimiento verde, éste último en trocitos pequeños. Removemos bien con una cuchara los ingredientes con el majao y dejamos en el frigorífico el bowl al menos dos horas, para que coja sabor el ajo y lo demás.<br />Finalmente, se presenta en un plato, con el huevo cocido que nos ha quedado y el atún de la otra lata de atún.<br />¡Ya sólo disfrutar de este plato riquíiiiiisimo! Ahhh y a mojar todo el pan del mundo, según os aconseja <a href="http://la-gitanilla.blogspot.com/2010/06/suquet-de-rape.html">mi abuela</a>.Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com41tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-14816302264194284952010-08-31T22:04:00.004+02:002010-09-01T17:32:58.196+02:00Tarta de higos con jamón y queso de cabra<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TH1iQHeu3hI/AAAAAAAAASk/MjugGVKLuZ8/s1600/Tartadehigos3.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 301px; height: 400px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TH1iQHeu3hI/AAAAAAAAASk/MjugGVKLuZ8/s400/Tartadehigos3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5511669547996732946" /></a><div style="text-align: left;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TH1iPuyXM5I/AAAAAAAAASc/4joxgBSG2mg/s1600/Tartadehigos2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TH1iPS7Kk_I/AAAAAAAAASU/USxU09K08LU/s1600/Tartadehigos1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 301px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TH1iPS7Kk_I/AAAAAAAAASU/USxU09K08LU/s400/Tartadehigos1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5511669533888910322" /></a><br />La entrada de hoy, algo especial. Empieza mi colaboración en una revista <a href="http://www.antoniamag.com/">Antonia Magazine</a>...<div><br /></div><div><div>Conocí hace poco a una persona simpática y dicharachera, enérgica e incansable, con historias por doquier, con la cual no puedes aburrirte ni un segundo. Su cabeza va a mil por hora y no hay quien la pare como se proponga un proyecto. Ideas no le faltan y, lo mejor de todo, sabe plasmar todo lo que su cabeza piensa, salirse del molde e innovar con todo lo que inicia. Por eso, sólo tenía que aliarse con una amiga, su socia, la mejor con su estilismo, capaz de montarte un sujetador con cuatro lechugas y una guitarra con una papaya en unos minutos. Con este equipo y más colaboradores ambas montaron una de las revistas más rompedoras, la que sin duda marcará el ritmo de los nuevos tiempos para la prensa online. </div><div><br /></div><div>Cuando me hablaron de Antonia Magazine no lo dudé ni un segundo, yo tenía que colaborar aquí. ¿Una revista online? Sí, pero no una revista al uso, sino una sin perjuicios, con propuestas dispares, que la van a hacer llegar lejos, ya lo digo yo. Ideas innovadoras, temas "des-esteorotipados" y la muy buena presentación de esta revista fue lo que me atrajo a engancharme a ella. Bueno, esto y una de sus creadoras, que irradia talento en estado puro.</div><div>Me ofrecieron participar en su proyecto y con mi mayor afición: la cocina. Aquello que me inspira y me obsequia con momentos agradables y relajantes. Me gusta ser creativa en mis recetas, cuidar el aspecto y aprender, por lo que espero que no sólo os guste la receta que preparo para este mes, sino que también os animéis a hacerla y triunfar con vuestros comensales. </div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TH1iPuyXM5I/AAAAAAAAASc/4joxgBSG2mg/s400/Tartadehigos2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5511669541368181650" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px; " /></span></div><div><b><a href="http://www.antoniamag.com/revista/comer/hoy-comemos--tarta-de-higos">Tarta de higos con jamón y queso de cabra (Pincha aquí para ver la receta)</a></b></div><div><b><br /></b></div><div><b>Bueno y estos días como habréis podido comprobar no he tenido tiempo de pasar mucho por vuestras cocinas y blogs. Ando bastante liada con trabajo extra y muy muy importante, así que esperadme unos días y seguiré visitándoos. </b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com42tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-79829669235403657292010-08-28T14:53:00.005+02:002010-08-28T15:02:19.604+02:00Sorbete de mango<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THkHvLidiZI/AAAAAAAAASM/GPKBOK1NSAA/s1600/SORBETEDEMANGO3.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 301px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THkHvLidiZI/AAAAAAAAASM/GPKBOK1NSAA/s400/SORBETEDEMANGO3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5510444126197090706" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THkHuq-6QxI/AAAAAAAAASE/CqOJYoMr2Rg/s1600/SORBETEDEMANGO2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THkHuAvZW2I/AAAAAAAAAR8/aR0EkO0YaAE/s1600/SORBETEDEMANGO1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 301px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THkHuAvZW2I/AAAAAAAAAR8/aR0EkO0YaAE/s400/SORBETEDEMANGO1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5510444106118683490" /></a><br /><div>Desde hace unos días he perdido por completo la vergüenza. Nada de complejos ante momentos violentos, hasta he llegado a pensar que podía protagonizar yo solita un nuevo Diario de Bridget Jones.</div><div>Siempre he sido las que atraen las situaciones más embarazosas, las que se grita a los cuatro vientos: "¿por qué yo?". Algo me indica que no me voy a escapar si surge dicha situación y cada día más lo compruebo...</div><div><br /></div><div>Y es que estaba paseando con unos amigos por una conocida plaza del barrio de Malasaña en Madrid. Hacía muy buen día, un solazo en pleno mayo, que invita a sentarse en alguna terracita, por lo que nosotros no íbamos a ser menos. Tapeo, comida y café final fue lo que dsifrutamos en este sitio, cuando muy animada la cosa decidimos caminar a un café cercano para terminar la tarde. Nos levantamos e iniciamos ruta, cuando veo a cuatros chicos entusiasmados con un balón enorme, o eso imaginé yo, muy poco acostumbrada a este deporte. Tal como lo divisé, comencé a andar rápido, pero mis amigos gritaban que tranquila que para qué correr. Yo me calmé y por dentro me alivié: "Anda, Gema, que mala suerte sería que te cayera a ti el balón con el montón de gente que ahí". Pero las fuerzas del otro mundo me escucharon y allí que decidieron darme en donde más me dolía: en mi vergüenza...</div><div>- ¡Bolaaaaaaaa! -gritó uno de los niños.</div><div>- ¿Bola? ¿Bola? ¿Dónde? ¡Ahhhhhh!</div><div>Un dolor intenso y un mareo sobrevenido...¿Que dónde iba a ir lista? Pues en toda tu cara, en pleno centro y con una fuerza centrífuga descomunal. Quien lanzó el balón, el mismo Ronaldo con diez años menos, que cuando vino a recoger la pelota allí le eché un mal de ojo para que no prosperara su carrera y sí siento decir esto, pero el dolor de nariz y el de cabeza que me lió su patada aún lo recuerdo. Pero, claro sí sólo hubiera sido esto. Imaginaos la situación, en mitad de una plazoleta con una terraza repleta de gente y mucha más sentada en el suelo con una cerveza bien plantada al lado. Las risas se unieron en coro, todos señalándome. Mi orgullo totalmente herido... Ante esta situación sólo había una salida: " Dientes, dientes" como buenamente dijo la Pantoja a su ex-novio y salir corriendo por patas. </div><div><br /></div><div>Muchas así, la más reciente, hace unos días, en la que mi vergüenza quedó por los suelos. Resulta que me tocaba limpieza total de la casa. Me coloqué el vestido más fresquito que tenía mini-mini, un moño totalmente de moda de esos tan estiraos que me quitan hasta la expresión de la cara, zapatillas de casa y manos a la obra. </div><div>Comienzo a quitar cosas de en medio y me adentro en la cocina. Veo la basura, la cierro y me dispongo a sacarla al cuarto de mi planta destinado para ello. Llego a la puerta y pienso: "¿dejo la puerta abierta y corro por si se cierra o me llevo las llaves unos segundos?"</div><div>¿Qué hice? Como no soy muy sensata y me considero más veloz que un leopardo, pues preferí correr. Ahí me ves, toda dispuesta cuando en mitad de trayecto se oye un ¡Plofffff! Me paré en seco y:</div><div>- ¡Ahhhh! ¡No me lo puedo creer! ¿Y ahora?</div><div>Echo la basura y a la vuelta mi puerta cerrada a cal y canto. Me miro las pintas y pienso que el móvil, el monedero y todo está ahí dentro, porque las llaves por lista te las has dejado dentro y Carlos en la otra punta de España disfrutando en la playa. "Madre de Dios y ¿Por qué yo?" </div><div><br /></div><div>Me vino un poco de cordura y relacioné una situación en la que tuve que pedir las llaves al portero y él me sacó unas que tenía guardas en la portería. Lo malo, mi vestimenta, ¿cómo bajar con ese vestidito y unas zapatillas de estar por casa? "Bueno llamo a mis vecinos, les explico mi situación y a ver si alguno me puede hacer el favor de bajar".</div><div>¡Qué mejor ocasión para conocer a mis vecinos que ésta!, ¿verdad? Sin embargo, llamé a casi toda la planta y ninguno apareció... Total que mi nivel de desesperación aumentó, de modo que me tragué la vergüenza y para el ascensor que me metí. Marco el 0, pero no me hace ni caso y empieza a subir. "Esto sí que es mala suerte...". Me paro en el noveno y se mete un vecino, me observa haciendo una radiografía entera de mi persona y yo como si eso fuera lo más normal del mundo. Doy por segunda vez al cero, ¡bien! comenzamos a bajar. Pero mi suplicio no podía acabar aquí, así que en el cuarto se sube una madre con una niña de rosa entera, repipi como ella sola, me mira, me señala y le comenta a su madre:</div><div>- Mamá, ¡la muñeca de mi pijama!</div><div>"¿Y se ríe? ¿Pero niña tú has visto qué guapa vas?" </div><div>¡Tomaaa! Destapada por completo y yo maldigo a algunas tiendas de ropa interior femenina por fabricar una colección entera con algún dibujito animado, que nos hacen volver a la niñez y al final vamos llevando lo mismo que cuando teníamos seis años...</div><div>Por fin llego a la portería y el encargado de ésta se encuentra enfrascado en una conversación telefónica. "Sí, ajá, el número ¿me lo puede dar? y ¿el horario? ¿Entonces dice usted...?" Tres minutos como tres infiernos, para que el hombre capte mi presencia... Su cara de asombro no me asusta ya. Le comento lo sucedido y me confirma que hay unas llaves o eso cree en el cuarto de portería. Yo rezo para que así sea...</div><div>Me da las llaves y sin más entretenimiento llamo al ascensor para desaparecer de allí, cuando escucho por detrás "¡Hola!" y veo a otro vecino del noveno. Éste el típico jovencito con tipín y seguramente con una lengua hasta los tobillos. Lo conocí hará un mes cuando me topé con él dos veces seguidas en el ascensor. Ahí dio rienda suelta a sus artes amorosas, parloteando a diestro y siniestro. A mí que ni me va ni me viene, porque tengo al mejor "don" en mi casa, pues pasé un poco, pensando que otra anécdota más. Lo que no intuía era esta situación subiendo con él hasta mi casa con mis pintas tan "bonicas" (cómo diría mi abuela) y él tan fascinado con mi indumentaria, que ni siquiera abrió la boca...</div><div><br /></div><div>Y hoy os trago un rico sorbete. Fácil de hacer, muy bajo en grasa y delicioso, que nos ayuda a bajar una comida y para estos momentos post-vacacionales nos permite comer más sano...</div><div><br /></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THkHuq-6QxI/AAAAAAAAASE/CqOJYoMr2Rg/s400/SORBETEDEMANGO2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5510444117458043666" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px; " /></span></div><div><b>Sorbete de mango</b></div><div>Ingredientes</div><div>1 mango madurito de unos 800 gr sin pelar</div><div>1 yogur griego azucarado</div><div>4 cucharadas de azúcar (puede sustituirse por edulcorante o echarse más si se ve necesario)</div><div><br /></div><div>Pelamos el mango, le quitamos el hueso y lo troceamos. Lo ponemos en el vaso de la batidora y añadimos el yogur griego y el azúcar. Batimos bien y se coloca en la heladera si tenemos siguiendo las instrucciones del fabricante. Después se deja en el congelador mínimo dos horas.</div><div>Si no tuviéramos heladera, lo metemos en el congelador y sacamos a la media hora para remover bien y quitar los posibles cristales que hayan surgido. Repetimos este procedimiento cada 30 minutos durante dos horas aproximadamente, pero puede hacer falta más tiempo.</div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com38tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-54476558227956686952010-08-24T08:58:00.001+02:002010-08-26T10:05:58.843+02:00Ensalada de lentejas, jamón y uvas<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THL33_TQXtI/AAAAAAAAARk/2qU9ZrAzV6g/s1600/Ensaladadelentejas.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 301px; height: 400px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THL33_TQXtI/AAAAAAAAARk/2qU9ZrAzV6g/s400/Ensaladadelentejas.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5508737835484602066" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THL34KWsdlI/AAAAAAAAARs/eadL4OmMfRY/s1600/Ensaladadelentejas3.jpg"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THL34KWsdlI/AAAAAAAAARs/eadL4OmMfRY/s400/Ensaladadelentejas3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5508737838451816018" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></a>Como ya os he contado, para la comida siempre he sido una "tragicomedia", especialmente para los días en que en mi plato aparecía esta legumbre de la que trata la entrada de hoy, las lentejas.<div><br /></div><div>En un suplicio se convertía el día en que me tenía que sentar delante de ellas. Aunque lo peor, visualizar por la noche el bowl enorme con una gran cantidad de lentejas en agua. Más grande que mi cabeza y eso bien complicado que era. Todas puestas en perfecta armonía preparadas para dar lo mejor de sí. Y yo venga a mirarlas, imaginando dentro de mí que las tiraba o que las cogía en puñados y las distribuía en vasos con algodón para formar esas bonitas plantas que me enseñaron en el colegio. Sin embargo, conocía el fin de ellas y me entraba un sudor frío... Intentaba iniciar la preparación mental para el combate de la comida del día siguiente, pero finalmente me iba a la cama bien calentita.<br /></div><div>Al día siguiente me levantaba dándome ánimos, pensaba que aún quedaban unas cuantas horas antes de la lucha. De repente, un olor familiar me llegaba de la cocina y para constatar que no seguía soñando me asomaba al filo de la entrada a la cocina, cuando, ¡horror! los sofocones se apoderaban de mí al vislumbrar una olla exprés que entonaba jocosamente el canturreo de un tren en miniatura. Más blanca que la pared me quedaba y con los nervios a flor de piel, deseando únicamente que no llegara el momento del sacrificio, pero la maldición había sido echada y el tiempo se confabulaba contra mí, por lo que unas horas parecían segundo y los gritos de mi madre para que apareciera por la cocina para comer se hacían presentes, reales.</div><div>- ¡Gema! ¡A comer!</div><div>Pero yo oídos sordos, jugando al escondite con mi hermana...</div><div>- ¡Geeeeemaaa! ¡Geeeemaaa!</div><div>Y seguía ignorando la llamada. Pero mi hermana me delataba, el olor le había llegado entre las puertas del armario desde hacía mucho tiempo y jugaba porque no le quedaba más remedio, que por ella había ido a desayunar lentejas. De modo que ante el primer grito madrero, la niña abandonaba su escondite y salía pitando, a lo "correcaminos", dirección a su plato de comida. Yo remoloneaba, hasta que ya no soportaba más ese soniquete agudo en mis oídos. </div><div>En el tiempo que tardaba en llegar, mi hermana había casi vaciado su plato. Yo, que ya no me extrañaba ante este espectáculo de rapidez. la observaba confirmando mis teorías de que hermana mía no era, había venido de una adopción seguro... Porque, vamos a ver, poniéndonos un poco en situación, ¿a quién le puede atraer un plato aguado marrón, con unas patatas flotando? El chorizo se salva... Pero, mucho peor, ¿quién va a considerar apetecible unas lentejas pasadas por la batidora? ¡Yo, no! </div><div>Sí, sí, porque un día a mi querida madre, se le ocurrió que para que me comiera mejor, un buen invento podía ser apachurrar todo y formar un puré. La primera vez que me colocó eso delante, me asusté un poco: "¡Cucha tú que volvemos a las papillas!" Escalofríos me entraron esa vez, ahora mi madre se encargó de recalcar, que no, que eso era comida de niños grandes, ante lo cual no me quedó más remedio que asentir y seguirle el juego, para no perder la dignidad ante mi hermana de seis años menos, que llevaba "probando" este tipo de comida desde antes de su año de edad.</div><div><br /></div><div>Ahora, la cosa se ponía mucho más fea, cuando me quedaba a comer en el comedor del colegio. Yo era la típica, aquella niña que no comía, que perdía las horas muertas delante del plato hasta que llegaba la hora de la vuelta a las clase. Eso, cuando no echaba todo lo que llevaba dentro, que solía ocurrir el día que de primero ponían lentejas. Yo veía que la profesora iba muy poco cuidadosa metiéndome cucharadas en la boca sin prestar atención a mi cara de angustia, mal, muy mal,... Mira que la avisaba con la mano para que bajara el ritmo, pero ella ensimismada en sus pensamiento y hartica de mí, cuando ¡buahhh! ¡Adiós baby limpio y mirada de horror de la "seño"! Me agarraba cuan niña del exorcista y me limpiaba a malas, que si hubiera podido hasta serrín me echaba, cuando me oía decir: "Si yo la he avisado seño".</div><div>A mí, quien realmente me asustaba era mi abuela. Me recogía de la parada de autobús y si me veía aparecer con otra bolsa bien cerrada no se extrañaba, como si lo hubiera adivinado antes de que llegara, pues ya me tenía una buena merendola a pesar de mis pocas ganas de seguir ingiriendo alimentos. </div><div><br /></div><div>Sin embargo, éste suplicio me ha acompañado hasta los últimos años, incluso en los días de celebración. Mi madre, algo supersticiosa ella, planta este plato el último día del año, "porque hay que entrar con buen pie", afirma. Y yo, que no paro de decir que no tiene ningún fundamento su afirmación, que fue uno que le encantaban las lentejas y lanzó eso para comer otro vez más, que entonces tendríamos que ir pisando excrementos, diciéndolo finamente, para tener buena suerte. Ella ni mu, por lo que mi último recurso, un refrán muy popular: "lentejas, si quieres las comes y si no las dejas", no paro de repetírselo año tras año, a lo que o no me contesta o sin apenas darle mucha importancia suelta: "Tú te las comes" con la superioridad propia de quien tiene la sartén por el mango, claro. Hubo un año, que me dejó no probarlas, creo recordar que fue en mi época de rebeldía adolescente. Harta ya de mí y para comprobar hasta qué punto esa superstición es cierta, decidió ponerme otro plato y yo felizmente que comí, pero como siempre que la contradigo, todas sus funestas premoniciones se hacen realidad, ese año no fue demasiado bueno y yo desde entonces no falto a mi cita con las susodichas ese día.</div>Hoy, el encargado de colocarme las lentejas delante de los ojos es Carlos. Otro "rarito" que disfrutaba con las lentejas de pequeño. Menudo dolor le entró en el cuerpo, cuando se enteró que ahora era cuando empezaba a tomar legumbre. Pero él intenta conquistarme con su potaje. Con ellas demuestra su arte con los fogones y con su choricillo picante le da su toque. Con sólo ver con el primor que prepara una de sus comidas preferidas, las trago saboreando y disfrutando, ante lo cual yo misma me asombro, ¿será el amor con el que las hace o seré yo la enamorada? <div><br /></div><div><br /></div><div>Ahora la receta, con la que he descubierto que me gustan más aún las lentejas fresquitas, con ingredientes diferentes y otros sabores adicionales. Por ello, os dejo un contraste de sabor riquísimo y muy original:</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/THL4AHqqB4I/AAAAAAAAAR0/eJBermSs7lo/s400/Ensaladadelentejas2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5508737975169189762" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><div><b>Ensalada de lentejas, jamón y uvas</b></div><div>Ingredientes para 2 personas:</div><div>200 gr de lentejas cocidas</div><div>160 gr de champiñones fileteados en conserva</div><div>160 gr de cebolla pochada (yo la compro en conserva del Mercadona que está muy buena)</div><div>125 gr de queso fresco</div><div>20 tomates cherry</div><div>3 lonchas de jamón serrano</div><div>20 uvas grandes "red globe" lavadas y sin pepitas</div><div><br /></div><div>Para aliñar:</div><div>Un chorreón de vinagre de Módena (3 cucharadas)</div><div>Otro chorreoncillo Aceite de oliva Virgen Extra (como 3 cucharadas)</div><div>Sal</div><div>Ajo en polvo </div><div>Orégano</div><div><br /></div><div><br /></div><div>Colocamos en un bowl las lentejas previamente escurridas en agua fría y le añadimos los champiñones fileteados. Cortamos los tomates cherry por la mitad y el queso fresco en dados. También el jamón en trocitos pequeños y por último las uvas por la mitad.</div><div>Se mezcla todo menos las uvas, que se reservan para la decoración. Aliñamos con el vinagre, el aceite, la sal e incorporamos el ajo en polvo y el orégano. Removemos todo bien y se emplata con las lentejas en medio del plato y las uvas formando una corona alrededor. ¡A comeeeer!</div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com39tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-30861099831717651372010-08-19T23:10:00.003+02:002010-08-23T21:47:00.635+02:00Gelatina de natillas y cerezas<div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TG2h6j_YneI/AAAAAAAAARA/2hz82r2MULw/s400/GELATINA2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507235946809564642" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px; " /></span></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TG2h7rlU6LI/AAAAAAAAARQ/6a7yw21zViM/s1600/Muffinsalalavanda2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TG2h63ch4uI/AAAAAAAAARI/_928gTnDPRI/s1600/GELATINA3.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 344px; height: 400px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TG2h63ch4uI/AAAAAAAAARI/_928gTnDPRI/s400/GELATINA3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507235952032080610" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TG2h6j_YneI/AAAAAAAAARA/2hz82r2MULw/s1600/GELATINA2.jpg"></a><div>Mi madre es un caso y bueno lo de mis padres, en general, y lo de sus amigos de la playa, también. Todos son vecinos y ya me gustaría a mí meterme en la “cabecica” de más de uno de ellos, porque vosotros me diréis qué he de pensar de lo que os cuento a continuación.</div><div><br /></div><div>Una tarde de verano, justo cuando el sol se ha ido y se está más a gusto en tierras playeras, observo una mujer a lo lejos, cerca de la orilla, en el sitio donde mis padres parecen haber colocado una señal con su nombre. Me fijo bien, pero nada, mis dioptrías han crecido desorbitadamente, cuando intuyo la figura de una persona con un sombrero blanco estilo cow-boy, haciendo señales de socorro; primero brazo a un lado, luego al otro y ajetreo descontrolado… De fondo se oye a mis amigos: “Gema, es tu madre y viene para aquí”. Y yo pienso: ¡Ya estamos! ¡Ea, qué otra vez quiere ella cotillear qué andamos haciendo…!” Sí, porque su condición es ésa, no os penséis que viene a preguntarme qué tal todo, o cómo he comido en el chiringuito que me recomendó, ¡no! Ella viene a fichar al chico nuevo con el que me ha visto jugando a las palas, aunque por el camino hacia mí tenga que correr una maratón para no quemarse la planta de los pies… En fin que al final me tengo que levantar de la toalla y salir pitando hacia donde se encuentra “la mamma”. </div><div>-¡Mamá! ¿Ónde vas? </div><div>- Gema, ¿tú sabes lo que es el taperses? </div><div>Me quedo paralizada, pensando que entre los mayores se han llevado algun vinito, pero ante mi cara ella prosigue.</div><div>No, los tuppers de comida. Eso no, que ya tu tía y yo hemos pensado en que otra vez comprar cacerolas, no, que ya tenemos un ajuar y a ver ahora cómo las guardamos. Y, resulta que, eso no es. Así se estaban riendo todas con nosotras...</div><div>- Mamá que sí que sé lo que es.</div><div>-¿Síiii? ¡¿Pero y tú cómo sabes eso¡? Gema, que no es lo de la comida…</div><div><br /></div><div>Y ahora ella me mira paralizada. ¡Pobre madre!, que su hija conoce de esos temas prohibidos, que tantos años de educación religiosa… Pero como es una mujer abierta a los nuevos tiempos, olvida por un instante su sorpresa para incidir en el asunto, por el que ha corrido los 100 metros lisos. </div><div>- Bueno, ¿pues es que una amiga de…, que conoce a … y nos van a dar una sesión de tuppersex.</div><div>¡Toma! Ahí lanza la bomba… ¿Qué, qué? Pero ahora sí que se me ha caído a mí el mundo de estereotipos encima. Pero, vamos a ver, ¿no se supone que los padres dan ejemplo y que nosotros sus hijos, los que vamos innovando por la vida? ¡No!, en mi caso, claro… Imaginaos mi incomprensión por unos instantes: mi madre que seguro que no conoce ningún aparatito de esos y ¡quiere ir a una cita!</div><div>- Mamá no me entero… ¿Tú sabes qué es? </div><div>- Sí que ya nos lo han explicado. Ahora, a tu hermana y prima, ni pío, no se vayan a enterar y, encima quieran aparecer también.</div><div>Sí, sí esto complicaría más aún todo. Privilegios de ser mayor, hermana, que los secretos más íntimos te los cuentan y la verdad es que esos preferiría habérmelos saltado… </div><div><br /></div><div>Total, que ante las palabras de mi madre, decidí comprobar todo. Llego a la reunión de amigas confabuladoras y efectivamente me confirman el panorama al que piensan enfrentrarse en unos días. Mi cara de satisfacción fue digna de ser fotografiada, pues una vez pasado el momento de reestructuración de mi mente, yo estaba encantada de unirme al grupo de mis vecinas experimentadoras, incluidas una madre y una tía, no se nos vaya a olvidar.</div><div>Ellas más que encantadas y chinchando a mí madre con el: “¡Y tú qué pensabas que ella no conocía que era! ¡Anda!”. Yo, por mi parte pensando: “Pero si soy yo, quien debo saber del asunto, ¿no? ¿Dónde me he perdido?”</div><div>Una vez metida en el lío, decidí avisar a mis amigas, con todos los riesgos de que se enteraran de la familia tan atrevida que tengo… Ellas, por supuesto, se animaron y el día indicado nos juntamos todas. Mientras los respectivos padres y amigos tomaron posiciones dispares: unos sólo querían cotillear y otros no se tomaron demasiado bien la noticia… Los primeros, los de temer, ya sólo faltaba que aparecieran por allí con una cámara y fotografiaran el momentazo.</div><div>La profesora en los temas de aparatos sexuales nos fue mostrando todo su maletín de herramientas, a cuál más peculiar y las mirada desorbitada de mi madre…</div><div>- Y esto ¿para qué sirve? ¡Ooooooyyyy! ¡Cúcha tú! ¡Qué variedad!- suelta mi señora madre</div><div>- ¡Bueno, pues tú imagínate, el otro con eso puesto!- añade una de sus amigas.</div><div><br /></div><div>Y yo por dentro: "¡No!, ¡no! ¡Mejor, no!". Sigo en mi ensimismamiento y mis amigas también, dando la casualidad, de que somos nosotras las que menos estamos armando follón. Mi madre, mi tía y amigas, unas colegialas adolescentes en su primera clase de reproducción…: ¡Uy! ¡Mira! ¿Y esto para qué es? ¡Jajajajaja! ¡Anda!, ¡Cuha tú cómo se mueve! ¡Pues yo quiero un delfín de éstos! ¿Y cuánto dices qué cuesta?, etc, etc, etc,... </div><div><br /></div><div>Pero lo mejor de todo fue el momento de la compra de productos. En mi mente llevaba trajinando mi decisión desde el primer momento y ya sólo estaba entre dos cosas, lo normal en mí. Ahora, una demasiado escandalosa para estar rodeada de madre, tía y amigas y la otra no sé si algo atrevida... Total, que espero a ser la última, cuando la profesora del tema me indica que es mi turno y... </div><div><br /></div><div>Mi madre echa sus ojos en mí y yo consciente de su tensión comienzo a contagiarme y pienso: "Ya no es sólo que lo que compre me va a delatar, sino que encima la imaginación da mucho juego". Así que algo facilito, de rápida decisión y que no pueda detectarse como muy estrafalario. Así, digo, </div><div>- Esto...</div><div>Y directamente mi progenitora coloca su vista sobre el objeto. Lo ojea y hace un gesto aprobatorio. "Pufff, ¡ya está! y ahora le toca a ella".</div><div>Echa un vistazo, luego otro y se gira hacia mí. No se decide, mis ojos delatan su"mismitico" pensamiento segundos antes. En tensión que se encuentra y yo con mi mirada de medio sorpresa, medio desaprobación. Menos mal que en ese momento entró mi vecino con una cámara de fotos, interrumpiendo nuestra tensión para grabar el momentazo de por vida...</div><div><br /></div><div>La receta que os dejo hoy es una fantástica gelatina de dos sabores, la cual podéis variar al gusto, tanto en ingredientes de fruta, como según os guste más de sabor dulce, añadiendo más leche condensada o menos... Además, queda de bonita presentada...</div><div>Con esta gelatina quiero participar en el <a href="http://hechoencocina.blogspot.com/">HEMC 47</a> que este mes trata sobre este tipo de comida precisamente y lo lleva Eva de <a href="http://elfogondeeva.blogspot.com/">El fogón de Eva</a>. Espero que os guste.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TG2h7rlU6LI/AAAAAAAAARQ/6a7yw21zViM/s400/Muffinsalalavanda2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507235966027622578" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px; " /></span></div><div><br /></div><div><b>Gelatina de natillas y cerezas</b></div><div>Para la gelatina de natillas</div><div>Ingredientes</div><div>100 ml de nata líquida</div><div>1 vaso de cerezas</div><div>1 yogur de cerezas</div><div>1 yogur de fresa</div><div>8 cucharadas de leche condensada (pero puede ir cómo os guste)</div><div>6 hojas de gelatina neutra</div><div><br /></div><div>Para la gelatina de natillas</div><div>100 ml de nata líquida</div><div>1 natilla danone o de otra marca</div><div>1 cucharadita de esencia de vainilla</div><div>Galletas Digestive</div><div>6 cucharadas de leche condensada</div><div>3 hojas de gelatina neutra</div><div><br /></div><div>Preparamos primero el molde donde colocaremos la gelatina. Para ello, la rociamos con aceite de girasol y con un pincel pintamos todo éste para que quede una fina capa. Llevamos al frigorífico para después.</div><div>A continuación deshuesamos las cerezas y las batimos junto a la nata los yogures y la leche condensada. Una vez que tengamos toda la mezcla, dejamos a remojo en agua fría 3 hojas de gelatina durante cuatro minutos. La escurrimos y calentamos con un poco de agua en el micro durante 30 segundos. Sacamos la gelatina del microondas, removemos para que se disuelva por completo y se echa en la mitad de la mezcla anterior batiendo continuamente.</div><div>Por último se echa esta mitad sobre el molde preparado y se mete en el frigorífico durante 30 minutos aproximadamente o hasta que haya cuajado casi por completo.</div><div><br /></div><div>Para la gelatina de natillas, mezclamos la natilla con la nata, la leche condensada y la esencia de vainilla con la batidora hasta que no queden grumos. En segundo lugar se incorpora la gelatina como se ha explicado anteriormente.</div><div>A continuación, sacamos el molde del frigoríficos y en la gelatina hacemos unos cortes no profundos, sino como arañazos. Se añaden tres o cuatro galletas digestive y se vuelca la mezcla de natillas. Se vuelve a meter en el frigorífico durante 30 minutos apróximadamente.</div><div>Por último, cogemos la mitad de la mezcla de cerezas que habíamos reservado y se le añade las 3 hojas de gelatina restantes como se ha expuesto. Ésta se echa sobre la gelatina de natillas a la que también habremos hecho unos pequeños incisos. Finalmente se deja en el frigorífico hasta que cuaje todo (mínimo cuatro horas)</div><div>Para desmoldar, echamos agua muy caliente en un bowl grande o en el mismo fregadero y se pone encima el molde con la gelatina. En dos minutos o cuatro máxime, sacamos el molde del agua y lo volcamos sobre un plato o donde queramos dejar el postre. Es importante guardar el número de minutos, porque si no la gelatina se derretirá. Yo suelo esperar hasta que los bordes de la gelatina se despegan del molde, pero muchas veces se me ha estropeado más de lo debido la gelatina.</div><div><br /></div><div>¡A disfrutar!</div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com50tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-64656773053920293042010-08-15T23:44:00.017+02:002010-08-16T23:08:31.546+02:00mini-Muffins a la lavanda<div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><span class="Apple-style-span" style=""><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 0);"><br /></span></span></span></div><div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGhjTnroc4I/AAAAAAAAAQc/zii0wdVjTx4/s400/Muffinsalalavanda.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5505759733181084546" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGhjUMqusyI/AAAAAAAAAQk/g5AclPhEwTQ/s1600/Muffinsalalavanda2.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGhjUMqusyI/AAAAAAAAAQk/g5AclPhEwTQ/s400/Muffinsalalavanda2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5505759743109411618" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGhjTnroc4I/AAAAAAAAAQc/zii0wdVjTx4/s1600/Muffinsalalavanda.jpg"></a><div>Veraneo en la playa de los monstruos y no precisamente porque me entremezcle con este tipo de personajes de películas de miedo, sino por causa del relieve playero de la costa granadina. Una orilla de piedras, rocas de diversos tamaños, ahora sí muy escasas son las que no superan el peso de un grano de arroz, vamos que contamos con lo que usualmente suele llamarse, peñascos.</div><div>Quienes estamos acostumbrados a esta playa la defendemos a capa y espada. Orgullosos y felices cada año nos citamos con La Herradura Beach, eso sí, cargados de zapatillas especiales para la hora de pasear por la orilla, las cuales creo que nunca he usado. A mí me gusta el dolor sentir las puntiagudas rocas y clarísimo está quien es nuevo en la playa, pues ves como a ningún miembro de la familia le falta el equipamiento completo anti-rocas.</div><div>Pero claro, no todo es gloria y si mis amigos y yo denominamos así a nuestro lugar de descanso será por algo. Específicamente por el poco glamour con el que uno puede lucir su cuerpo. Salir de la orilla del mar a lo Ana Obregón, imposible; nada tampoco de marcarte el momento de Hale Berry en 007, más bien, Lina Morgan en su primera visita a la playa...</div><div><br /></div><div>Todos tumbados, sentados, 'arremolonados' en un una manta gigantesca de puzzles de toallas. Uno de mis amigos salta:</div><div>- Yo me voy a bañar que ¡ya no aguanto más!</div><div>El susodicho mira a otro, el otro le sigue con la mirada y se la devuelve a su vecino, ése un tanto dubitativo asiente y se vuelve al que se encuentra a su izquierda,... En 0,2, convencida toda la pandilla, ahora, adivino con un cien por cien de acierto el pensamiento conjunto: "De aquí a la orilla corriendo que si no la planta de los pies va a parecer carne a la brasa". De modo que en menos de cinco segundos la escena se convierte en una maratón hacia a la orilla de más de diez tiarrones bien formados y esculpidos, con tanteos de terreno incluida para escapar de las afiladas piedras puntiaguadas tan bien colocadas estratégicamente. Sin embargo, ya os puedo adelantar un: !Ay! ¡Joder! ¡XXXX con la piedra!; vamos lo que significa que alguno se ha dañado por el camino y saltando a la pata coja entra en tierras húmedas. </div><div>El mejor momento de todos: la salida del agua. Dejas de nadar y decides apoyar los pies en las rocas para paso a paso abandonar el rompeolas. Nada más colocar el primer pie, te resbalas por completo con la superficie escabrosa, te desequilibras y "palante como los de alicante". Vuelves con el intento y segunda prueba fallida. Venga, Gema que a la tercera va la vencida... Y sí lo consigues, pero con las piernas abiertas, como si estuvieras en pleno rodeo vaquero y los brazos a lo King Kong, con la mirada dolorida o, en lo mejor de los casos, temerosa. En este instante, te olvidas un poco de tu estabilidad y te recolocas el bikini no vaya a ser que en una de éstas haya perdido la colocación ideal y estés dando el espectáculo. De modo que dedín en el filo de la parte de abajo del bañador y manos bien preparadas para palpar la otra parte del conjunto. </div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGhjnImRUZI/AAAAAAAAAQ0/yp0y0k2P10Y/s400/Muffinsalalavanda4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5505760068434481554" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><div><br /></div><div>Sin duda, la peor experiencia vivida, cuando me adentré en aguas turbulentas, es decir, en el mar con una bandera roja de grande como una catedral. Diversos factores se juntaron, que era una inconsciente adolescente, que me atraía el peligro y que quería demostrar a mi primer novio que a mí nada se me resistía. Así, que con todos sus amigotes delante yo muy concienciada me lancé mar adentro. Faltaba el Pepito Grillo de mi madre: ¿Alma mía dónde crees que vas tú?</div><div>Un fiel amigo me esperaba, por lo que el miedo se presuponía menor. Una vez dentro, me engrandecí: "Esto está chupado. Un saltito rápido y ¡ehhhh! por encima de la ola. Ahora para dentro y otra ola más". Hasta la vuelta me di para saludar y animar a mis amigas, que oteaban la aventura desde la lejanía. De repente, cuando me gire a mi posición frontal, visualizo mmmmuy a lo lejos cuatro olas de yo no sé cuantos metros de grandes. "¡Ay Dios! Josúuuu...¡Ea! y ¿ahora qué? ¡So lista! ¡Qué eres una lista!"</div><div>- ¡AAAAbbbiii! ¡Yo me salgo ya que mira lo que viene!</div><div>Mi amigo ni se inmuta... y me advierte:</div><div>- Yo me quedo, pero sí te sales, ¡sal ya que te van a pillar en el rompeolas!</div><div>Dicho y hecho... Coloco un pie, me escurro, sigo con el otro y absorción hacia la profundidad del mar. Cojo fuerzas y sigo con mi intento, cuando 'olón' que me revuelca. Dos volteretas enteras, oídos repletos de agua y piedras por todos lados. ¡Venga, Gema, tú puedes! Me levanto y sólo me da tiempo a ver a mis amigos descojonados, porque segundo 'olón' que decide embestirme. Mi bañador se rellena por consiguiente de piedras y yo me hago un lavado nasal por completo, con la cantidad de agua tragada podría haber echado agua por todos los agujeros de mi cuerpo durante dos días... ¡Venga Gema, que tú a lo mejor puedes! Y me levanto, pero igual que antes, tan sólo con la diferencia de que mis amigos han dejado de mirarme para señalar nerviosamente al frente, yo decido no darme la vuelta e intentar salir, sin embargo, ¿imaginaos que ocurrió? Tres volteretas de fuerza descomunal provocadas por una tercera ola. Yo pierdo la cuenta de todo y hasta en los dientes tengo chinos, eso sí, para una última ola que me dio tiempo a aguntar, pues la salvavidas de mi amiga Lucía no lo dudó ni un instante y ante mi falta de fuerzas se lanzó a mi rescate. </div><div>Salí, por fin del agua, con los pelos todos pegados en la cara, el bañador con bultos por doquier que me daban un aspecto tan "atracatitvo"... Mi bañador medio dentro, medio fuera, ya me entendéis, así que ante mi horror no me queda otra que el 'recolocamiento' a vista de todos. ¿Vergüenza? Toda la del mundo, ahora, sonriendo que iba, porque más valía la risa para no perder tanta dignidad y orgullo propio. Me fui directa a los servicios de un chiringuito y me deshice de todas las piedras que llevaba adheridas en el cuerpo, hasta en las orejas me aparecieron chinos...<br /><br /><br />Ahora os dejo una propuesta ¡im-presionante! Una revista para todos, sin tapujos en la lengua y super entretenida... <a href="http://www.antoniamag.com/revista/">Antonia magazine</a>, que está triunfando y muy pronto seguro que la vemos como nuevo referente de revistas online. Por lo pronto ya está en <a href="http://www.elmundo.es/yodona/2010/08/12/moda/1281624079.html">Yo Dona</a> con una entrevista, que aquí os dejo para que conozcáis mejor a sus creadoras.<br /></div><div><br /></div><div>Y la receta de hoy; unas buenísimas muffins con el sabor de la lavanda suave, delicado y muuy sugerente...</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGhjmvLwyTI/AAAAAAAAAQs/PggEOdkkKms/s400/Muffinsalalavanda3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5505760061612411186" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"></span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div><b>mini-Muffins a la lavanda</b></div><div><br /></div><div>Ingredientes</div><div>3 huevos</div><div>250 gr de leche</div><div>70 gr de aceite de girasol</div><div>330 gr de harina</div><div>250 gr de azúcar</div><div>1/2 yogur griego</div><div>1 cucharadita de esencia de vainilla<br />1 cucharadita de flores de lavanda<br /></div><div>4 papeles de gaseosa: 2 azules y 2 blancos.</div><div><br /></div><div>El procedimiento es muy fácil. Precalentamos el horno a 180º. Colocamos los huevos en un bowl con el azúcar y mezclamos con la batidora durante unos minutos hasta que se deshaga el azúcar y los huevos estén espumosos. A continuación añadimos el aceite y la esencia de vainilla y removemos para integrar todo bien. Se vuelca el medio yogur y la leche y se sigue uniendo los ingredientes. </div><div>Por último tamizamos la harina, los papeles de gaseosa y la lavanda y se añaden a lo anterior. Se mueve y se echa rápidamente en los moldes de muffins para meterlo en el horno enseguida y que no baje el efecto de los papeles de gaseosa. Dejamos hornear durante 20 minutos o hasta que veamos que la muffin está hecha y ¡a comer, que están deliciosas!</div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com42tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-72047376160605284972010-08-11T17:11:00.013+02:002010-08-12T09:05:56.117+02:00Bacalao al ajoarriero<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGMZbifBuDI/AAAAAAAAAQU/7kmQHYXPc_o/s1600/Bacalaoalajoarriero.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGMZbaegKvI/AAAAAAAAAQM/zPxYXYTo5tE/s1600/Bacalaoalajoarriero2.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 301px; height: 400px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGMZbaegKvI/AAAAAAAAAQM/zPxYXYTo5tE/s400/Bacalaoalajoarriero2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504271128331299570" border="0" /></a><br />¿Os imagináis volver a ser niños? Quizá lo pensé por la simple curiosidad de sentir en mi piel la felicidad plena y la inocencia más verdadera, o tal vez necesite urgentemente descubrir en mí un atisbo de alegría incondicional.<div>De pequeños nuestro alrededor gira sin más miramiento que la propia existencia. Los días se convierten en infinitos, porque las horas se alargan hasta hacerse eternas, porque los minutos son interminables. Las preocupaciones, minúsculas, únicamente centradas en nosotros. ¿Egoístas? Para nada, el amor y el cariño viene de familiares para enseñarnos lo que deberemos dar en unos años próximos. </div><div>La época de aprendizaje comienza en el instante en que el raciocinio se apodera de nuestra mente. Sin embargo, el estómago encogido o los quebraderos de cabeza sólo aluden a aquellas cosas que no poseemos y con esto me refiero no a lo más íntimamente palpable, sino a lo inmaterial, a lo que consigue que nos perdamos en los derroteros de la desdicha momentánea.</div><div>Si no fuera de esta manera el crecimiento natural del niño, seguramente curtiríamos antes su madurez; crearíamos un niño adulto, con responsabilidades y la infancia insípida. </div><div><br /></div><div> Pero la espontaneidad y la ternura de la niñez se va agotando, justo al mismo tiempo que los minutos se acortan. De pronto, un día descubres que tus padres te protegen desde la lejanía, que tus obligaciones han crecido vertiginosamente, que las responsabilidades pesan.</div><div>Es en ese instante cuando duele el cuerpo soberanamente, porque el sentimiento del querer se apodera de uno. Los primeros enamoramientos, las amistades verdaderas, pero, sobre todo, la familia. Descubres que ellos, que siempre acuden cuando los llamas, no son inquebrantables, su vulnerabilidad se hace más visible. Se sinceran contigo y, más aún, confían en tu consejo. Sin quererlo te has transformado en esa persona que esperaban, que han ido encaminando por el camino que consideraron adecuado. </div><div>Tú adoptas tu nuevo papel, pero miras atrás y te preguntas dónde quedó esa niña. No te ha dado tiempo a echarla de menos mientras su imagen se iba difuminando, te encontrabas demasiado preocupada en descubrir los cambios que el crecimiento iban modelando en tu interior y exterior. Ibas aceptando que el transcurso del vivir sigue un rumbo fijo, por lo que contradecir este sino resultaría ir <i>contra natura</i>. </div><div><br /></div><div>Pero, lo que adquiere mayor importancia son las decisiones. De lo trivial de escoger el sabor de un caramelo hemos redireccionado nuestra elección hacia determinar cómo deseamos configurarnos indefinidamente en el tiempo. La primera encrucijada de caminos, la profesión de nuestra vida, nos marcará de forma inequívoca. Tarde o temprano, acertada o desafortunadamente, tu rumbo ya se ha definido y sólo "con constancia y mucho esfuerzo se sale victorioso", tal como podría afirma mi señor padre. </div><div>La siguiente selección con quien compartir tus días, algo de lo más complicado, tanto sea una pareja como con tus propios hijos. Del que sólo puedo hablar es del primer caso, en que la atracción juega un protagonismo duro, inalterable por su vehemencia. El sentirse correspondido y, sobre todo, amado, es el gozo pleno, pero la mayoría de ocasiones también duele a traición. "Quien más te quiere te hará llorar", "del odio al amor hay un paso, del amor al odio un instante" se alzan como los refranes ineludibles; ahora te adentras en otro tipo de sentimientos, aquellos donde el querer a alguien supone una mezcla de placer y desazón al mismo tiempo, un mundo nuevo, diferente al amor sin medida de tu madre o al protector de tu padre. Te enfrentas al fuego de otra persona, caliente y seductor o tan abrasador como éste mismo. Lo que sí tengo claro en ambos tipos de amor es la reacción lógica ante el primer quemazón o herida: dar un paso atrás, es decir, intentar no mezclarte más con el que te hirió, tratarlo lo menos posible, alejarte, tal y como hace Martín-padre en la película Martín Hache (altamente recomendable). Sin embargo, señores, yo prefiero este otro dicho: "Es mejor haber amado y haber perdido que jamás haber perdido". Mis pasiones que me acompañen a todos lados, pues con ellas me emociono y estremezco, me siento viva por dentro y por fuera. Seguro que me entienden...</div><div><br /></div><div><br /></div><div>Y es que prometo que hoy iba a escribir otra cosa, más de mi tono, pero de la cabeza sólo hilaban estas cosas que llevan engranándose bastante tiempo, así que había que dejarlas fluir... Para hoy os tengo preparada una receta bien rica y de sabor intenso, que saqué del blog <a href="http://www.mercadocalabajio.com/">Mercado calabajío</a>, que os recomiendo que visitéis pues todo se ve riquísimo.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TGMZbifBuDI/AAAAAAAAAQU/7kmQHYXPc_o/s400/Bacalaoalajoarriero.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504271130480982066" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><div><b>Bacalao al ajoarriero</b></div><div><b>Ingredientes (2 personas):</b></div><div>2 lomos de bacalao</div><div>2 cucharadas soperas de pimiento choricero</div><div>2 pimientos del piquillo (de buena calidad)</div><div>10 cucharadas de tomate frito casero </div><div><div>1 cucharadita de pimentón dulce (o picante) opcional</div><div>1 cebolla, </div></div><div>2 dientes de ajo </div><div>1 cayena, </div><div>sal, aceite de oliva virgen extra </div><div>1 cucharadita de pimentón dulce (o picante) opcional</div><div><br /></div><div>El bacalao lo compré fresco, pero para la próxima vez desalaré uno, pues estará más compacto y para hacerlo con salsa, mientras que el bacalao sea bueno no hace falta más. Lo bueno de comprar pescado fresco es que al pescadero puedes decirle que te lo preparé en lomos, eso sí especifica bien que te guarde las raspas y pieles sobrantes que ahora las usamos.</div><div>Así, el primer paso será poner aceite de oliva, como un cuarto de vaso con las espinas y rehogamos removiendo constantemente, ¿cómo?, cogiendo la sartén por el mango y elevándola un poco para con movimientos en círculo "marear" un poco el conjunto. De esta forma se consigue que la gelatina del pescado se vaya soltando y el aceite tome sabor y consistencia. </div><div>Después de unos 5, lo colamos apretando todas las raspas para sacar el máximo jugo. Este aceite gelatinizado lo colocamos en una sartén a fuego medio y sobre él echamos la cebolla picada finamente y la guindilla. Una vez que el conjunto tome color dorado, se incorporan los pimientos del piquillo y pasados unos minutos el ajo. </div><div>Cuando veamos que el ajito está hecho, añadimos el pimiento choricero para que rehogue mínimamente y también el pimentón. En este instante se vierte el tomate en la mezcla, dejando cocer todo durante diez minutos.</div><div>Durante este tiempo, yo hice a la plancha, vuelta y vuelta, los lomos de bacalao, para cuando estén la salsa lista introducirlos en ella y dejar que se terminen de hacer. Otra forma de tomar este bacalao es desmigando los lomos, como aparecen en la fotografía. ¡Y listos!</div><div><div><br /></div></div><div><br /></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-3703456258176565122010-08-06T10:48:00.009+02:002010-08-26T10:07:13.382+02:00Hamburguesas de coca cola con patatas cajun<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFvP-QzCY1I/AAAAAAAAAP8/mlI6gtXNCK0/s1600/Hambypatatas2.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFvP-LSYqwI/AAAAAAAAAP0/YdbT4hLOVOc/s1600/Hambypatatas1.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFvP-LSYqwI/AAAAAAAAAP0/YdbT4hLOVOc/s400/Hambypatatas1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502220036851936002" border="0" /></a><br /><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFvP-s4ZKhI/AAAAAAAAAQE/duVN8MGW5yE/s400/Hambypatatas3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502220045869722130" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span><div><b><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Mi primer recuerdo de la playa va unido a mi hermana: tan viva y bicho, convertida en mono de feria de mis vecinos. Sí, tal cual, sin más comentarios que lo que os relato a continuación.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Todo comienza el año que mis queridos padres deciden dejar de recorrer mundo y plantar sus figuras serranas en un lugar turístico en zona costera. Ellos ya recordaban, especialmente, un sitio, el que mi bisabuelo les llevó cuando eran jovencitos y aún no adornaba en sus manos un anillo. Mi bisabuelo, un dandy de la época, le gustaba disfrutar de momentos idílicos con "amigas francesas", de modo que con sutiles artimañas enganchaba a mi padre para que le trasladara donde el quería. Todo esto teniendo en cuenta la compañía de mi madre y el cestilla, mi tío. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Por ello, acudiendo a estos viajes fugaces mi padre, muy avispado él, aterrizó en la época de crecimiento del pueblo de playa situado en la costa granadina. No posee más de 1 kilómetro de largo y por su forma de herradura se le denomina, La Herradura, o como coloquialmente decimos mis amigos y yo, La Herradura's Beach. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Justo la causa más verídica por la que con tanta rapidez mis padres tomaron esta decisión fue la llegada inminente de mi hermana al mundo. Danzar por hoteles diferentes todos los años con los trastos de dos niñas y el ajetreo que suponen no se asemeja en nada a la idea de unas vacaciones de relax. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Los inicios en La Herradura coinciden exactamente con los ocho días de edad de Rocío. Allí llegamos los jiennenses para introducirnos en el clan granadino de vecinos. Para entonces ya me encontraba bastante crecidita, con mis casi 6 años, era la reina de la fiesta y me sentía totalmente independiente, por lo que quien acaparó la fama del pópulo fue esa criatura recién nacida, del color de la leche, regordetilla y con los ojos más claros que el cielo. Con tan sólo dos años la podías ver entre los marujeos y actividades no aptas para menores, pero a ella eso la traía al pairo. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Se la pasaban de una mano a otra, la colocaban en el centro de todas las silletas de playa y ella ni mu. Demasiado lista como para dejarse intimidar, no paraba ni un segundo por lo que si alguien le fastidiaba agarraba el brazo donde mejor le pillara y mordisco al canto. A ello eso de tener donde agarrar le apasionaba, pero a mi madre la llevaba por la calle de la amargura, venga a gritar:</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- ¡Rocío! ¡Eso no se hace! </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">E inmediatamente el sonido de un guantazo en la boca. Sin embargo, ella la observaba desafiante, mordiéndose los labios y saboreando los restos de sal de la piel ajena. Miraba al susodicho herido y ponía cara de nunca haber roto un plato, por lo que encogía el corazón del amigo y con un fuerte beso se acallaba el pecado cometido. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Disfrutaba metida en el agua y ella eso de verse con un flotador no le hacía ninguna gracia. Nada más tocar agua, se ponía a patalear inquieta y segura, aunque el culetín del flotador y ella no se llevaban bien y segundos más tardes había que sacarle la cabeza del agua. Ni se inquietaba una vez más, ella tenía bien clavadito en sus gesto eso de: el llorar se va a acabar. Así, tomó una decisión, como lo que le molestaba era ese artilugio, pues lo mejor era aprovechar su capacidad de andar y el despiste de nuestros progenitores para tomar camino recto dirección al agua. A mí de la benjamina no se me escapaba ni un detalle y su cara de mosquita muerta conmigo no iba, por ello intuía cuando iba a huir de la atención del resto. Ahora, yo la dejaba, ni me inmutaba con su decisión y ella contaba con esta actitud mía. Daba un paso, luego otro, se volvía para asegurarse que todos seguían enfrascados en la conversación y arremetiendo en su poca velocidad alcanzaba la orilla. En ese instante con la sonrisa en la boca que iba, la gloria a dos zancadas, cuando ¡cataplof!, metida de cuerpo entero sin saber nadar...</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- Papá Rocío está en el agua.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Mi padre ni caso...</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">-¡Papá! ¡Papá!</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- ¡Niña! ¿¡Qué quieres!?</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- ¡Qué Rocío está en el agua!</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">-¿¡Qué, qué?!</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Y zumbado para el agua, más veloz que una avestruz, vigilantes de la playa II en versión andaluza y con mollillas en ajetreo. Pisada de una piedra puntiaguda, quemazón de las plantas de los pies y todo para sacar a mi querida hermana del mar por los pelos, tanto figurada como textualmente hablando.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- ¡Eso no se hace! ¡Ay mi niña! ¡Rocíoooo!</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Y ya teníamos a mi madre con otro sonido, ahora un azotazo en el culo.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Sin duda, el momentazo llegó a los tres años. Más puesta aún en el conocimiento de los comportamientos de mis vecinos, se introducía más aún en el mundo de ellos, especialmente en las horas de tapeo y comida en la playa. Allí, como perfectos domingueros acarreaban la cocina entera y mostraban las dotes culinarias o los productos más valorados de cada casa. Tortillas de patatas, ensaladillas, pimientos y la estupenda paella inundaban la playa, seis sombrillas ayudando que el sol no calentara demasiado todo y una buena bota de sangría bien cargada para amenizar aún más la fiesta. ¡Cómo para decir que no te gustaba algo! Te señalaban como la rara ya de por vida y por mí que hicieran los que les apeteciera que comer nada de nada. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Al cabo de un rato observabas a los que deben dar ejemplo con una lengua con dificultades para hablar y un colorcillo sonrojado de buena salud. Rocío cerca de la comida, con su buen saque y disposición se hinchaba, pero ahora, hay que matizar de qué...</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- ¡Venga Rocío! Chupa aquí, pero sólo chupar ¿eh?. Así, ¿está rico eh?</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- ¡No le deis de eso que me la vais a emborrachar!</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Pero esto que soltaba mi madre no sonó demasiado creíble, teniendo en cuenta que minutos antes, había delatado un 'mareillo más extraño'.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">La niña con los ojos perdidos, sonriendo y pidiendo: "Más, más", lo único que por entonces sabía pronunciar nítidamente, porque si algo hablaba era en su lengua extraña, donde mi madre y yo éramos las únicas que la comprendíamos.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Mis vecinos atolondrados y queriendo quitarse ese sofoco de encima. Así que uno no tuvo mejor invención que...</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">- Ala Rocío vamonos a bañarnos. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Le faltó tiempo para irse agarrada de la mano... Cuando dentro del agua mi madre se percata de otro añadido más a la situación descrita: la niña que se baña con las gafas, porque el oftalmólogo le indicó que éstas no se la quitara bajo ningún concepto, ni siquiera cuando se bañara, de modo que con sus gafitas diminutas se apoderaba de la risas generales y siempre conseguía que quedaran intactas en todos los chapuzones.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">No obstante, esta vez mi vecino emocionado la zarandeaba demasiado y ella gritaba de satisfacción: "Más, más". En una medio voltereta la niña apareció descompuesta, con el rictus lloroso y se tocaba la cara. Mi madre y yo en la orilla con una expresión fatal...</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">-¡Las gafas! ¡Las gafas! ¡Peeeeeedroooo! ¡Ángel no te muevas, tú quieto! No vaya a ser que las pises y no tenemos otras. Niño, ¡las gafas! </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">-¿Las gafas? </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Y la misma mirada de desesperación de mi padre en la cara. Se armó de valor y para el agua con unas gafas de buceo a lo Jacques Cousteau, por supuesto con sus mollillas siempre presentes. Yo siguiendo el ejemplo me lancé con otras también. Mis vecinos, todos apuntados a un bombardeo, con los ojos enrojecidos y el mareillo considerable, allí se encontraban nadando por la causa. Mi madre guiaba desde fuera, instrucciones precisas para unos subiditos de tono con movimientos más bien torpes. Todos manoteando en el mismo lado, bien juntitos, dándose patadas entre ellos y medio ahogándose por no estar acostumbrados a sumergirse más de dos segundos, vamos el tiempo de un ahogaillo. Cuando descansaba en mi labor, los miraba incrédula ante semejante espectáculo y pidiendo a Dios que de mayor no fuera así...</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Aquí llegó mi momento de gloria, me adentro en el mundo marino cuando veo algo que brilla a un metro de mí: "¡Las gafas!". Buceé y buceé y las cogí bien entre mi mano. Mi madre saltaba de emoción y mi padre de alegría por el dineral que se acaba de ahorrar. Desde entonces me tuvieron buscando de todo en los fondos marinos, hasta un anillo de oro que conseguí encontrar...</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">Y la receta... Hoy unas hamburguesas especiales, con coca cola, a las que acompañaremos con patatas cajun. Ambos ricos, ricos y para una comida algo exquisito. Estas patatas las cogí de Helena, de <a href="http://elcaprichodehelena.blogspot.com/">Los Caprichos de Helena</a> y nos han gustado muchísimo. Si no la conocéis visitad su blog, que es una ricura de platos excelentes y muy muy originales. </span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><br /></span></div><div>Hamburguesas de coca cola con patatas cajun</div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://1.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFvP-QzCY1I/AAAAAAAAAP8/mlI6gtXNCK0/s400/Hambypatatas2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502220038331065170" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><div><b>Hamburguesa de coca cola</b></div><div><div>4 hamburguesas</div><div>1 sobre de sopa de cebolla</div><div>1 lata de coca cola</div><div>aceite de oliva</div><div>sal</div><div><br /></div><div>Precalentamos el horno a 200º. En un bowl poner el contenido del sobre de sopa de cebolla, agrega la coca cola y se remueve hasta que ligue todo. Cuando lo tengamos rocíamos una fuente para horno con aceite de oliva (un chorreoncillo) y se colocan las hamburguesas. Sobre ellas extendemos la salsa preparada con un poco de sal y horneamos durante 20-25 minutos o hasta que veamos que la salsa está espesa y la cebolla esté dorada y crujiente, por lo que según el horno podemos necesitar unos minutos más. Y ya tenemos nuestros dos platos listos, ahora servir con las patatas y ¡a comer!</div></div></span></div></b></div><div><b><br /></b></div><div><b>Patatas Cajun</b></div><div>Ingredientes:</div><div>4 patatas medianas</div><div>1 chorrito de aceite</div><div>1 cucharadita pequeña de pimienta blanca molida</div><div>1 cucharadita pequeña de orégano</div><div>1 cucharadita pequeña de pimentón agridulce</div><div>1 pizca de nuez moscada</div><div>Sal maldon (en escamas)</div><div>1 bolsa de congelar</div><div><br /></div><div>Lavamos bien las patatas y, sin quitarles la piel, se parten en gajos. Para ello, se parte la patata a lo largo por la mitad y después en rodajas de 1 cm de grosor.</div><div>Se introducen en una bolsa de congelar y se añade el aceite y las especias, menos la sal. Cerramos la bolsa bien y se mueven durante un minuto hasta que queden todos los gajos impregnados. </div><div>Volcamos las patatas en una bandeja de horno precalentado a 180 º y dejamos que se hagan durante 15 min. aprox. o hasta que estén tiernas. Se pueden gratinar 2 min. para que se doren un poco, pero no mucho para evitar que se sequen.</div><div>Sacamos a un plato y espolvoreamos con sal maldon.</div><div>Las especias y la cantidad de ellas, pueden variar en cuestión de los gustos, pero no se aconseja el exceso pues sino quedarian demasiado fuertes.</div><div><br /></div></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com37tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-13335771404544028522010-08-02T08:31:00.002+02:002010-08-28T15:00:01.022+02:00Helado de chocolate y avellanas<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFH-iPlcijI/AAAAAAAAAPs/R6FQWaT_lNU/s1600/heladodechoco3.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFH-iPlcijI/AAAAAAAAAPs/R6FQWaT_lNU/s400/heladodechoco3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499456484248685106" border="0" /></a><div style="text-align: center;"><div style="text-align: left;"><br /></div></div><div style="text-align: center;"><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFH9eKf0UyI/AAAAAAAAAPc/VP7GDdVerwg/s400/heladodechoco1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499455314651796258" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /><span style="color: rgb(153, 153, 0);">(((3 meses y 137 seguidores. ¡¡Muchas gracias!!))</span><br /></span></div></div><br />Mi experiencia con las piraguas resultó una catástrofe total y estos domingos de verano me recuerdan claramente el bochornoso día que pasé.<div>Sucedió tal día de hoy hace un año. Nos despertamos con el plan montado: visitar nuestra playa de Madrid, es decir, el Pantano de San Juan. Ésta vez nos acompañaban los amigos de curro de Carlos, así que ya se encontraba trajinando el personaggio de mi novio un planazo: alquilar lo que fuera allí, pues eso de andar tirado entre piedras y residuos humanos, nada de nada. El planazo para él es la experimentación, el descubrimiento de la naturaleza en estado puro, y las actividades "extraplayeras" le divierten como a un crio: "A ver ¿qué hay allí?, ¿pero y este camino dónde lleva?" La curiosidad en persona y el desequilibrio emocional para mí, porque seguirlo en sus excursiones suele ser una tarea casi imposible.</div><div><br /></div><div>Aterrizamos en la "playa" colocamos las toallas y zumbados al puesto de alquileres. El cartel era bien claro, o escogías un hidropedal o te quedabas con una piragua. Evidente cual fue nuestra elección, ¿no? A mí el asuntó no me pareció nada adecuado por mi condición de deportista torpe, pero me pintaron tan estupenda la experiencia de poder navegar a tus anchas que casi soy la primera en enganchar un aparato de esos. </div><div>El chico del alquiler depositó nuestras embarcaciones en el agua y sin más dilación nos dejó, indicándonos únicamente que teníamos una hora para disfrutar. Si él supiera qué clase de disfrute me deparaba a mí el destino, no hubiera permitido que me subiera a la piragua seguro.</div><div><br /></div><div>Miro como mis amigos se aposentan en sus puestos y mi primera indecisión: </div><div>- Oye ¿y a esto cómo se sube una?</div><div>- Pues pisas y 'pa' dentro. </div><div>Hombre ¡gracias Carlos! Tarea fácil cuando el agua te llama, moviéndose sin descanso.</div><div>Hinqué el pie y... Cuerpo para la derecha, inclinación hacia delante, ahora a la izquierda. "Uyuyuyuy y ¿ahora cómo nos agachamos? Mejor no pregunto vayan a pensarse éstos que una no puede con una piragua".</div><div><br /></div><div>Para cuando controlé el meneo, mis amigos estaban a 30 metros de distancia y con remazos de profesionales se alejaban a ritmo seguro de mí. Yo me calmo y agarro los remos. "A ver esto como lo hacen en la tele, el remo cogido con las dos manos y se mete en el agua, primero a un lado y luego al otro. Ehhhhh ¡sí! ¡Esto marcha! Si es que dónde se ponga una autodidacta, que se quite el más entrenado!"</div><div>¡Qué rápido canté victoria! Me emocioné y cogí una velocidad digna de ser grabada. Pero mi dirección, totalmente errónea. Mientras mis acompañantes se dirigían a la derecha para adentrarse en el pantano, yo cogí rumbo a la orilla. ¡Bien que íbamos! Algo no funcionaba y perfectamente sabía qué era: mi mano derecha; los remazos con ésta no alcanzaban, ni de pasada, la fuerza de mi otra mano. Así que o daba instrucciones correctas desde el cerebro o muy pronto me encontraría en el destino equivocado.</div><div>Entonces seguí acelerando mi paso y seguí la estela de mis amigos. Ellos, gracias a los cielos, que decidieron parar unos minutos, pero no os penséis que por mi causa, sino para decidir hacía dónde tomarían rumbo. Cuando conseguí detenerme a su lado, se escucha:</div><div>- ¡Por favor salgan de la zona centro del Pantano!</div><div>Nosotros que no nos sentimos aludidos cuando se escucha por tercera vez la misma súplica. Sí, era a nosotros. En medio del recorrido de una competición velera que nos encontrábamos y ahora: ¡"corre, Gema, corre", que se estampan contra ti y verás qué gracia!</div><div><br /></div><div>Viramos hacia el camino izquierdo, puesto que alguien avistó una orilla virgen, sin los estragos del gentío en el que habíamos parado al llegar al Pantano. A todo esto, yo me encontraba cada vez más cansada, mis energías se descargaban como un móvil viejo a un ritmo exorbitante, si por lo menos me hubieran colocado una pila duracell...</div><div>Por ello, ante los ímpetus de mis acompañantes para llegar el primero, yo me apliqué ese dicho de "los últimos serán los primeros" y el otro, que no se nos olvide, "lo importante es participar". Vamos, yo a mi ritmo...</div><div>A mitad de camino escucho en la lejanía comentarios referentes a unos individuos colocados en un montículo izquierdo, enfrente de nosotros, justo en la trayectoria que nos dejaba en la orilla escogida. Me da por mirar y: "Alaaaa, ¡pero si están tal cual los trajeron al mundo! ¡Cucha tú qué panorama!"</div><div>Y claro, a medida que íbamos acercándonos a la orilla, mejor que se veían los chavalillos. Yo cuanto más energía quemaba, menos manejaba mi dirección, más mandaba mi mano izquierda y, consecuentemente, más hacia la derecha que me iba; sí, al lado de los que disfrutaban cómodamente de un domingo plácido. Tonta no es que fuera y por dos cosas bien explicadas...</div><div>Pero esto sin intención ninguna, sólo mi mala disposición para navegar. Aquí se pararon mis amigos, a la expectativa de mi rumbo, pues, efectivamente, ya me encontraba anclada en el montículo.</div><div>El espectáculo que estaba dando descomunal, por lo que decidí abandonarme en la deriva y que el viento me moviera dónde deseara. Total, ya sabía que para volver al embarcadero no les quedaba más remedio que reencontrarse conmigo, colocada estratégicamente para ello.</div><div>Pero a Carlos le dio por hacer de perrito guardián. Ya habían llegado a la orilla de la playa, cuando yo seguía todavía a 100 metros mínimo con toda la intención del mundo de no moverme ni un ápice. Ahí que le da al caballero a soltar:</div><div>- ¡Geeeeemaaaaaaa! ¡Espera que voy para allí y te ayudo a venir!</div><div>Y yo haciendo aspavientos con los remos, que casi me caigo, gritando como una loca, que ni se le ocurriera que yo estaba muy a gusto allí disfrutando de la tranquilidad del no remar. Pero, él ni caso, mis palabras ni retumbaban en sus oídos, ahí que venía nadando a lo vigilante de la playa hacia el rescate de la hembra herida. </div><div>Me llevó a la orilla, por supuesto. Sin embargo, quedaba sólo media hora de alquiler, por lo cual, me pegue un chapuzón de unos segundos, me volví a colocar el salvavidas y comenté:</div><div>- Chicos yo me vuelvo ya, que a mí media hora... Bueno que allí nos vemos, que seguro que me alcanzáis. </div><div>Y eso pasó, me cogieron. Carlos se quedó conmigo para solidarizarse, pero mi cansancio y el callo incipiente en la mano derecha. ¡Qué cosa más insoportable de deporte, y de calor y de dolor! Aparecí a la hora y media de alquiler. El dueño del chiringuito ni me dijo ni pío, tal cara de frustración debía llevar que me regaló la media hora a mí y a Carlos...</div><div>A partir de aquí no he vuelto a tocar una piragua. Cada uno debe dedicarse en cuerpo y alma a lo que le satisfaga y mi sino no se encamina a ser una todoterreno en este deporte...</div><div><br /></div><div>Ahora la receta...</div><div><br /></div><div style="text-align: center;"><b><br /></b></div><div><b><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://3.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFH9edbWT1I/AAAAAAAAAPk/D7CNYpevaaY/s400/heladodechoco2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499455319733325650" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></b></div><div><b>Helado de chocolate y avellanas</b></div><div>Ingredientes </div><div>1 yogur griego azúcarado</div><div>1 medida de yogur de leche</div><div>1 medida de yogur de nata</div><div>1 cucharadita de esencia de vainilla</div><div>1 tableta de chocolate con avellanas (150 gr)</div><div>4 cucharaditas de chocolate en polvo sin azúcar</div><div><br /></div><div>Primero se deshace el chocolate al baño maría o en el microondas a potencia muy baja, sacando cada 30 segundos para mover un poco, hasta que se haya derretido por completo. A continuación mezclamos el yogur con la leche, la esencia de vainilla. Luego, añadimos los dos tipos de chocolate y se integran bien todos los ingredientes. </div><div>Por último, se vierte la nata y se hace la misma comprobación.</div><div>Ahora se introduce en el congelador removiendo la preparación cada media hora durante dos horas, hasta ver que no ha cristalizado el helado. Si se hace esta parte con heladora, habrá que seguir las instrucciones de fabricante y cuando esté listo el helado se congela. </div><div>Antes de tomarlo, se saca del congelador y se deja que tome la temperatura ambiente durante un rato, de forma que sea cómodo cogerlo con una cuchara especial para servirlo en copas. ¡Qué ricura!</div><div><br /></div><div><br /></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com47tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-80567470372585523502010-07-28T20:19:00.016+02:002010-07-30T09:00:39.477+02:00New York Cheesecake with cherry topping<div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFB1cXUeexI/AAAAAAAAAOs/7jm1MrymkzA/s1600/NYCheesecake5.jpg"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFB1cXUeexI/AAAAAAAAAOs/7jm1MrymkzA/s400/NYCheesecake5.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499024275176061714" style="text-align: left; display: block; margin: 0px auto 10px; cursor: pointer; width: 301px; height: 400px;" border="0" /></a><div style="text-align: left;"><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFB1c_O8cCI/AAAAAAAAAO0/KE1Y8mLeFcw/s400/NYCheescake2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499024285890277410" style="text-align: left; display: block; margin: 0px auto 10px; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(153, 153, 0);"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 0);"><div style="text-align: center;">¡Gracias por la espera! Aquí va la segunda propuesta dulce del Círculo Whole Kitchen...</div><div style="text-align: center;"><br /></div></span></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(153, 153, 0);">Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de julio nos invita a preparar todo un clásico de la repostería norteamericana, la clásica New York Cheesecake.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b>(((2ª Parte: Viaje a Ibiza)))</b></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Unas inconscientes, eso es lo que éramos. El encuentro con la fiesta y los chicos nos movía, nada más. Habíamos quedado en una cala con nuestros muchachotes, por lo que una vez que nos devolvieron la moto, nos dispusimos a buscar la cala. Demasiado lejos, demasiado calor y demasiado trasnoche encima como para hacer tantos kilómetros. Tan desesperadas no nos considerábamos, de modo que como el destino del barco de los queridos era Formentera decidimos posponer nuestro reencuentro y viajar en ferry cuando entrara más la tarde o, mejor aún, cuando los nuevos amigos nos llamarán.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">¿Qué hicimos? Primero, una mochila para dos días: toallas, bikinis y algo de noche, junto a champús, cremas de cuerpo, peines, etc, etc, etc,...¡De nuevo cargadas como mulos! Y Segundo, embarcar nuestra moto en el barco, una más con nosotras ya. Así viajamos a la isla vecina. Recuerdo que nada más llegar vislumbré un paraje sin igual, estaba anocheciendo y me pareció lo más idílico que mis ojos habían divisado en mucho tiempo.</div><div style="text-align: left;">El sitio escogido mientras esperábamos la llamada ansiada fue un chiringuito-pub situado en la playa. Como en las películas, unas cien personas comiendo y bebiendo cócteles en la orilla del mar, apelotonados para no perderse la puesta de sol. Nos unimos al grupo.<br /></div><div style="text-align: left;">- ¡A ver foto Pat! Venga pose, otro pose. Ahora yo...</div><div style="text-align: left;">Un carrete de fotos sólo con nosotras; más para el recuerdo.</div><div style="text-align: left;">- ¿Si llamo a un amigo del novio de mi hermana que está en Formentera? -me sugiere mi amiga.</div><div style="text-align: left;">- ¡Hazlo!</div><div style="text-align: left;">Coincidencias, o no, de la vida resultó que este chico llevaba toda la tarde en el chiringuito-pub, así que sólo tuvimos que abandonar la playa para entrar dentro del bareto y ponernos a saltar con otros cuantos más. Cóctel por aquí, cerveza por allí, ahora nachos y música incondicional.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">"¡Vaaaamos! ¡Y toma, y toma! Venga a la derecha y ahora a la izquierda, nooo ¡estoy perdida! Ojuuu qué mareillo más bueno... ¿Pat?". Y la veo meneando el cuerpo encima de una de las mesas de madera, más animada que una <i>cheerleader. </i>Yo, por supuesto, me solidaricé con la causa y allí que me subí.</div><div style="text-align: left;">Sin darnos cuenta nos habían dado las diez de la noche y el garito cerraba sí o sí. Los chicos se esfumaron y ¿nosotras? Imposible coger nuestro transporte. La música seguía en nuestras venas y las ganas de bailoteo no se esfumaban, por lo que aguantamos tiradas en la playa con gente totalmente desconocida.</div><div style="text-align: left;">Luego, directas a nuestra moto, cuando nos percatamos de que sólo quedábamos nosotras en el parking y nuestro vehículo, que seguía intacto con nuestro malentoncio dentro. Ni cortas ni perezosas nos cambiamos allí, en la oscuridad de la noche. Arrancamos la moto y mi amiga volvió a coger el mando, pero ¡madre del amor hermoso, todo el camino hasta la civilización del pueblo me tuvo rezando!</div><div style="text-align: left;">- ¡Pat a la derecha que ya estamos en el otro carril! No aceleres... ¿Tú vas bien verdad?</div><div style="text-align: left;">- Síiiip, sip, sip.</div><div style="text-align: left;">- ¡No! no me mires a mí, tú al frente.</div><div style="text-align: left;">Yo me interrogaba a mí misma y no sabía cómo mi subconsciente sentía la obligación de agarrarse a la moto. De repente, surgió la luz y Pat intentó hacerse con las calles de la isla y digo intentó, sí señor, porque pilló una dirección y ¡Piiiiiiiiiiiiiii! "¿Qué pasa? Pero, ¡ése está flipado!" ¡Piiiiiii! "Pufff, ¡otro en contra! Aquí está pasando algo". ¡Claro, no iba a pasar si habíamos cogido dirección contraria! En esos instante entendí el significado de ver tu vida correr delante de ti.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFB12UweruI/AAAAAAAAAPM/ADCmsa_QrBg/s400/NYCheesecake3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499024721164807906" style="text-align: left; display: block; margin: 0px auto 10px; cursor: pointer; width: 301px; height: 400px;" border="0" /></span></div><div style="text-align: left;">Si es que ya os lo he dicho, unas inconscientes. Terminamos en un pub bailando las dos, pareja de hecho consolidada. ¿Cuál era el paradero de los individuos que nos ofrecieron el planazo de dos días en un barco? Ni idea, desaparecidos en combate; yo hasta comencé a invocar a todos los espíritus por si algún casual aparecían... Pero no nos olvidemos de un pequeño detalle, no teníamos donde caernos muertas y poder dormir la mona. Sólo soñaba con mi hostal y nuestra cama, tan esponjosa ella, escandalosa como la que más, que dejaba en evidencia a nuestros vecinos apasionados con su sesión matutina de arrumacos.</div></div><div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Ahora, ¿os preguntaréis por qué no nos dio por llamar a nosotras? Sencillamente por una razón: no teníamos sus números de teléfono. ¿Cómo? Eso, así tal cual. ¡Qué somos unas espabiladas y nos colocamos encima de un ferry sin conocer nada más! Sabíamos que la ida dependía de nuestros deseos, pero lo que no intuimos fue que la vuelta también sería capricho de nuestra voluntad o, peor aún, del cansancio.</div><div style="text-align: left;">Pat durmiéndose en una butacas grandes de un pub y yo haciendo la que estaba despierta, sin pedirnos nada. Nos miramos las pintas tan desastrosas y lo mejor que pudimos hacer fue desaparecer del mapa. Cogimos dirección al puerto, donde saldría el primer ferry a las 7 am. Una vez allí, aprovechamos para inmortalizar el momento con otra foto. Después con las sillas de plástico de un bar, fabricamos unas butacas, vamos dos sillas, una enfrente de la otra, donde nos echamos para descansar hasta la hora de vuelta a Ibiza.</div></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"></span></div><div style="text-align: left;">Ese día tomamos una decisión: "el yo me lo guiso, yo me lo como" lo mejor del mundo, así que a dejar de "unirnos" al resto. Pero volvemos al principio, ¿cuál era nuestro fin principal del viaje? Disfrutar, por lo que tardamos muy poco en dejarnos abandonar a la deriva. Exactamente 20 minutos, si mi memoria no me falla, el tiempo suficiente para arrancar nuestra moto a mediodía y llegar a una gasolinera...</div><div style="text-align: left;">- ¡Hola! ¿Qué tal? Verás es que queríamos ir a una cala que nos han dicho que está cerca y no sabíamos cómo ir y claro con la moto... pues ¡para andar por ahí con el mapa al viento!</div><div style="text-align: left;">- Sí, mira coges la carretera que lleva a Ibiza y en la tercera a la izquierda. Pero que nosotros vamos allí y sólo estamos tres amigos. En el coche cabéis, así que si queréis podéis venir y dejáis la moto aquí para la vuelta.</div><div style="text-align: left;">Eché una ojeada a mi amiga y no muy convencida gesticuló su cabeza arriba-abajo... A mí que no me hacía falta que me convenciera nadie, por lo que nos embarcamos en otra nueva aventura.</div><div style="text-align: left;">Espantadas que íbamos en el coche, tres esperpentos de personajes. Un mamotrenco como un armario de grande, un risitas y otro más esmirriado que el palo de una fregona. Los tres que no se comían ni un colín y nosotras las más divinas de la muerte. Todo el día juntitos intentando no mostrarnos descorteses ante el ofrecimiento, pero en la cara se nos notaba la descomposición. Ahora sí, estuvimos en la playa y en un mercadillo típico de allí, sin cansancio ninguno, sólo con fatiga ante los nuevos acompañantes.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">El último día: la despedida de la ciudad que tantas anécdotas nos haría contar, junto a una promesa volver otra vez, no a lo cutre y dentro de unos años. Mi amiga Pat, casi lo cumple hace unas semanas, pero le falté yo... Os dejo su blog para que veáis sus andadas. Muy orgullosa que estoy de ella, por ser como es, por estar siempre cuando se la necesita, pero, sobre todo, porque tener un corazón tan grandísimo. <i>Lovin u' superstar!</i></div><div style="text-align: left;"><i><br /></i></div><div style="text-align: left;"><i><a href="http://coolhunterdiary.wordpress.com/"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(204, 0, 0);">Diario de una Coolhunter</span></a></i></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFB11zJK7qI/AAAAAAAAAPE/bLn3FXII1EI/s400/NYCheescake1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499024712141565602" style="text-align: left; display: block; margin: 0px auto 10px; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span></div><div style="text-align: left;"><b>New York Cheesecake with cherry topping</b> (o lo que es lo mismo: Tarta de queso al estilo de Nueva York con cobertura de cerezas)</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: bold;">1º paso la base de galleta.</span></div><div><div style="text-align: left;"><b>Ingredientes para la base:</b></div><div style="text-align: left;">300gr de galletas tipo digestive</div><div style="text-align: left;">60gr de margarina</div><div style="text-align: left;">50gr de conguitos</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div><div style="text-align: left;">Trituramos nuestras galletas y los conguitos hasta dejarlas con una textura fina, como la harina. En un bol, combinamos ambos ingredientes con la mantequilla derretida, mezclamos hasta formar una masa compacta.</div><div style="text-align: left;">Colocamos nuestra masa sobre un molde desmoldable de unos 26 cm y presionamos uniformemente sobre el fondo y las paredes de éste, hasta obtener una capa de unos 3 cm. Reservamos mientras en el frigorífico.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b>2º paso el relleno de la tarta.</b></div><div><b><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><div style="text-align: left;"><b>Ingredientes:</b></div><div style="text-align: left;">6 huevos</div><div style="text-align: left;">600gr de queso crema</div><div style="text-align: left;">400gr de nata</div><div style="text-align: left;">250gr de leche condensada</div><div style="text-align: left;">2 cucharadas de maicena</div><div style="text-align: left;">1 cucharadita de esencia de vainilla</div><div style="text-align: left;">1/2 cucharadita de ralladura de limón</div><div style="text-align: left;">1/2 cucharadita de ralladura de naranja</div><div style="text-align: left;"><br /></div></span></b></div><div><div style="text-align: left;">Ponemos en el bol de nuestra batidora el queso crema, la leche condensada y la maicena. Batimos a velocidad media durante un minuto, seguidamente añadimos los huevos, uno a uno, mezclando con una cuchara de madera o lengua. Finalmente adicionamos la nata, las ralladuras y la vainilla, y mezclamos nuevamente hasta conseguir que nos queden todos los ingredientes bien integrados. Cuidado de no batir en exceso para no introducir aire en la masa.</div><div style="text-align: left;">Vertimos la mezcla sobre nuestra base de galletas y la introducimos en el horno, previamente precalentado a 180º durante 15 minutos, transcurrido este tiempo, bajamos la temperatura a 120º grados y lo dejamos durante 1’5 horas más o hasta que esté firme (el centro de la tarta parecerá un poco húmeda). Pasado este tiempo, la sacamos del horno que se enfríe un poco hasta preparar el topping.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b>3º paso, el topping.</b></div><div><b><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><div style="text-align: left;"><b>Ingredientes:</b></div><div><div style="text-align: left;">240 ml. de crema agria</div><div style="text-align: left;">35 gr. de azúcar</div><div style="text-align: left;">1/2 cdta. de extracto de vainilla</div><div style="text-align: left;"><br /></div></div></span></b></div><div><div style="text-align: left;">En un bol ponemos la crema ágria, el azúcar y la vainilla y mezclaremos hasta obtener una masa fluida. Extendemos esta mezcla sobre nuestra tarta caliente y la introducimos nuevamente en el horno para cocerla durante 15 minutos más.</div><div style="text-align: left;">La dejamos en el horno ya apagado durante tres horas mínimos o toda la noche hasta que se enfríe por completo.</div><div style="text-align: left;">Una vez frío, lo refrigeramos durante al menos 8 horas, pues de un día para otro la tarta toma mayor firmeza y sabor.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">((Para la crema agria seguí la receta del Blog <a href="http://kanelaylimon.blogspot.com/2010/06/preparaciones-basicas-nata-agria.html">Kanela y limón</a> que siempre tiene unas recetas espectaculares. Si no lo conocéis visitadlo que os sorprenderá)).</div></div></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b>4º paso, el cherry topping.</b></div><div style="text-align: left;"><b>Ingredientes:</b></div><div><b><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><div style="text-align: left;">250 gr de cerezas</div><div style="text-align: left;">1/2 vaso de agua</div><div style="text-align: left;">1/2 vaso de azúcar</div><div style="text-align: left;">1 cucharada de maicena</div><div style="text-align: left;"><br /></div></span></b></div><div style="text-align: left;">Deshuesamos las cerezas y las colocamos en un cazo junto al resto de ingredientes. Se lleva a fuego medio sin dejar de remover durante 10 minutos o hasta que veamos que las cerezas se encuentran en una salsita de color rojo y espesa, donde se ha formado un poco de caramelo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b>5º paso, el montaje de la tarta.</b></div><div style="text-align: left;">Se desmolda la tarta con cuidado, pasando primero un chuchillo por los bordes del molde para que sea más fácil. Después se coloca un poco de cherry topping encima de la tarta horneada y se sirve. También hice una versión mini de tarta individual y quedó ¡monísima!</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TFH6q_VROdI/AAAAAAAAAPU/fOCngtXiSbI/s400/NYCheesecake4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499452236458179026" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 301px; height: 400px;" border="0" /></span></div><div><br /></div></div></div></div></div></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 0);"><br /></span></span></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com41tag:blogger.com,1999:blog-5134405810282654973.post-50827470624355923812010-07-26T00:06:00.018+02:002010-07-27T20:13:38.236+02:00Tallarines con langostinos y piña<div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TEy4jVS0R-I/AAAAAAAAAOk/IOxYaBn5TCQ/s1600/burguer1.jpg"></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TEy4i5pQtTI/AAAAAAAAAOc/jYU5Chs0l-c/s1600/Tallarines2.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TEy4i5pQtTI/AAAAAAAAAOc/jYU5Chs0l-c/s400/Tallarines2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5497972154841478450" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TEy4iaeo9BI/AAAAAAAAAOU/LZQ8XdYGruE/s1600/logo.jpg"></a><div>Unos días en Ibiza, la ilusión de toda mi vida. A eso se unía mi compañera inseparable, de alegrías y fatigas, de ilusiones y tristezas, mi amiga Pat. Me avisó de que tenía pensado ir para esta ciudad a mediados de julio y yo me apunté al bombardeo hace cuatro años. Fiestas y playas de revista nos esperaban, chicos por doquier y discotecas fashion suponían el perfecto acompañamiento. Sin embargo, se complicó, y mucho, las imaginaciones precedentes a nuestra llegada a la isla.</div><div>Íbamos en plan barato donde ya existe una regla preestablecida: "no escatimar en ningún gasto", pero es lo que tiene ser aún estudiante, que todo riesgo resulta un plus añadido de diversión y espontaneidad, una sensación de inseguridad tan apetecible... Por ello, la primera decisión del hostal u hotel, nosotras escogimos sin dudarlo hostal y entre los existente, por supuesto, el más barato. </div><div><br /></div><div>Así, llegamos a "San Antonio" cerca de las 11 de la noche. El señor taxista nos cobró 22 euros por el trayecto y nos dejó en un barrio más guiri que español. Miro a mi amiga y la veo con la misma cara de extrañeza que la mía. "¿Dónde estamos?, ¿a quién preguntamos donde se encuentra nuestro hostal?, ¿alguien sabe español? Todos extranjeros, ni un comentario más salido de tono en nuestro idioma. Llegamos al sitio, allí nos dan la habitación en el piso más alto, de modo que con unos malentocios descomunales para cuatro días, nos vimos subiendo cuatro pisos "a patas". </div><div><br /></div><div>A partir de aquí, todo mal amiga, todo mal. Nos embarcamos en la vorágine de Ibiza, es decir, nos convertimos en búhos. La caza por la noche, cuando quemábamos los cartuchos recargados durante la mañana. Nos despertábamos a mediodía y el plan era siempre el mismo ir a una cala donde poder de dormir las horas restantes mientras nos tostábamos al sol, vuelta y vuelta y al agua para refrescarnos. Sin embargo no contamos con otro pequeño problema, el transporte. Nosotras tan espabiladas alquilamos una moto, de cincuenta no os penséis más, una vespinillo con la que teníamos pensado recorrernos toda la isla. El primer trayecto ya comprobamos la poco fiabilidad del indicado medio. </div><div>Nos subimos con el glamour de la vestimenta, aunque claro sustituimos nuestros sombreros cowboy playeros por el casco medio huevo tipo "calimero", y con las piernas en caballito arrancamos la moto. Mira tú que digna ella, cogiendo una velocidad de 50 km/hora con dos a sus espaldas. Pero se nos olvidó que yo y los mapas no somos muy amigos, más bien, los considero enemigos. Total que donde se suponía que se encontraba la cala destino se había convertido en un oasis y no había nada. Ni cala, ni camino, ni playa..."¿Dónde narices está el mar? Se supone que esto es una isla... y ¿para qué me dejarán a mí con un mapa? Venga, Gema vamos a ver, otra cala". </div><div>Mapazo en la cara, me despisto y "Eh, eh, que me suelto de Patricia. Verás tú que de aquí no salgo viva. Alaaaa, uy, uy, uy adiós mapa... ¿y ahora qué? Bueno para lo que me servía...". Mi contribución al cabreo de la conductora:</div><div>- Patricia estamos atravesando la isla por el centro, así no llegamos a ningún lado.</div><div>Mi amiga concentrada sólo me grita que busque y le diga una dirección, cuando de repente empezamos a escuchar un sonido raro de la moto. Nos regañaba, claro, claro, o nos aposentábamos en un lugar minutos después o se declaraba en huelga... </div><div>- ¡Pat acelera que vamos muy lento y llevamos una cola de coches detrás que para qué!</div><div>- ¿Qué te crees que estoy haciendo? Pero esto ¡Noooooo tira!</div><div>"¿Cómo que NO tira?, Verás que nos la pegamos... ¡Madre del amor hermoso!" Subidón, el estómago de corbata. "¡Ay por favor! ... Y nosotras sin coger el seguro a la moto, ¡vamos a tener que dar más de 300 euros por cargarnosla nada más alquilarla!" Los coches, más que mosqueados, comenzaron a adelantarnos y nosotras muy dignas sólo intentábamos que no se vieran nuestras pintas. Menos mal que la querida moto hizo caso a nuestros rezos y comenzó a recuperar sus fuerzas después de unos minutos. </div><div>Llegamos a una cala, con las piernas haciendo forma de sillín, eso sí, una hora después de partir de San Antonio, dando gracias por encontrar el mar. El lugar desconocido, en el mapa para mí no salía, ahora sí espectacular. Para enmarcar el suplicio una foto para la posterioridad; en ella, claramente, había desaparecido el poco glamour que nos quedaba.</div><div><br /></div><div>Ante tal situación, nuestra estrategia se convertiría en por la noche encontrar un grupo de chicos con coche con los que poder viajar de cala en cala. Capaces de sobrevivir por nosotras mismas éramos, pero una ayudita nunca viene mal.<br /></div><div>Por ello, por la noche, una de blanco, la otra de negro; una rubia y la otra morena resurgíamos preparadas para conseguir nuestro objetivo y lo conseguimos, pues tampoco resulta algo difícil cuando todo el mundo en las fiestas isleñas van a lo mismo. </div><div>Pat conoció a un grupito de chicos muy apañados todos. Altos, guapos y uno en especial, el chico que "se enamoró" perdidamente de mi amiga. Le deja en la discoteca con una invitación para su barco al día siguiente con el que recorreríamos en dos días la isla. 48 horas de diversión en un transporte tan idílico con fiesta continua y todo pagado era mucho más de lo que podíamos soñar, por lo que caímos en la cama con una sonrisa de oreja a oreja creyendo que todas nuestras pretensiones se volverían reales. Pero... muy equivocadas andábamos.</div><div><br /></div><div>A mediodía, con intenciones de ir donde se encontraban los amigos nuevos, nos dirigimos hacia la moto aparcada, cuando al torcer la calle descubrimos que ésta se había vuelto invisible...Las dos con ojos en órbita y las manos en la boca, la peor de las películas de miedo que pudieramos haber visto, el horror en nuestras miradas se contemplaba en doscientos metros a la redonda.<br /></div><div>- ¿Pat y la moto?</div><div>- Ayer la dejamos aquí aparcada.</div><div>- ¿Dónde?</div><div>- Aquí, ..., ¡aquí!</div><div>Yo miro, remiro, me acerco donde la dejamos y... ¿qué diviso? Pues que el único lugar donde había sitio en nuestro pueblo de guiris, resultaba ser la entrada de un hotel, su zona de llegada de los inquilinos...</div><div>- ¡No me lo puedo creer! ¿Y le pusiste el pitón?</div><div>- ¿Qué pitón? ¿Qué si la candé? Pues no.</div><div>- ¿Cómo?</div><div>- Que no, que en Barcelona nunca cando mi moto...</div><div>"Bueno, esto no puede ser y nosotras sin contratar el seguro de la moto. ¡Pufff! Adiós moto, algún loco se la ha llevado y ya se encuentra en la mesa de operaciones para ser descuartizada en porciones". Sólo nos quedaba una comprobación, la policía.</div><div>Y sí, allí que fuimos, media hora de reloj a paso rápido bajo el sol de mediodía con un calor de mil demonios. Cuando aparecimos por el sitio, sustito que le dimos al policía. Adiós glamour por segunda vez, dos mujeres sudorosas y descompuestas aparecieron en la entrada de la oficina. Delirábamos, entre la noche sin dormir y sin comer desde hacía mucho... Le pregunto al policía por la moto y me dice que sí que la habían llevado allí ayer por la noche, la grúa fue nuestra salvación y ¡qué triste decir esto! Pero claro la multa que teníamos más cara que el alquiler de ésta durante una semana. Yo haciéndome la tonta y con mi acento más marcado, junto a un poco de coqueteo, le pedí por favor que se apiadase de nosotras y tras un largo interrogatorio nos dejo la multa en 30 euros. Ya recuperando la moto, podíamos alcanzar a los machotes de la noche anterior....</div><div><br /></div><div>((((Segunda parte en la siguiente entrada))))</div><div><br /><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><br /></span>Ahora, la receta. Para ello, primero tengo que dar gracias a <a href="http://www.santaritaharinas.com/">Harinas Santa Rita</a> por su generosidad al mandarme un lote de productos para que los probara. Son estupendos, así que no os los perdáis. En mi plato de hoy use el rebozado <a href="http://www.santaritaharinas.com/productos.php?item=47&menu=&submenu=4">Crujiente Pan cracker</a> y quedó riquísimo.<br /><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><span class="Apple-style-span" style=""><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TEy4iaeo9BI/AAAAAAAAAOU/LZQ8XdYGruE/s400/logo.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5497972146475430930" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 346px; height: 120px;" border="0" /></span></span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">Tallarines de langostinos y piña crujiente</span><br /><br />Ingredientes para dos personas<br />250 gramos de langostinos (o 10 langostinos)<br />200 gramos de tallarines<br />1/2 vaso de agua<br />3 cucharadas de vino dulce<br />2 cucharadas de soja<br />6 cucharadas del almíbar de la piña en conserva<br />6 rodajas de piña en almíbar<br />Crujiente Pan cracker<br />1 diente de ajo<br />Aceite de oliva<br /><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><img src="http://4.bp.blogspot.com/_0ub2fCngAro/TEy4jVS0R-I/AAAAAAAAAOk/IOxYaBn5TCQ/s400/burguer1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5497972162263533538" style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 301px;" border="0" /></span><br /><br />Se pelan los langostinos y las cáscaras se ponen en un cazo con un poquito de aceite y se fríe durante unos dos minutos a fuego moderado, apretando en todo este tiempo las cabezas y el resto para sacar todo el jugo que lleven dentro y sin dejar de remover. Se echa el medio vaso de agua y se deja cocer durante ocho minutos. A partir de aquí se cuela el caldo y se le añade, la soja, el almíbar de piña y el vino dulce. Esta mezcla la reservamos.<br />Se pica el ajo finamente y se sofríe con una cucharada de aceite. Cuando empiece a dorarse se incorporan las colas de langostinos y cuando las tengamos fritas se rocía con la mezcla de caldo, dejando cocer todo el conjunto a fuego medio-alto hasta que se evapore el alcohol del vino, es decir, unos tres minutos.<br />Para la piña crujiente, dividimos las rodajas de piña en almíbar en tres pedazos y cada uno de ellos se unata del Crujiente Pan cracker. Se colocan en una sarten o en una freidora con abundante aceite y bien caliente hasta que el rebozado esté listo.<br />Por último se hace la pasta. Se coloca agua en un cazo, con una pizca de sal y un chorreón de aceite. Se deja hervir el agua y se añaden los tallarines, los cuáles estarán listos cuando veamos que están en su punto o al dente, según gustos. Colamos la pasta y se mezcla con los langostinos y ¡perfectos para comer!<br /><br /></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238);"><span class="Apple-style-span" style=""><br /></span><br /><br /></span></div>Gitanillahttp://www.blogger.com/profile/07279646170329647924noreply@blogger.com33